El Club Social y Deportivo Defensores de San Jorge funciona como un lugar de contención para más de 170 chicos que funciona hace 20 años. Allí, en la sede ubicada en 250 y Belgrano, meriendan y, además, alimentan su pasión por el fútbol. Las categorías masculinas y femeninas hacen rodar la pelota todas las tardes, para gambetearle a los problemas.
"Acá se les da merienda reforzada. Arrancamos los entrenamientos 3.30 de mujeres a las 17.30 le damos la primera tanda. A esa hora arranca entrenamiento con varones y se les da tipo 19", afirmó Hugo Décima, presidente del Club y quien gestiona el comedor, durante la visita de El Marplatense.
El mate cocido, el té, la chocolatada, acompañadas con pan, pizzas o lo que se pueda conseguir forman parte de esa merienda reforzada. "Nos movemos para conseguir en el mercado, en la Secretaría de Desarrollo Social, y la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), sin compromisos políticos. También recibimos donaciones voluntarias, porque Mar del Plata es muy solidaria", indicó Hugo, a quien los chicos llaman "Mula".
El club cumplirá 20 años en octubre, pero el comedor funciona hace un año y medio. Además, se brindan charlas sobre violencia de género, adicciones, entre otros temas. Y, por sobre todo, se juega al fútbol y nacen varios proyectos, como Lucas Zambran que se encuentra en la cantera de Arsenal, o Vargas, que hace lo propio en la de San Lorenzo.
Hugo lo define como un lugar familiar, porque al fútbol juega el padre, la madre y también el chico. "La idea es sacarlos de la mala calle, que no piensen de fumar de tomar alcohol. Tenemos una contención terrible, acá inculcamos que el chico si no estudia no puede jugar los torneos barriales", contó al respecto.
"Para mí es una alegría inmensa, es el motor que uno tiene lo psicológico. Todos tenemos problemas, pero venís acá, ves un chico que agarra la pelota, y es una cosa en lo anímico, que te hace olvidar todos los problemas que vos tenés", afirmó el "Mula", al cerrar la charla e irse a dirigir el entrenamiento.
Tras jugar 16 años en los torneos barriales del Ente Municipal de Deportes (Emder), hace un año conformaron "La unión popular de clubes de barrio". Nosotros, a chico que participa, a chico que se le da su premio. El entusiasmo de los chicos es ver un trofeo o una medalla", reflexionó, marcando diferencias con el certamen municipal.
"El chico si no está alimentado no puede pensar", es una frase que repite Hugo. Él sabe la importancia de su rol dentro de la vida de los chicos. El objetivo no se queda acá, el Club tiene planes de ampliación de espacio físico y de jugadores, porque, como ellos lo afirman y se siente en el aire, en el barrio San Jorge se respira fútbol.