"Voy a llevar mi estilo a donde sea que juegue"
Mientras disfruta de sus últimos partidos en Quilmes, con la esperanza de ingresar a playoffs, Luca Vildoza tiene bien claro que su esencia no cambiará cuando se mude a España para jugar en el Baskonia, un equipo que ya cobijó a leyendas como Pablo Prigioni, Luis Scola y Andrés Nocioni, y en el que ahora juega Nicolás Laprovittola. La mudanza le llegará a los 21 años, luego de una temporada de consolidación en la Liga Nacional de Básquet.
Luca, hijo de Marcelo (base ex Peñarol y Quilmes), llegó al “Cervecero” con 8 años. Llegó como un nene y se irá como un hombrecito, capitán y encargado de manejar los hilos del equipo de Javier Bianchelli. ¿Sus números en la temporada? 16,7 puntos, 3,8 asistencias y 3,1 pérdidas de promedio. Ese último dato es su principal preocupación: “En España, donde pierda dos o tres pelotas, voy a ir al banco”, suelta.
Mientras los hinchas disfrutan de sus últimos recitales de pases, dribles, bandejas elegantes y triples, Vildoza se hizo un espacio para dialogar con El Marplatense. El pibe se empieza a despedir y reconoce que será difícil dejar a su familia, aunque sabe que pasará a la elite del básquet FIBA. “Voy a ir a un lugar mejor y lo voy a disfrutar”, aseguró el base.
-¿Cómo vivís estos últimos partidos en Quilmes?
-Estoy bien psicológicamente y físicamente. Estoy disfrutando mucho los últimos partidos. Sé que falta poco, pero tengo la cabeza acá. Queremos entrar a playoffs, estamos luchando para clasificar. Tengo la mentalidad puesta en el equipo y en lo que podamos llegar a lograr
-¿Poner el foco en la actualidad de Quilmes te permite bajar la ansiedad?
-Sí, sabemos que falta poco y estamos luchando por un puesto con Obras. Tenemos que seguir trabajando y ganando. Sabemos que se vienen rivales muy difíciles, pero sin dudas tenemos equipo para poder ganar y entrar a playoffs.
-Es una temporada de mayor responsabilidad para vos, ¿la podés disfrutar?
-Sí, arranqué bastante frustrado y nervioso, pero el equipo y el cuerpo técnico me ayudaron mucho para que ahora esté disfrutando y para que esté haciendo los números que estoy haciendo. Sé que tengo que mejorar muchas cosas, como la defensa y las pérdidas, pero creo que el salto a España me va a dar la madurez para mejorar eso.
-¿Por qué decís que empezaste frustrado? ¿Sentís que no podías cumplir con las expectativas?
-No, pero tenía la cabeza más puesta en España, sabiendo que me iba a ir de casa, que iba a perder a mis amigos y a mi familia. Es difícil. Sé que es una gran oportunidad, pero en el momento sentía más tristeza de irme de casa que alegría por irme para allá. Pero ahora estoy muy contento, sabiendo a dónde voy, al lugar que voy y conociendo los objetivos que hay allá, que son totalmente distintos a los que tenemos acá. Voy a ir a un lugar mejor y lo voy a disfrutar.
-¿Cómo lograste revertir ese estado?
-El psicólogo me ayudó mucho. También mi mamá, mi papá y mi novia, que es la que me contiene cuando lloro, cuando termino mal después de un partido. Ellos son los principales motivos por los que estoy bien en esta temporada.
-¿Qué te lleva a ponerte mal tras un partido?
-Me pongo así cuando juego mal y cuando perdemos. Y cuando ganamos jugando mal, también. Ahora estoy madurando, porque cuando era más chico, si ganábamos y yo jugaba mal, me ponía mal. Ahora, si ganamos, aunque haya jugado mal, me pongo muy feliz porque el equipo trabaja muy duro. Todos los que estamos en Quilmes queremos demostrar que estamos para jugar la Liga y queremos dar un paso más.
