Reclamos del gremio de diplomáticos por el ajuste en el sector
El festejo por el Día del Diplomático que se realizó este lunes en el Palacio San Martín se convirtió en un duelo de fuertes contrapuntos entre el canciller Jorge Faurie y el presidente de la Asociación del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación (APSEN), Eduardo Mallea. Curiosamente, los dos son diplomáticos de carrera.
Ocurre que tras los reclamos del titular del gremio de los funcionarios de carrera por el impacto del ajuste en el servicio exterior y en el personal del mismo, Faurie no ahorró en respuestas. Incluso los desafió a que reflexionen si la sociedad entendía su misión dada la posición"privilegiada" de sus salarios y de condiciones laborales en un Argentina que hoy tiene un 27% de pobres.
"Se habla de cerrar Embajadas, creemos sinceramente que esa es una visión miope y cortoplacista. Ya hemos pasado por eso en años atrás y luego, algunas de ellas tuvieron que ser reabiertas con el consiguiente mayor costo que el supuesto ahorro producido por sus cierres", lanzó Mallea en abierta crítica al plan ya en marcha de vender sedes y cerrar consulados que implementa el Ejecutivo actual como una manera de ahorrar.
"¿Y si medimos a las mismas sólo bajo el prisma de nuestras exportaciones deberíamos cerrar nuestras embajadas en la Santa Sede, en Naciones Unidas, en otros organismos internacionales o regionales?" agregó Mallea tras hacer un resumen de la participación de los funcionarios de carrera en las actividades internas y externas que se realizaron a partir de diciembre de 2015 -cuando tomó el poder Cambiemos- y de todos sus apoyos a las políticas de Estado desde entonces.
Mallea afirmó que el gremio estaba de acuerdo con firmar con Acuerdo Social un "aporte voluntario" al régimen especial de jubilaciones que tienen los diplomáticos -un promedio de 200.000 pesos mensuales- y que el Gobierno ha puesto en debate.
El propio Faurie les dijo ayer que trabajaban en una "torre magnífica" y que tenían un Palacio hermoso para sus actividades un "salario y condiciones laborales privilegiadas."
Faurie ironizó incluso contra quienes veían "ridículo" o "folclórico" que el canciller se sume a timbreos que hace con Cambiemos y los sermoneó con que el mundo estaba atravesado por tensiones comerciales y cambios de paradigmas, detalló Clarín.
Bajo el escenario, algunos criticaron que no eligiera a diplomáticos idóneos para algunas direcciones. De hecho hubo varias renuncias en disgusto por ello. Pero Faurie arremetió: se quejó que muchos diplomáticos están sólo a la espera de un trabajo, que se niegan a ir a destinos difíciles y que sólo piensan en capitales europeas o Naciones Unidas.