Hace 26 años Mar del Plata se vestía de blanco
Nadie quiso perdérselo. Nadie quiso que terminara. Y nadie, tampoco, quiso olvidarlo. Y es por eso que aún hoy ese recuerdo que comparten los marplatenses sigue tan fresco, vivo y real, como aquella vez, como hace 26 años, cuando Mar del Plata se cubría de un manto blanco inesperado.
La fiesta ya había comenzado a gestarse durante la tarde del 31 de julio, con los primeros pasos de un visitante casi desconocido, que raras veces supo frecuentar la ciudad: la nieve. Y resultó ser una nieve copiosa, intensa, vehemente, que ya para la medianoche lograba vestir gran parte de las calles marplatenses.
Durante la madrugada no cesó. La nevada no durmió; siguió regando a Mar del Plata con ese tinte inédito e histórico. Y así, por esas horas, la sensación térmica también alcanzó los veinte grados bajo cero, según recuerdan los registros del Servicio Meteorológico Nacional.
El 1 de agosto de 1991 los marplatenses se despertaron con un retrato que era difícil de creer, que era propio de las postales que regala el sur de país. Pero no. Era real. Sí, era Mar del Plata. Se trataba de una de las tantas caras que aún tenía la ciudad por descubrir, sin abandonar nunca su belleza.
La nevada que hoy cumple 26 años no fue una más. Su rótulo es contundente: fue la última y la más importante. Los 8,5 centímetros de nieve que, en promedio, se esparcieron por toda “La Feliz”, le permitieron ocupar un lugar protagónico en la historia marplatense para dejar en un segundo plano los antecedentes que datan de 1964, 1972 y 1975.
Los rostros y las postales que se observan en las fotos enviadas por lectores de El Marplatense son un fiel testimonio que demuestran el festejo que significó aquella jornada. Trineos improvisados, muñecos de nieve, batallas familiares con copos, son algunas de las tantas anécdotas que se desprenden de esa "histórica nevada".
Aunque no fue una fiesta para todos. También hubo más de una veintena de personas enyesadas por jugar con la nieve, además de diversos problemas con las comunicaciones como otros inconvenientes en la pista principal del Aeropuerto Brigadier General Bartolomé de la Colina (hoy, bajo el nombre de Astor Piazzolla), que debió permanecer cerrada durante largas horas.
"FUE EMOCIONANTE, NOS TOMÓ POR SORPRESA"
El vicepresidente del Ente Municipal de Turismo, Jorge Zanier, recordó con emoción aquel 1 de agosto de 1991 y resaltó las nuevas postales que mostró la ciudad, engalanada por la nieve. "Nadie imaginaba que se iba a poner blanco como Bariloche o Mendoza", reconoció.
"Nos tomó por sorpresa. Ver la ciudad que uno quiere, que uno vive, con un manto blanco tan lindo todavía emociona. Uno se pone a mirar fotos, ver vídeos, con nostalgia, y la verdad nos gustaría que fuera más seguido", dijo, y agregó: "Pensábamos que iba a ser una cosa pasajera pero después de dormir unas pocas horas y levantarse y ver que seguía nevando y que todo estaba blanco, era impresionante".
En diálogo con este medio, el reconocido periodista de la ciudad también recordó que ante la gran cantidad de nieve, "la gente se volcaba de manera masiva a las calles porque era un verdadero espectáculo". "Las tejas rojas desaparecieron, los árboles verdes eran todos blancos", afirmó.
"Una de las cosas que me impactó muchísimo fue llegar a la Rotonda del Golf y ver todo el campo blanco. Pero era un blanco denso", remarcó, y consideró: "Uno por suerte puede cargar en la historia con esas cosas tan lindas que tiene nuestra ciudad, que nos brinda en cualquier época del año la alegría de ver cosas tan bellas con sus paisajes".
"ES UN FENÓMENO QUE PUEDE REPETIRSE CADA 20 AÑOS"
Al explicar el origen de la nevada que tuvo la ciudad a principios del '90, el meteorólogo José Javier Merlos destacó que esa jornada fue "histórica" porque se lograron dar "todas las variables que se necesitan" para que se desencadenara un fenómeno de estas características.
Según precisó, esas variables están vinculadas con la "presencia de aire antártico, la isoterma de 0 grados - es decir, el nivel en el cual el agua o los líquidos se transforman en sólidos y tienen que estar muy cerca de la superficie -, un viento continental del oeste, por lo que no debe haber influencia del mar, y un aire sumamente seco".
Merlos aseguró a este medio que la ciudad puede "estar cerca" de repetir una nevada como la que tuvo lugar décadas pasadas, pero aclaró que, por lo general, "siempre faltan una o dos variables" para que se concrete nuevamente el fenómeno.
"Hace 26 años se dieron perfectamente todas esas condiciones, y esto es algo que se puede repetir una vez cada 20 años", reveló, y añadió: "De todos modos, en muchas oportunidades podemos ver una nevada. Esto pasa a veces en algunos sectores de la Provincia como la Sierras de los Padres, porque esta más alejada del mar".