-¿Cuándo creés que empezaste a valorar lo colectivo por sobre lo individual?
-Esta temporada. En la Liga pasada, Junior (Cequeira), Leandro Ramella y Maxi (Maciel) me ayudaron mucho, porque veían que me ponía mal cada vez que yo jugaba mal y al equipo le iba bien. Ahora siento que estoy bastante maduro, pero tengo que mejorar muchísimas cosas. Igual, eso era lo más importante a cambiar: la actitud frente al equipo cuando ganaba y yo jugaba mal.
-A comienzos de temporada te propusiste mejorar la defensa y la dirección del juego. ¿Creés que todavía falta?
-Mejoré bastante la dirección del juego. Creo que hay partidos en los que el equipo juega a lo que yo quiero y eso antes no me pasaba. Ahora estoy muy maduro. Cuando quiero defender y le pongo ganas, puedo defender, no es como antes, que quería y no podía. Ahora el principal problema son las pérdidas, estoy teniendo muchas y eso en España se va a duplicar. Allá, donde pierda dos o tres pelotas voy a ir al banco. Tengo que mejorar mucho eso, el dribbling y la conducción en el ataque.
-Vos sos de exponer mucho la bola cuando la picás, es tu estilo. ¿Se puede cambiar eso?
-No, sinceramente me cuesta mucho. Voy a llevar mi estilo a donde sea que juegue. Pero más allá de eso, necesito bajar las pérdidas. Tendré que mejorar mi estilo y mejorar el dribbling con las dos manos para poder bajar ese número.
“DEJAR DE MIRAR TANTO A MI VIEJO FUE UNA DE LAS COSAS QUE MADURÉ"
-¿Sentís que te va a costar demasiado irte?
-Y… falta. Estoy seguro de que ahora puedo decir que estoy bien, pero cuando llegue el día va a ser un golpe duro dejar a mi familia y saber que me voy solo. Pero lo voy a tomar de la mejor manera porque voy a un lugar mejor.
-¿No te acompaña nadie?
-Lo estamos viendo, ojalá que mi novia me acompañe, pero ella tiene que terminar sus estudios. Mi viejo también quiere ir los dos primeros meses hasta que me instale, porque es la primera vez que me voy de casa. Pero estoy contento con la decisión que tomé.
-Tu papá siempre fue una referencia para vos desde la platea. ¿Ya no lo mirás tanto mientras jugás?
-Y sí, es un padre… Es muy exigente, pero yo se lo permito porque llegué hasta acá por lo que él me exigió. Esta temporada lo estoy mirando menos: el año pasado tuve una charla con Ramella y hablamos de que necesitaba soltar eso. Dejar de mirar tanto a mi viejo fue una de las cosas que maduré en esta temporada. Después del partido hablo mucho de básquet con él, de las cosas que hice bien y de las que hice mal. Él me está ayudando a que madure.
-¿Cuándo fue la primera vez que agarraste una pelota de básquet?
-A los 3 años. Me llevó mi abuela a la vereda, me dio la pelota y mi viejo aceptó.
-Tu abuela también te sigue de cerca en la cancha…
-Sí, mi abuela está siempre firme, con su pañuelito rojo.
-¿A qué edad empezaste en Quilmes?
-Empecé a los 8, en el 2003. Llegué con vinchita, pelo largo, a jugar en pre-mini. Tenía muchos rulos y por cada golpe lloraba (risas). Eso me pasó hasta los 12 años. En cada golpe lloraba y me iba con el entrenador.
-¿A los 8 años ya jugabas bien?
-Era muy egoísta (se ríe). No te pasaba la pelota ni loco. Pero mi viejo siempre me decía que tenía algo para poder llegar a algo grande, así que desde chiquito me puse la meta de ser profesional. Me gustó este deporte y lo tomé como tal. Lo que soy hoy es por todo lo que entrené desde chico.
