Finalmente, Lula Da Silva seguirá preso
Una auténtica “guerra” de resoluciones, desplegada en forma desenfrenada alrededor de la liberación del ex presidente Lula da Silva, sucedió durante el fin de semana en Brasil.
Por la mañana, Rogerio Favreto, juez del tribunal federal de Porto Alegre y cercano al PT, que es de segunda instancia, decidió la liberación del ex mandatario preso. Hacía lugar, de esta manera, a un pedido de habeas corpus presentado el viernes último por tres diputados federales. Por la noche, la última palabra la dio el presidente de ese tribunal, Thompson Flores, quien se pronunció por mantener al líder político tras las rejas.
Desde Portugal, donde está de vacaciones, el juez Sergio Moro de Curitiba intentó tallar en el asunto. Emitió su propio fallo en que subrayó que Favreto no tenía “competencia en este caso” y ordenó a la policía federal mantener en prisión al ex jefe de Estado. Al estar fuera del juego por la feria judicial, Moro podrá ser objeto de sanciones por esa actitud. Ganas no les faltan a varios ministros de la Corte que ya le habían advertido al magistrado de Paraná sobre los riesgos de las “insubordinaciones”.
Lula está preso desde abril en Curitiba, condenado a 12 años de prisión por el caso del del "triplex de Guarujá", un departamento en la costa de San Pablo que la Justicia determinó que lo había recibido como pago de una constructora por favorecerla en contratos con Petrobras.
Favreto, que este domingo fue juez de turno del Tribunal Federal de Porto Alegre, respondió a Moro con una reiteración de su sentencia: la liberación inmediata del preso. Allí entró en escena otro juez: Joao Gebran Neto. Este magistrado había tenido en sus manos la causa de Lula por un departamento en Guarujá, presuntamente comprado con dinero de corrupción. Desde ese lugar se vio con autoridad para negar los fallos de Favreto. Pero este juez resultó insistente: emitió una tercera orden que imponía liberar a Lula a las 17.15 horas. Le advirtió a la Federal que, en caso de no cumplir su mandato, los agentes involucrados estarían incurriendo en un delito. La última escena de este domingo fue la de Thompson Flores, el presidente de la cámara de Porto Alegre. Fue quien decidió cortar con la secuencia con el solo objetivo de dejar a Lula detenido.
Favreto había decidido aceptar el habeas corpus presentado el viernes por tres diputados federales, por entender que había un perjuicio contra Lula como candidato en las presidenciales de octubre próximo. En su visión, con el ex jefe de Estado encarcelado, se viola “el principio de igualdad de participación” de los postulantes, que deben poder exponer libremente “los proyectos a ser debatidos por la sociedad”. Este juez sostuvo que mantener preso a Lula cuestiona la legitimidad del proceso electoral y de las instituciones democrática. “Se percibe que ese obstáculo al ejercicio regular de los derechos del pre candidato generó grave falta de igualdad del propio proceso político en curso”. Y agregó: “Si no restablece la equidad, podrá contaminar el ejercicio ciudadano de la democracia y profundizar la crisis ya evidente de las instituciones democráticas”.
En varias ciudades capitales de Brasil se organizaron protestas. En Curitiba estaban los movimientos sociales, que acompañan la prisión de Lula desde hace 93 días. En Río de Janeiro, en San Pablo y en la ciudad de Salvador, se organizaron movilizaciones en forma espontánea. Entre tanto, del otro lado, el Movimiento Brasil Libre se ocupaba de demandar a sus militantes que fueran a la avenida Paulista a manifestar contra Lula, destacó Clarín.