El conflicto entre el marplatense Brian Rosso y la Federación de Remo
Faltan menos de 150 días para la fecha esperada por los amantes del deporte olímpico. Más allá de la grave situación médica que vive el continente asiático con los crecientes casos de coronavirus, el próximo viernes 24 de julio será el día de la apertura oficial de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Camino a la cita olímpica a desarrollarse en la capital de Japón, el deporte argentino se prepara para volver a participar en el máximo evento multidisciplinario del deporte. Con 141 plazas confirmadas, múltiples deportes todavía están a la espera de ganarse un lugar para estar en Tokio. Y uno de esos es el remo, que en algunas semanas tendrá el preolímpico en Río de Janeiro: del 2 al 5 de abril habrá más de 20 plazas continentales en juego.
En plena preparación para dicha competencia está la selección argentina de remo. Instalados en Tafí del Valle -una ciudad tucumana ubicada a 126 kilómetros de la capital-, 13 remeros junto a los entrenadores del equipo se están acondicionando en la altura para llegar en las mejores condiciones físicas al clasificatorio olímpico.
Uno de los deportistas de la concentración es Brian Rosso, representante del bote individual masculino en los últimos Juegos Olímpicos de Río 2016, que protagonizó una polémica con la federación de su disciplina por un supuesto acto de inconducta.
En una carta abierta dirigida a Daniel Concilio, el presidente de la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (AARA), al Mánager de la Selección, el ex remero olímpico Santiago Fernández, además de la Comisión de atletas de la federación y los entrenadores junto a sus compañeros de equipo, Rosso se defendió luego de recibir el acta de la última reunión del Consejo Directivo de la federación donde lo habían catalogado como un atleta que “hace lo que quiere”.
El domingo pasado, cerca de las 16, Rosso recibió un mensaje de Daniel Gasparrini -parte de la comisión técnica de la federación y presidente del tribunal de disciplina-, quien le informó que debería dejar la concentración en la altura y que tenía un vuelo reservado de regreso a Buenos Aires a las 18.45. Frente a esta situación, el remero olímpico no aceptó la sanción impuesta y se negó a subirse al avión, lo que generó la respuesta del dirigente, que según escribió el deportista en su comunicado, se podía exponer a una “sanción grave” que lo dejaría fuera del equipo que competirá en el preolímpico.
Según el remero, una mala comunicación entre los dirigentes y los encargados del entrenamiento en Tucumán, habría generado el conflicto denunciado por Santiago Fernández -Director Técnico Nacional-, a la federación.
¿Qué fue lo que dijo Rosso para aclarar la situación? En el escrito que publicó en su cuenta de Twitter, el múltiple medallista panamericano contó que, apenas llegó a Tucumán, tuvo una lesión en el cuello que lo privó de poder entrenarse en forma. “Salí el primer día a remar, hice 8 km y tuve que entrar del dolor”, dijo, al mismo tiempo que aclaró que se llegó a tomar 16 pastillas de diclofenac una semana para intentar acelerar los procesos de recuperación.
Además, uno de los remeros que representó a la Argentina en los últimos Juegos Olímpicos, aclaró que se acopló a todos los ejercicios grupos establecidos en la concentración, tanto físicos, en el gimnasio y las sesiones en bicicleta. Lo único en que no los pudo acompañar fue en las sesiones en el agua con el bote a bajo ritmo, ya que indicó que él prefiere hacerlas en soledad.
“Estoy a 40 días del momento más importante de mi vida. Hace 7 años que soy el singlista de Argentina, en estos años me mantuve invicto a nivel Sudamericano y durante 4 años estuve entre los tres mejores de América. Lo único que me importa en este momento es clasificar a TOKIO”, cerró parte de su comunicado Brian Rosso, marcando con letras mayúsculas el significado que tiene para su carrera deportiva poder volver ser olímpico.
Hasta el próximo domingo, día que terminará la concentración de la selección argentina de remo, Rosso prometió quedarse. A su regreso quiere tener un careo con la dirigencia y en el caso que se le intente aplicar una sanción, tener la oportunidad de presentar las pruebas y los testigos necesarios para demostrar su accionar con el equipo en Tafí del Valle.
A pocos días de afrontar el momento más importante del año, y luego de volver a mostrar que el remo argentino es competitivo a nivel panamericano, un nuevo conflicto impacta directo en las entrañas de una de las disciplinas con mayor capacidad deportiva del país. Justamente en la previa a Lima 2019, varios remeros tuvieron que ser hospitalizados por una fuerte intoxicación que sufrieron al entrenarse en la pista nacional de Tigre, producto de la severa contaminación que afecta al Río Reconquista. En el pasado, y en la antesala a Río 2016, una interna entre parte de los atletas y el entrenador francés contratado por el ENARD -el francés Jean-Raymond Peltier- generó la rescisión del contrato anticipada del experto, que no estuvo presente en los Juegos Olímpicos. Dicha situación generó un importante desgaste en varios de los remeros y varios de ellos le pusieron punto final a su carrera olímpica por lo sucedido.
¿Qué sucederá con el futuro de Brian Rosso y su sueño de volver a representar al deporte argentino en Tokio 2020? Sin comunicado oficial emitido de parte de la federación de remo, habrá que esperar a la resolución del caso en los días futuros.