Cataratas: recuperaron 90 kilos de monedas en las cercanías de la Garganta del Diablo
Alrededor de 20 voluntarios recolectaron 90 kilos de monedas de diferentes países en las cercanías de la Garganta del Diablo, el más espectacular de los 275 saltos de las Cataratas del Iguazú. El operativo de limpieza se realiza cada año, pero en esta ocasión la cantidad de kilos superó a las anteriores.
Al lugar se acercaron guardaparques, guías de turismo y empleados de la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en el Parque, quienes también removieron los candados que los turistas colocan en las barandas de las pasarelas.
El intendente del Parque Nacional Iguazú Sergio Valdecantos explicó que la tarea de limpieza se realizó aprovechando que los lunes suele producirse una merma en el caudal del río porque durante los fines de semana a las centrales hidroeléctricas ubicadas en Brasil les cierran las compuertas con el objetivo de retener agua para generar energía.
“Son dos los lugares más críticos: uno que está muy cerca de la Garganta del Diablo y otro a unos 200 metros antes de llegar al balcón. Este año nos sorprendió la cantidad [de monedas], porque el año pasado habíamos juntado menos de la mitad”, detalló a Clarín Valdecantos.
Los turistas suelen arrojar las monedas después de pedir tres deseos. “Muchas veces algunos turistas ven esa acción y la imitan, o tiran una moneda porque ven el lecho del río tapizado de esos elementos metálicos”, agregó el Intendente del Parque.
“Hoy estamos realizando el proceso de limpieza y clasificación de las monedas. En principio hallamos algunas de Brasil, de Paraguay, de Colombia, de Bolivia y de la Argentina, pero recién empezamos con esa tarea y la limpieza. La intención es donar todo a algún merendero o entidad de beneficencia”, contó Valdecantos.
Esta práctica se repite del lado brasileño. Allí este año también se realizó una limpieza y las monedas recuperadas pesaron 300 kilos. Valdecantos señaló que incluso algunas personas arrojan papeles y otros objetos al río para ver cómo se precipitan al vacío en los saltos, sin medir el enorme impacto ambiental que eso tiene.