Comprueban lavado de dinero entre Lázaro Báez y Cristóbal López
Para la Justicia ya no hay dudas: la operación inmobiliaria que vincula a Lázaro Báez y Cristóbal López “se trata de una maniobra de lavado de activos”. Así lo corroboró el juez Sebastián Ramos después de recibir una gran cantidad de documentación proveniente de Comodoro Rivadavia, ciudad de origen del dueño del Grupo Indalo y donde se encuentra el terreno investigado.
La maniobra en cuestión es una transacción de un terreno de 3.200 metros cuadrados en Comodoro Rivadavia que comercializaron entre ellos y que, para la Justicia, constituye una clara maniobra de lavado.
Se realizaron sucesivas compraventas “en escasos meses de diferencia con sobrevaloración exorbitante de un inmueble”, había denunciado la ex diputada Margarita Stolbizer y confirmó el juez Ramos.
"Se simuló una venta con precios exorbitantes para blanquear fondos, mientras ambos eran contratistas del Estado", indicaron fuentes de la causa a Clarín.
Se trata de un gran terreno ganado al mar identificado como “Lote 1 de la manzana 61 A”, que cuenta con una superficie de 3.200 metros cuadrados. Este inmueble perteneció inicialmente a Servicio Integral Alem SRL, una firma de Lázaro Báez dedicada a la venta de cubiertas y accesorios para vehículos, además de venta de combustibles.
Fue a fines de marzo de 2014, cuando en una reunión de socios, ya que Báez es dueño del 95% de las acciones y Jorge Bringas del 5% restante, firmaron un acta para aprobar un acuerdo con la Municipalidad de Comodoro Rivadavia. A través de dicho convenio, la intendencia le permitió a Báez comprar el lote de una forma particular: el Ejecutivo local cedería el lote a cambio de la realización de la obra de pavimentación de una calle la ciudad chubutense. En total eran dos cuadras que fueron cotizadas por $ 875.454.