“El 50% de los pacientes con cáncer se pueden curar”

La Dra. Nora Marrone se especializa en oncología, y lleva tres décadas de experiencia que plasmó en el libro “Cáncer: del miedo a la esperanza". “Debe ser vista como una enfermedad crónica, pero puede no ser el final”, comentó, en diálogo con El Marplatense.

Por Redacción

domingo 6 de agosto, 2017

La Dra. Nora Marrone (MP 92580) lleva tres décadas de experiencia con pacientes con cáncer, y decidió plasmar sus vivencias e información en un libro. “Creí que podía ser útil para otros que recién están comenzando con su diagnóstico y teniendo que transitar por ese camino tan difícil. Es una ayuda mi experiencia y la de los pacientes”, comenta a El Marplatense la autora de “Cáncer: del miedo a la esperanza".

-¿Porqué la palabra cáncer suele generar miedo?

No hay dudas de que la primera gran emoción que se percibe al tener el sobre del diagnóstico en tu mano o la confirmación por parte del médico, en general es el miedo. Es una emoción que no razona. Se ve ante la inminencia de lo que uno supone que es una amenaza contra la propia vida. El 50 % de los pacientes con cáncer se pueden curar, y debe ser vista como una enfermedad crónica que permita entender que va a persistir a lo largo de la vida de la persona. Y que puede no ser el final esa enfermedad. Puede tener una convivencia, con altibajos, a lo largo de la vida. Pero se puede controlar y curar en los casos en los que se diagnostica precozmente. Eso me permite apoyar en la importancia del diagnóstico para poder superarlo.

Desde el miedo, que es innegable que va a existir, la posibilidad de poder empezar un camino que nos lleve a reconstruir el proyecto de vida que vemos paralizado, pero creemos que va a ser posible continuar ante el diagnostico de esta enfermedad.

-¿Es muy importante entonces la Información y la prevención, para tratar el tema a tiempo?

La información es fundamental. Sino sabés contra que luchás, no podés hacerlo claramente, ni elaborar una estrategia. El cáncer es una enfermedad celular que no se contagia, y hay una infinidad de causas y variantes. Hay que saber en dónde uno está parado. Cuanta extensión tiene uno en el organismo de la enfermedad. Si está localizada o si hay focos en otras partes del cuerpo, como para poder encarar la estrategia de superarlo. Y al mismo tiempo, entender que hay un montón de emociones que se van a vivir que son lógicas que se vivan. Hay que estar enojado en algún momento, o triste. Hay que sentir incertidumbre. Hay que estar ansioso. Son emociones que van a aparecer, y que indudablemente tienen que estar si uno va elaborando el proceso en forma natural. Porque una vez que están estas emociones tan desagradables, en el primer momento, entre el diagnóstico y el tratamiento. Toda esa etapa es importante que se la pase, porque sino, no podés pasar a la otra, que es aceptar la información, negociar con la enfermedad. Qué cosas me va a quitar, y qué otras no. Y poder a partir de ahí, con confianza y con fe en el equipo que uno elige para ser tratado, encarar el tratamiento de la mejor manera posible.

Y finalmente, cuando se termina ese tratamiento, confiar y tener la posibilidad de poder reconstruir el proyecto de vida que uno paralizó en el momento del diagnóstico porque no lo creía viable. Después, el tiempo te va dando la razón en que es factible

Hay 20 millones de sobrevivientes de cáncer en el mundo que ya llevan muchas décadas, osea que es posible. Y creo que el libro lo que trata es de cambiar el enfoque de verla no como una enfermedad mortal, sino como crónica, seria, importante, de la que hay que ocuparse con información y un apoyo familiar a partir de la verdad de saber dónde uno está parado.

-¿Hay una edad determinada para comenzar con las consultas?

Mientras hay vida puede haber cáncer. Porque la célula viva es la que puede enfermarse. En realidad, el cáncer es un descontrol del crecimiento celular, de una determinada célula de un determinado órgano. Esa célula que normalmente le daba funcionalidad a ese órgano, de pronto empieza por distintos factores. Se genera un descontrol que no para hasta que hagas algo, lo saques o lo destruyas con rayos o quimioterapia. Hoy hay un arsenal de herramientas terapéuticas para combinar que permiten ese logro. Es fundamental saber que puede aparecer en cualquier momento. Ocurrió con el caso de Noah Bublé, el hijo de Luisana Lopilato, que uno no lo concibe a esa edad, e impacta mucho más. Puede aparecer en la adolescencia, en la edad adulta joven. Y a partir de los 50, uno tiene que empezar a hacer los controles correspondientes para detectar precozmente. En particular,  mama, colon, pulmón y próstata, que son los más frecuentes y curables cuando se los detecta. Por eso la importancia de tomar conciencia, de vencer los prejuicios, de no querer hablar de la enfermedad.

 


 

 

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