La Corte de Brasil resolvió que Lula puede ir preso
La Corte Suprema brasileña rechazó este miércoles en un fallo dividido el hábeas corpus interpuesto por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien de este modo podrá ir a la cárcel tras ser condenado en dos instancias a 12 años y un mes de prisión por corrupción.
La encargada de desempatar la reñida votación, que terminó en 6-5 contra el exmandatario, fue la presidenta de la Corte, Cármen Lúcia. Sin embargo, Lula no irá a prisión inmediatamente. Todavía tiene hasta el 10 de abril para presentar un nuevo recurso, pero los expertos en derecho coinciden en que esta etapa es una formalidad y que la probabilidad de que tenga éxito es mínima.
El expresidente, de 72 años, había sido condenado en enero por un tribunal de segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel, por corrupción y lavado de dinero. La Justicia lo acusó de haber recibido como soborno un departamento tríplex - en el balneario de Guarujá- por la constructora OAS. El trato consistía en que el exmandatario debía garantizarle a la empresa contratos con Petrobras, durante su presidencia.
Los jueces del STF que votaron en contra del recurso fueron Luís Roberto Barroso, Alexandre de Moraes, Rosa Weber, Luiz Fux y Rosa Weber. Por otro lado, los magistrados que intentaron darle esperanzas al líder del Partido de los Trabajadores fueron Gilmar Mendes, José Antonio Dias Toffoli, Ricardo Lewandowski, Marco Aurélio Mello y Celso de Mello.
El abogado de Lula, José Roberto Batocchio, intentó intervenir en la votación y aseguró que en este tipo de recursos la Presidenta no puede desempatar. Sin embargo, la Corte decidió que sí.
Lula siguió la audiencia judicial desde la sede del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, cinturón obrero de Sao Paulo, en donde impulsó su carrera política hasta la jefatura de Estado. Lo acompañaron varios dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), entre ellas la expresidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016 por el Congreso, acusada de manipular las cuentas públicas.
La causa
En medio de las investigaciones por la Operación Lava Jato, el juez federal Sergio Moro condenó a Lula da Silva por recibir como soborno un lujoso departamento tríplex en Guarujá, San Pablo. A cambio, el entonces presidente debía garantizarle a la constructora OAS contratos especiales con la petrolera estatal Petrobras.
El líder del PT negó ser dueño de la propiedad. Su abogado aseveró que Moro no tenía evidencias concretas sobre su vinculación ni había seguido la ruta del dinero.
Sin embargo, un cabo suelto en el entramado dio más pistas. El expresidente de la constructora, Leo Pinherio, confesó que el exmandatario le había pedido destruir todos los documentos del inmueble y ocultaros de la Justicia. Como si fuera poco, durante la causa apareció una imagen en la que aparecen ambos dentro del edificio en cuestión.
Fuente: Télam