-Tuviste lesiones que frenaron tu despegue, pero nunca te condicionaron en tu juego…
-Me ayudaron mucho. Yo tenía ciertos bajones, porque me lesioné los pies dos veces (NdeR: tuvo dos fracturas por estrés). Pero mi viejo y mi vieja me ayudaron siempre para que yo pueda seguir adelante. Ellos fabricaron una cabeza que es bastante fuerte y bastante terca en esos momentos. Les agradezco a ellos que haya sido así.
-Nunca te gustó el contacto físico, pero sabés que, por tus condiciones, te van a defender fuerte. ¿Cómo trabajaste eso?
-Me acostumbré. Tuve una temporada en el TNA que fue muy dura, me costaba mucho el roce. Pero ahora estoy más fuerte físicamente y me siento muy bien. Eso es por el gimnasio y por los productos que tomo, porque siendo tan flaco genéticamente, necesitaba hacerlo. Necesito mucho trabajo en el gimnasio, sobre todo para cuando me vaya a España.
-¿Te pidieron eso específicamente?
-Me pidieron eso y me mandaron productos para tomar. Sabemos lo duro y lo rápido que se juega allá, así que voy a necesitar eso.
-¿Te acordás de algo especial que te haya dejado cada entrenador que tuviste desde que jugás en la Liga?
-Cada entrenador me dejó algo. Ramella me ayudó muchísimo en mi crecimiento. Desde el TNA del 2012 hasta la Liga pasada, él fue un gran entrenador, me ayudó mucho. Me trataba como si fuera un juvenil más y parecía un asistente, porque generalmente los entrenadores de Liga se preocupan más por el equipo y por ganar que por cada jugador. Pero él se preocupó mucho por mí. Sergio (Hernández) también me ayudó. Me di cuenta lo mucho que sabe y me aportó mucho que me haya llevado a la Selección, para tener el roce con Lapro (NdeR: Nicolás Laprovittola) y con Facundo (Campazzo). Ojalá que pueda vivirlo devuelta. También el “Loro” (Daniel Maffei) me dio el debut en la Liga, algo que no me voy a olvidar nunca en mi vida.
-¿Bianchelli es el entrenador que te da la libertad para que hagas lo que sabés?
-Javi me ayuda mucho para que yo me exprese y juegue en la cancha de manera muy libre, más allá de que me pide por favor que no haga cagadas (se ríe). La verdad que me dio mucha libertad y me ayudó mucho.
-¿Cuáles son los mejores momentos que viviste en Quilmes?
-El quinto partido con Obras (NdeR: clasificación a la final de Conferencia de la temporada 2014/15), cuando ganamos allá en doble suplementario, fue un momento tremendo. Nos sacamos la bronca de una temporada que había sido bastante mala con respecto al cobro de los sueldos y a las lesiones. El segundo mejor momento fue el ascenso desde el TNA, porque fue mi primera temporada y fue algo muy lindo.
“EL CLUB TIENE UN DÉFICIT EN LOS JUVENILES”
-Quilmes tiene a Sansimoni y a Eric Flor para reemplazarte. ¿Es una buena base?-Queda una buena base. Sabemos que el “Chule” (Sansimoni) ha demostrado que puede jugar, más allá de que en esta temporada no tenga la confianza que tenía la temporada pasada. Se la tenemos que empezar a dar. Y Eric está teniendo una gran temporada. Esperemos que se quede, yo lo voy a apoyar desde España. Necesitamos de ellos y de la cantera para que el club siga creciendo, porque últimamente no se lo nota muy bien y necesitamos que los chicos lo levanten.
-¿Notás que Quilmes ha perdido un poco de nivel en la cantera?
-Sí, capaz que son baches por las generaciones que vienen ahora. Tenemos a Jeffey (Merchant) y a “Juane” De la Fuente, que son de los más destacados, pero después no ves juveniles que sentís que puedan jugar la Liga. No sé si será por falta de trabajo o por falta de talento, pero sin dudas que el club está en un déficit en materia de juveniles.