“Los Chapatenses”, fútbol y valores para los más chicos
A la altura del kilómetro 542 de la Ruta 11, en el barrio Santa Isabel, funciona una escuelita de fútbol infantil, cuyos objetivos van más allá de lo deportivo. “Los chapatenses” buscan inculcarle a los más chiquitos del sur de la ciudad los valores del deporte.
“La abuela Catalina” es el predio donde cerca de 25 chicos, de categoría 2007 a 2012 van a dar sus primeras patadas a la pelota. Son del barrio Santa Isabel, Playa Chapadmalal, entre otros. Allí, la cuota tiene un valor diferente para cada familia, acomodándose a sus necesidades”.
“Manejamos una cutoa “ciega”. Dentro de la cuota hay diferentes valores, solamente el tesorero sabe el valor de lo que paga cada familia. Lo hacemos acorde a la situación económica de cada familia, alguna les cuesta más, otros menos, algunas tienen varios hermanos jugando, entonces las cuotas varían hasta los 250 pesos. Cada uno paga dependiendo su situación”, explicó Bruno, utilero de la escuelita, en diálogo con El Marplatense.
El proyecto se inició en 2014, gracias a cuatro padres que no sabían si iba a funcionar su idea. “No sabíamos si lo íbamos a poder llevar a cabo por la zona donde vivimos, que quizás no tenemos la misma cantidad de chicos que en Mar del Plata. Fue medio una apuesta porque no sabíamos si nos iba a salir, por suerte dentro de las expectativas nuestras las superamos y hoy se formó Los Chapatenses”, describió Bruno.
Desde ese momento, año a año van creciendo e incorporando nuevas categorías, siempre apuntando a los más chicos. Las competencias van variando, siendo invitados a distintos eventos en la ciudad y otras localidades.
“No apuntamos sólo la parte deportiva, sino también la educativa, la parte de recreación, enseñamos los valores de la escuela, el compañerismo, todas esas cosas que en escuelas más comerciales capaz se pasa por alta”, afirmó Bruno, sobre una de las principales misivas de la escuelita.
En “Los Chapatenses” siempre hay lugar para los valores. Es una zona donde, según sus habitantes, se vive en una especie de comunidad diferente a la de una ciudad. Tal vez por eso, la unión y el compañerismo hacen de una escuelita de fútbol un lugar de encuentro y aprendizaje.