Aldosivi, con la calculadora en la mano
Después de un muy buen 2015, en el que estuvo cerca de entrar a la Copa Sudamericana, el segundo año de Aldosivi en Primera División fue muy pobre. La partida de algunos pilares de la primera temporada en la elite resultó un problema sin solución para Fernando Quiroz, que no pudo reformular el equipo para 2016. Se extrañó mucho a Roger Martínez, José Sand y Matías Lequi. No llegaron refuerzos de la misma jerarquía y no hubo funcionamiento para potenciar a las individualidades. Ni siquiera los últimos meses de Santiago Rosales en el equipo alcanzaron para mejorar una campaña deficitaria (17 puntos en el primer torneo del año).
El libro de pases de mitad de año tampoco fue solución para Aldosivi. Se desprendió de Rosales, su máxima figura, y el plantel quedó corto de mediocampistas creativos, con Cristian Llama como única opción. A Quiroz le costó encontrar el equipo: el funcionamiento no apareció y, tras 8 fechas, la dirigencia decidió echar al entrenador que logró el ascenso en 2014. La mañana del 1 de noviembre quedará como un día negro para Aldosivi en 2016: al despido del entrenador se sumó la presencia de la barra, que amenazó y agredió a los futbolistas en el predio.
La llegada de Darío Franco no trajo resultados inmediatos. Y el promedio ya se instaló como un problema a atender (descenderán cuatro equipos). Sin embargo, Aldosivi encontró una identidad de juego reconocible. Una base para empezar a construir un equipo más confiable para ir a buscar los puntos que necesita. Al menos, sus jugadores ya captaron el mensaje de presionar arriba, ser anchos y profundos para atacar y buscar constantemente el arco rival mediante juego asociado y llegada por las bandas. “Más allá de que nos costó ganar, el equipo intentó desarrollar la idea desde el primer día. Los jugadores siempre hicieron lo que entrenaron, porque acá no hay otra manera o un plan B. Tenemos una idea e intentamos mejorarla. Buscamos hacer en los partidos lo que entrenamos en la semana”, le dijo Franco días atrás a El Marplatense.
El anhelado triunfo ante Sarmiento de Junín dio lugar a la esperanza. No sólo por los tres puntos, sino por la autoridad con la que Aldosivi le ganó a un rival directo en su propia casa. Ahora, entre Franco y los dirigentes deberán acertar en el mercado de pases. El entrenador ya pidió dos mediocampistas con capacidad para crear juego. Y suena lógico, ante el déficit que muestra el equipo en esa fase. Ahora, al levantar la copa en estas fiestas, los hinchas del “Tiburón” brindarán por un 2017 mejor. Para no despertarse nunca del sueño de pertenecer a la elite.