Fútbol femenino: Milagros Menéndez y la lucha diaria por la igualdad
El fútbol femenino, recientemente oficializado como una actividad profesional, se encuentra abriéndose paso en un ámbito puramente masculino. A pesar de esto, sus principales exponentes continúan con la lucha por la igualdad.
En ese marco, Radio Mitre Mar del Plata dialogó con la deportista marplatense Milagros Menéndez, quien recientemente fue elegida para protagonizar un spot contra la violencia de género realizado por la AFA, durante la semana de la no violencia hacia la mujer. "Estoy disfrutando esta etapa de la mejor manera y es increíble el año que tuve, todavía no caigo en todo lo que he vivido, en todo lo que estoy disfrutando", comenzó.
"Yo estaba entrenando en una plaza de Mar del Plata cuando me llamaron para un equipo de Buenos Aires, hace cuatro años, y me cambió la vida", recordó. Este año tuvo la oportunidad de participar del Mundial de Francia, en el cual marcó el primer gol de la Selección Argentina, y de los Juegos Panamericanos de Lima.
Si bien el fútbol femenino logró este año una gran exposición en esos torneos, Menéndez asegura que todavía "queda un largo camino" por recorrer. Por ejemplo, en Racing, el club en el que se encuentra jugando, solo 14 jugadoras tienen contratos, del total de 28. "Esperamos que eso se modifique para el próximo torneo, pero entendemos que este fue un año de muchos cambios y sabemos que el año que viene seguirá creciendo", manifestó.
"Queremos que todas las jugadoras seamos profesionales, porque todas corremos lo mismo, dejamos todo en cada entrenamiento y no es justo esta desigualdad, por eso creo que faltan muchísimas cosas que implementar, pero luchamos día a día", continuó. Por eso, consideró que se encuentran en una situación "semiprofesional".
Para Milagros, uno de los factores más importantes es la creación de una escuela de fútbol femenino en los clubes, para que las niñas entrenen desde temprana edad. "La otra vez fueron a vernos 20 nenas al entrenamiento y fue hermoso, porque cuando llegué las 20 vinieron a abrazarme y después me pidieron que me quedara jugando con ellas", contó.
"Esa vez, las profesoras me dijeron que les costó mucho armar un equipo, que al comienzo eran tres nada más. Por eso les dije que hay que ponerse objetivos, que hay que soñar y que cada sueño se tiene que ir trabajando, porque todo llega", concluyó.
