Un nuevo ataque aéreo de Estados Unidos a Irak complica las relaciones internacionales
Los Estados Unidos llevaron a cabo este viernes un nuevo ataque aéreo en Bagdad, menos de 24 horas después del operativo que culminó con el asesinato del poderoso general iraní Qasem Soleimani.
Según fuentes cercanas, se registró un ataque aéreo contra un "convoy médico" de Multitud Popular cerca de la zona de Al Tayi, a 30 kilómetros al norte de Bagdad, donde hay una base militar en la que están desplegadas tropas estadounidenses.
Las Fuerzas de Movilización Popular, milicias paramilitares mayoritariamente chiíes de Irak, confirmaron la muerte de cinco médicos en el hecho.
Según las milicias, en el lugar del bombardeo no había ningún alto responsable y en su lugar se encontraba un grupo de profesionales de la salud que colaboraban con el grupo, informó Clarín.
Por su parte, la coalición internacional que lidera Estados Unidos contra el grupo terrorista Estado Islámico ha negado su implicación en el ataque.
"La coalición no ha llevado a cabo ataques aéreos cerca de Taji en los últimos días", ha indicado su portavoz, el coronel Myles B. Caggins, mediante su cuenta de Twitter.
Es el segundo bombardeo en menos de 24 horas que los Estados Unidos realiza en esa región. El jueves, por orden del presidente Donald Trump, un avión no tripulado mató al jefe de las Fuerzas de Movilización Popular y el poderoso general iraní Qasem Soleimani.
Trump dijo que el general Soleimani fue "eliminado" cuando estaba a punto de atacar intereses estadounidenses, pero que no buscaba con ello iniciar una guerra ni derrocar el gobierno iraní.
"Soleimani estaba planeando ataques inminentes y siniestros a diplomáticos estadounidenses y personal militar, pero lo descubrimos en el acto y lo liquidamos", dijo Trump en una declaración televisada en Florida.
Sin embargo, el mandatario estadounidense intentó reducir las tensiones con las autoridades de Teherán al señalar que no buscaba iniciar una guerra.
"Tengo un respeto profundo por el pueblo iraní", dijo el presidente desde su residencia en Mar-a-Lago, en la costa este de Florida, donde está de vacaciones. "No buscamos un cambio de régimen", dijo.
El líder supremo de esa república islámica, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una "severa venganza" y nombró rápidamente a un sustituto al frente de Al Quds, el brigadier general Esmail Qaani.