De Mar del Plata a Estados Unidos, en busca de un sueño
Julián Santamaría es un marplatense de 19 años que se fue a perseguir su sueño de convertirse en basquetbolista a Estados Unidos. De Quilmes, pasó a la Universidad de Seward County CC, Kansas, para estudiar Administración de Empresas y entrenar.
El 14 de agosto Santamaría llegó a Estados Unidos, y "de a poco me voy adaptando al idioma y al ritmo de vida". En diálogo con El Marplatense, contó sus expectativas en esta nueva etapa, siempre con "el esfuerzo y las ganas como estandarte".
Sus comienzos
"Arranqué jugando a los 4 años en Teléfonos, donde tengo los mejores recuerdos. En categoría U15 primer año, decido pasarme al club Quilmes, que fue una decisión muy importante en mi vida, porque fue donde más crecí como jugador. Desde chiquito quise ser jugador de básquet, siempre tuve esa meta. Jugué hasta Primera, jugué regional, Liga Junior y me ha tocado entrenar con la Liga Nacional", detalló el jugador sobre sus inicios en el deporte.
Sobre los clubes marplatenses, Julián señaló que "Teléfonos me dejó muchos valores, siempre fue un club muy humilde, con buena gente y muy familiar". Sobre el "Tricolor", opinó que lo hizo "crecer en lo basquetbolístico" y "todo lo que soy como jugador hoy es gracias a lo que trabajé ahí".
Sin embargo, él sentía que en el club no tenía lugar y tampoco le alcanzaba el nivel de la Liga y empezó a buscar para jugar el Torneo Federal de Básquet. "Tuve la oportunidad pero se terminó cayendo. Con mis viejos apoyándome, pensamos que ésta era la mejor oportunidad para crecer como jugador y como persona. Es una experiencia que me hace madurar mucho. Al principio pensé que era una locura, pero a los 20 segundos cambié de opinión y le dije que vamos para adelante", detalló sobre la decisión de mudarse a Estados Unidos.
El entrenamiento y el estudio
"La temporada de básquet la arrancamos en octubre, ahora estamos en pretemporada", comenzó a detallas Julián. Se trata de entrenamientos "muy intensos, con mucho gimnasio, y nos hacen hacer ejercicios en pileta" y esta todo "muy organizado para que seas un estudiante y un atleta al mismo tiempo".
Un día en la vida de Santamaría comprende el desayuno, cursar hasta el mediodía, almorzar, una hora obligatoria de estudio en la biblioteca, una hora de gimnasio, dos horas de práctica de básquet, cenar y una vez ahí está libre. "Es una vida que estoy conforme, está muy organizado, todo el mundo te ayuda", dijo.
"Los primeros entrenamientos me costó adaptarme al ritmo de los chicos, son más atléticos y tienen otro ritmo de juego, diferente al estilo que tenemos en Argentina. Poco a poco voy agarrando la mano y me voy sintiendo más cómodo", explicó el jugador.
Entre uno de sus referentes, Julián destaca a otro marplatense, Patricio Garino. "La gran carrera que hizo Pato en Estados Unidos es una motivación grande, lo tomo como un referente y trató de imitarlo como persona, por lo humilde y lo trabajador que es", señaló sobre el nuevo jugador del Baskonia.
"Mi plan A sigue siendo jugador profesional, pero el estudio me da la posibilidad de hacer un plan B", afirma Santamaría, con los pies sobre la tierra pero con la cabeza puesta en la pelota naranja. "El esfuerzo y las ganas como estandarte, para mí es lo mejor que tengo, siempre dándole para adelante y con muchas ganas", aseguró. Esos pilares serán claves para la búsqueda de su sueño.