Vuelven a allanar la cárcel de Batán por casos de extorsión
La SUBDDI Balcarce allanó este miércoles la Unidad Penal N°15 del Complejo Penitenciario Batán, para poner fin a la actividad de delincuentes que mediante el uso de celulares se hacían pasar por policías para extorsionar a sus víctimas.
Los sujetos imputados, los cuales se encuentran cumpliendo una condena por homicidio y privación ilegítima de la libertad, ya habían sido identificados en otro procedimiento realizado en noviembre. En aquella oportunidad, se requisó la celda ocupada por padre e hijo y se los aprehendió también por el delito de extorsión, aunque al estar ya detenidos permanecieron en el lugar sujetos a un nuevo proceso penal.
Un ciudadano de Balcarce realizó una denuncia en la SUBDDI Balcarce el domingo. La víctima, de 55 años, relató que mantuvo una conversación por "messenger" con unba mujer que luego lo bloqueó, al tiempo que recibió un llamado en su celular de un supuesto oficial de la DDI Mar del Plata, quien tras un argumento perfectamente estudiado le indicaba que la madre de una menor lo habían denunciado por el delito de “corrupción de menores y grooming”, ya que la joven le había pasado por Facebook fotografías y videos de desnudos y que por esto le iban a armar una causa grave para que vaya preso.
El hombre comentó que este presunto jefe policial le exigía un pago de $30.000, a los fines de que la denuncia no se hiciera formal. Mientras mantenían esta conversación, la cual nutrían de términos policiales y jurídicos, los delincuentes simulaban sonidos que reproducen los equipos de comunicación policial, ello para dar más credibilidad a su ardid y de esta manera lograr quebrar la voluntad de la víctima.
En el trabajo conjunto entre el Ministerio Público Fiscal, a cargo de Rodolfo Moure y la SUBDDI Balcarce a cargo del Comisario Maximiliano Blanco Rio, se procedieron a analizar las comunicaciones recibidas, el análisis de las antenas, obteniendo que las mismas provenían de la Unidad Penitenciaria N°15 de Batán.
Con los elementos de prueba reunidos, se obtuvo una orden de allanamiento y requisa de las celdas Nro. 13 del Pabellón I, y Nro. 18 del pabellón 4. Allí se procedió al secuestro de cuatro teléfonos celulares, tarjetas de telefonía móvil, y documentación donde los malvivientes tenían prolijamente anotados a modos de “legajos” los datos de las víctimas y la inteligencia realizada sobre los mismos, como también frases y que debían decir invocando artículos y delitos perfectamente estudiados para cuando se comunicaran con los damnificados.
Los sujetos fueron nuevamente procesados por el delito de extorsión, permaneciendo detenidos en la unidad carcelaria hasta la resolución de la justicia.
El "modus operandi"
Estos individuos tienen como “modus operandi” crear cuentas de Facebook, en la que publican fotografías sugerentes de mujeres y desde estos perfiles falsos comienzan la primera etapa de captación, la que consiste en entablar contacto con las víctimas, generalmente hombres de edad madura, con los que generan una relación virtual la cual van llevando hacia el contexto sexual. Para esto, las supuestas mujeres envían fotografías y videos de desnudos, y logran que sus víctimas les envíen fotos íntimas a la cuenta, siempre por mensajería privada.
Para este momento, los delincuentes cuentan con información personal y capturas de pantallas con fotografías íntimas. En ese punto, llevan el delito a la etapa de extorsión. Previo a esto, los damnificados son "bloqueados" en la red social y la conversación con las mujeres es borrada, no teniendo más acceso a las mismas.
Un tiempo después, las víctimas son contactadas vía Whatsapp por supuestos funcionarios policiales, simulando incluso ser el Jefe de la DDI Mar del Plata a quien le usurparon la identidad colocando una fotografía suya en la cuenta del servicio de mensajería. Por esa vía, comienzan a enviar a los damnificados las capturas de pantalla, para luego intimidarlos y amenazarlos con la realización de causas penales, obviamente ficticias, ya que la mujer que habían contactado y enviado fotografías íntimas era una menor de edad.
Una vez que los delincuentes logran quebrar la voluntad de la víctima, a quien hacen creer que ya se encuentra inmerso en un proceso penal el cual le traerá grandes inconvenientes y el escarnio social al hacerse públicas las fotografías, comienzan a exigir el pago de una suma de dinero para de esa manera y dado a su estatus de “jefes de la policía”, le harían desaparecer la causa o “arreglarían” con la querella.