Qué lindo es el básquet, si uno no tiene problemas de corazón. Y qué lindo es el clásico marplatense. Igualdad es la palabra que más definió a este clásico. Pero en el básquet siempre hay un ganador, y en esta ocasión fue en doble tiempo suplementario. Y ese fue Peñarol que luchó mano a mano con Quilmes desde atrás pero lo venció por 105 a 101 para festejar en una noche loca.

El increíble desempeño en los suplementarios de Juani Marcos y Nicolás Lauría dieron un empuje extra, la experiencia de Gianella y la desfachatez de Brown. El aguante de los pibes. Eso hizo que Peñarol ganara un partido muy cerrado.

No se vislumbró un claro ganador en todo el partido, si bien en muchos pasajes Quilmes se sintió más cómodo, la amenaza de Peñarol era constante, tanto que forzó unos cinco minutos extra. El "Tricolor" podría haberlo liquidado con anterioridad, pero la falta de convertibilidad de los libres le jugó una mala pasada. De eso se aprovechó el "Milrayita" que tuvo la serenidad de actuar como debía en los momentos claves de definición, algo que aún le cuesta mucho a los de Luro y Guido.

El partido comenzó con algunas imperfecciones, que pudo capitalizar Quilmes con sus pequeños aciertos que lo llevaron a una ventaja 8-0 y forzaron a que Leo Gutiérrez pida minuto poco antes de cumplirse los dos minutos de juego. Poco a poco, Peñarol fue acercándose, Gianella cortó la sequía y Brown apareció con una buena cuota de puntos y, con tres triples, puso a Peñarol al frente por primera vez en el partido (18-17). En un primer cuarto raro, pero entretenido, los equipos terminaron igualados en 25.

Otra vez volvió a estar más fino Quilmes en el arranque y tomó una ventaja interesante de nueve puntos (40-31). Gianella con sus personales mantuvo a Peñarol con vida, tras su salida, Brown, Marcos y arn tomaron la posta y otra vez el juego estuvo empatado (46-46). Sobre el final, como el día de la marmota, otra vez paridad, un tiro defectuoso de Bolívar y otro de Brown terminaron adentro y la historia se fue al descanso con igualdad en 52.

Lindas jugadas comenzaron a verse en el comienzo del complemento, pero que se mezclaban con errores y hacían que el partido no termine de lucirse en lo técnico, pero sí en lo entretenido. Como era de esperarse, bajó la intensidad del marcador y los números dejaron de ser tan altos. El parcial fue de 16-15 para los del Materno que terminaron el tercer cuarto arriba por la mínima (68-67).

El último cuarto sacó a relucir las asperezas del partido. Más errores de lo normal en ofensiva, pero con un Quilmes mejor parado en defensa que comenzó a sentirse más cómodo en la cancha, aunque la diferencia en el marcador era de tres puntos como máximo a su favor. Cuando fue de cuatro, apareció Marcos con unos nervios de acero y metió un triple para acercar a su equipo a falta de 53 segundos.

Cuando Peñarol tuvo el contragolpe, Gianella no pudo penetrar y la pelota volvió a Quilmes. Falta y dos libres que convirtió Ortíz para volver a ponerse a tres (82-79). Luego, doble de Brown y falta otra ve a Ortíz, que esta vez sólo metió uno. Eso le dio la posibilidad a Gianella de empatar el juego con una gran penetración y forzar el suplementario. El tiempo extra fue trabado, pero los errores de Peñarol fueron más frecuentes, aunque Quilmes con ventaja no pudo cerrarlo rápido. Horrores de la mesa de control paralizaron el partido sobre el final, quitándole encanto y otorgándole más presión. Cuando se disputó la última, Peñarol defendió muy bien la salida y otra vez a los cinco minutos extra. Allí, por fin pudo imponerse.

Síntesis:

Quilmes 101: Víctor Fernández 15, Sebastián Morales 4, Mateo Bolívar 13, Lucas Ortíz 38 y Eduardo Vasirani 8 (FI) Juane De La Fuente 8, Gastón Essengue 15, Maximiliano Maciel, Agustín Lecona. DT: Javier Bianchelli.

Peñarol 105: Nicolás Gianella 20, Lucas Arn 12, Todd Brown 28, Lucas Gorosterrazú 9 y Alejandro Alloatti 4 (FI) Nicolás Lauría 9, Juani Marcos 17, Tomás Monacchi, Nicolás Franco 4, Juan Fernández 2. DT: Leonardo Gutiérrez.

Parciales: 25-25, 52-52, 67-68, 83-83 y 94-94

Árbitros: Pablo Estévez, Roberto Smith y Javier Sánchez

Estadio: Polideportivo Islas Malvinas