¿Quién controla los estacionamientos reservados en las calles de la ciudad?
La cuarentena decretada por el Gobierno Nacional debido a la pandemia de coronavirus redujo significativamente el tránsito en Mar del Plata durante los primeros dos meses del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Sin embargo, a medida que se fueron habilitando nuevas actividades, los vehículos particulares se multiplicaron en las calles de la ciudad y, con ellos, las viejas mañas de los conductores marplatenses.
Además de la habitual problemática de los autos en doble fila, en los últimos tiempos, con la disminución del personal de Tránsito en las calles -debido a que está abocado a los operativos de control en el marco de la cuarentena-, los conductores estacionan con mayor frecuencia en lugares reservados, pese a estar debidamente delimitados con pintura amarilla y señalizados.
Estos estacionamientos exclusivos se ubican frente a instituciones públicas o privadas que consideran imprescindible disponer de espacio reservado para estacionar vehículos de su propiedad, que se utilizan para llevar adelante la logística y la actividad de dichos establecimientos.
Para obtener ese lugar, la Ordenanza N° 7482 establece que los frentistas deben solicitar por escrito un permiso antes las autoridades municipales y abonar un canon anual al Partido de General Pueyrredon que, dependiendo de los metros reservados, puede trepar hasta la cifras de 6 dígitos.
Pese a que los establecimientos pagan con regularidad por ese uso del espacio público, los automovilistas que estacionan impunemente en esos lugares reservados rara vez son multados, ya que los frentistas deben avisar a la grúa, que casi nunca concurre al lugar o, cuando lo hace, llega tarde y el vehículo ya fue retirado. ¿Quién controla, entonces, los estacionamientos reservados en las calles de la ciudad?