Una silla con vista al mar: un cestero, su legado y el homenaje a un ícono de la ciudad
La marplatense Paz Cano diseñó, junto a su pareja Santiago Rolón, una silla en homenaje a su abuelo cestero. Inspirada en los veranos familiares, tomó el ícono de mimbre y cuatro arcos y lo trajo al presente, bajo el nombre Silla Rambla.
"Siempre tuvimos ganas de incorporar el mimbre a nuestros proyectos, fue un pendiente que nos quedó con mi abuelo. Supongo que esa imposibilidad, junto a que nos dedicamos al diseño de muebles, nos dio la idea", consideró Cano sobre el origen de la silla que fue seleccionada por el Fondo Nacional de las Artes y también obtuvo el Sello Buen Diseño 2018 y 2019, y el Premio Museo de Arte Decorativo 2016.
Antes de la llegada del plástico a la costa, en las carpas esperaba una apilada una silla tejida en mimbre, un poco más pesada que las que hoy reciben a los turistas y que requería ajustes periódicos. Así era el producto del trabajo del abuelo de Paz, Miguel Cano, quien aprendió la técnica ancestral de su padre.
Él fue quien llevó adelante la canastería La Obrera, una tienda emblemática ubicada en la Rivadavia y España, a 10 cuadras de la peatonal, hasta su cierre en 2014. Miguel Cano murió un año después y su nieta aseguró que "hasta sus 89 años siguió tejiendo".
"Fue una de las dos mimbreras que fabricaban la silla de mimbre. Fundada en 1938 por mi bisabuelo Reynaldo Cano, quien aprendió la labor de forma autodidacta en El Tigre. Con el tiempo, tres de sus hijos se hicieron luego cargo del local, y finalmente mi abuelo, Miguel Cano, fue el que continúo con el negocio de la Canastería junto a mi abuela Irma Novo", explicó.
Y recordó sobre su abuelo: "Se levantaba muy temprano, y se iba a trabajar al taller en Chile y Alberti. En el último tiempo, seguía trabajando desde el quincho de su casa, a unas 3 cuadras de la Canastería. Era un perfeccionista de su trabajo; compraba el mejor mimbre (el chileno) y tejía el material de forma muy prolija y sus piezas eran muy resistentes".
EL LEGADO
"Creo que siempre me fue natural crear", afirmó Paz Cano, fundadora del estudio de diseño Cano Rolón cuyas las piezas recorrieron Milán, Londres, Nueva York, París, Roma, Guadalajara, Buenos Aires, Córdoba y recibieron múltiples premios.
"Mi infancia fue en el Bosque Peralta Ramos, rodeada de naturaleza y de elementos que con mis hermanos usábamos que crear infinidad de cosas; cortinas con coquitos, vasijas con arcilla. Mi abuelo Miguel nos visitaba y nos llevaba a recoger unos pastos pegadizos con los que hacíamos pequeños canastos", recordó.
Un par de años después del fallecimiento de su abuelo y junto a su pareja, a quien conoció en la Universidad de Mar del Plata mientras estudiaba diseño industrial, Paz Cano decidió tomar la influencia de la histórica silla y hacer su propio homenaje.
La Silla Rambla posee una estructura metálica: cuatro curvas en forma de arcos se entrecruzan y componen el respaldo y el apoyabrazos. Su asiento está tapizado en pana, cuenta con un sistema textil antimanchas, tecnología 3D y sus colores invocan amaneceres y atardeceres frente al mar.
"Está hecha en metal, y tiene su versión para interior como para exterior.
Mantiene cosas que nos parecen importantes de la original: un respaldo curvo y semienvolvente, los apoyabrazos, y el hecho de que sea apilable", destacó la diseñadora.
"Se llama Rambla obviamente por el nexo de la silla original a la antigua rambla marplatense (allí la gente pagaba para fotografiarse con la silla, en los orígenes de la ciudad)", explicó.
"Es un proyecto importante por todo lo que conjuga: nuestra relación con la ciudad, con el diseño, con mi familia. Pero sabemos, y eso lo hace más bello aún, que la silla Mar del Plata, es un símbolo colectivo", afirmó.
Y consideró: "Es un proyecto para nosotros, pero a la vez es para todos los que tuvieron infancias ligadas a Mar del Plata. La idea es evocar a través del diseño los recuerdos propios de cada uno".