Teatro Tronador: el regreso de un emblema de la ciudad
Tras cinco años de clausura y abandono, el sábado 28 de diciembre se reinaugurará uno de los teatros más emblemáticos de Mar del Plata: el Tronador, una iniciativa de los empresarios Marcelo González y Guillermo Seita.
El Tronador había atravesado la crisis que implicó el cierre de teatros de Mar del Plata durante los últimos años. La sala había sido clausurada en 2015 pero a principios del 2017 comenzaron las refacciones del complejo de más de 3000 metros cuadrados situado en Santiago del Estero 1746.
Las obras incluyeron la mejora de la perspectiva desde las butacas. Así, se redibujaron los niveles de la sala. Al ingresar al lugar, saltan a la vista las nuevas escaleras mecánicas que conectan la calle con el foyer, cuyos pisos son de mármol italiano blanco y negro.
En el primer nivel funcionan los sectores de la boletería, la confitería, el guardarropa y los sanitarios para el público. Estos espacios también fueron totalmente renovados.
En el segundo nivel se encuentra la sala de teatro propiamente dicha, con cuatro plantas de camarines nuevos: vestuario, maquillaje, grupos y estrellas del espectáculo, explicó el arquitecto Sambataro. En cuanto al escenario, es de 18 por 14 metros, desmontable; fue diseñado pieza por pieza por torneros especializados. También posee varas automatizadas traídas de Alemania y un telón motorizado de última generación.
La sala cuenta con 800 butacas de cuero azul frente al escenario y ocho palcos para entre 8 y 11 personas, que tendrán servicio preferencial de cocheras y bar. Todo el complejo presenta un nuevo sistema especial de insonorización. Se puede hacer allí desde conciertos sinfónicos hasta un espectáculo de canto lírico o un show de rock.
Debido al mal estado que presentaba, el techo de la sala fue demolido y reconstruido con más de 200 toneladas de hierro para sostener las pasarelas aéreas que cruzan de lado a lado. A través de ellas transita el público que realiza las visitas guiadas que repasan la historia del lugar. Ahora sólo resta esperar que se abra el telón.