Sin políticas integrales, crece la violencia de género
Dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, existe en Mar del Plata la Dirección de la Mujer que, entre otras tareas, se encarga principalmente de recibir, asesorar y contener a mujeres víctimas de violencia, a la vez que busca impulsar políticas de género integrales que propicien la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres.
Este programa de prevención y asistencia se lleva a cabo de diferentes maneras: en principio, recibiendo a esa mujer que se acerca espontáneamente a la Dirección de la Mujer (Alberti 1518), que llama a la Línea Malva (108, gratuita, de lunes a viernes de 8 a 20) o que es derivada luego de acercarse a la Comisaría de la Mujer o a su oficina descentralizada (que funciona en el mismo edificio que la Dirección en idéntico horario que la Línea Malva).
Luego de esta primera aproximación al espacio, la mujer víctima de violencia es entrevistada por un grupo de profesionales que evalúa el caso particular y define cómo puede brindarse la ayuda más efectiva. Dependiendo de la gravedad o del riesgo existente para esa mujer, se determina cómo contenerla. En algunos casos, se hace entrega del botón antipánico para que el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) municipal pueda realizar un seguimiento del caso y responder inmediatamente ante un peligro.
En otros casos, donde el riesgo es mayor o donde la mujer no posee un círculo de contención social que le permita poder irse de ese hogar donde se genera la violencia, existe la posibilidad de permanecer durante un máximo de treinta días en el hogar de tránsito Gloria Galé, un refugio de puertas abiertas con quince plazas para mujeres víctimas de violencia en el que pueden permanecer junto a sus hijos. Durante su estadía, la Dirección de la Mujer trabaja arduamente para reconstruir esa red de contención social inexistente o de difícil acceso para que la mujer pueda reinsertarse en la sociedad. En los casos en que la víctima sí tiene allegados capaces de contenerla, pero están en otra ciudad, se trabaja conjuntamente con Nación o Provincia para proveerle los medios para que pueda viajar e instalarse en el sitio que considera seguro.
En todos los casos, la mujer que decide solicitar ayuda es asistida psicológicamente y asesorada jurídicamente, a la vez que se le brindan herramientas para trabajar en su reinserción social y laboral. En algunas oportunidades, incluso, se le brinda durante tres meses (con la posibilidad de una única renovación por tres meses más) una ayuda económica que le permita salir del lugar de inacción en el que se encuentra.
"La violencia excluye, aísla, somete, oprime", aseguró a El Marplatense Susana Mercado, coordinadora general de la Dirección, quien explicó que esta ayuda económica se entrega para facilitar la compleja tarea de insertarse en el mercado laboral. "Cuando hay hijos de por medio, a la hora de salir de la violencia, lo económico resta", consideró. En un año, la cantidad de mujeres que necesitaron ser alcanzadas por este beneficio monetario se duplicó. Actualmente, son casi 150 las víctimas de violencia de género que reciben esta beca de 2 mil pesos.
"Es difícil poder explicar por qué se incrementó tanto la asistencia a mujeres víctimas porque la invisibilización del fenómeno hizo que no haya estadísticas previas. No podemos asegurar con rigor científico si el aumento se debe a que hay más casos o simplemente a que se denuncia más", detalló Laura Bucci, jefa de Departamento. "Lo que sí sabemos es que el nivel de crueldad actual sufrió un incremento respecto a lo registrado tres o cuatro años atrás", dijo.
Bucci y Mercado coincidieron en la importancia de confeccionar políticas integrales para brindar soluciones reales para esta problemática. Con ese objetivo, la Dirección de la Mujer sostiene desde hace casi tres años un grupo de reflexión para varones que ejercen la violencia, donde se les brinda asistencia psicológica a los más de setenta hombres que ya pasaron por el grupo y cuyo primer fin es que reconozcan, a través de la aceptación, que sus actos los convierten en violentos. "Esto nos hizo tener otra mirada y nos permitió recabar datos alarmantes: el 80% de los varones que pasaron por acá sufrió violencia o abandono durante su infancia", detalló Mercado, quien conecta ese porcentaje con la imperiosa necesidad de trabajar desde temprana edad en la prevención de la violencia.
"Decir que la mayoría de los hombres violentos fueron víctimas de violencia no es justificarlos, sino reforzar la idea de que si no se trabaja la prevención a temprana edad, esto se repite", consideró Bucci, quien aseguró que esta idea innovadora de asistir a varones violentos es apoyada por todos los sectores desde la teoría, pero a la hora de llevarla a la práctica, hay resistencia. "Es un trabajo incómodo, es cierto, pero es necesario", confesó la Jefa de Departamento. Según contó, en un principio, hasta la psicóloga se mostró reticente a dirigir el grupo, pero actualmente, entienden que sacar al hombre del foco no era beneficioso para la sociedad, porque continúa siendo un riesgo para otras futuras víctimas.
Dentro de estas políticas integrales que se reclaman, es prioridad poner en escena a los niños que, en la mayoría de los casos, son testigos de escenas de violencia sin recibir golpes. "Son las primeras víctimas", aseguró Bucci, a la vez que consideró que, al no observarlos siquiera, "terminan estando en una situación de mayor crueldad". Al respecto, Mercado afirmó que "como Estado, aún no se dio el gran paso en cuanto a políticas integrales".
Ambas funcionarias consideraron sumamente necesaria la implementación de un trabajo mancomunado entre las diversas áreas existentes, como Educación, Deporte, Cultura y Salud, para hacer foco en "el mundo de los niños" que no es tenido en cuenta como debería ser. Según consideraron, es clave realizar un trabajo integral con énfasis en la prevención durante los primeros años de vida, ya que la ausencia de trabajo temprano se ve reflejado en el alto porcentaje de víctimas que luego se convierten en victimarios.
"Actualmente, nuestra sociedad tiene tres conductas preocupantes: la indiferencia, la justificación y el 'no te metas, no es tu asunto'. En cuanto no haya una censura social hacia la violencia, estaremos siempre peleando desde la resistencia y no desde la ofensiva", concluyó Bucci luego de remarcar que, si no se trabaja conjuntamente sobre las diversas aristas de la problemática, no habrá nunca solución a largo plazo.