Kimberley, 100 años de pasión, formación de atletas y personas: orgullo de Mar del Plata
Por Marcelo Marcel
"Kimberley, un grupo de muchachos, Kimberley se supo levantar..." y los colores que se han levantado a lo largo y ancho del país, para traspasar las fronteras locales, llevando pasión y representantes en cada uno de los deportes que dignamente y con coraje supieron defender el "verde y blanco" que los distinguió como bandera.
Kimberley, el del nombre único, que no se emparenta con ningún otro (y en ningún lago), Kimberley, el de Independencia 3030; el de los grandes exponentes del atletismo en la década del 60 y 70, los patinadores en los 80 y 90; la natación como emblema y su complejo que permitió ponerlo, en aquella época, entre los clubes con más socios del país: apenas superado por Ferrocarril Oeste y GEBA.
Kimberley, el del básquetbol con la llegada de los primeros extranjeros a la ciudad y dueño de un semillero notable de jugadores y entrenadores; Kimberley, el del fútbol, con el sello de la "Máquina del 70" y jornadas gloriosas en los viejos Nacionales, en el clásico con San Lorenzo y -claro que sí- una cuna de grandes proyectos que supieron trascender en Europa u hoy, acá cerca, en la Selección Nacional de fútbol. Kimberley, el del Mundial 1978, con esas imágenes que siguen recorriendo el mundo en aquella soleada tarde de junio en Mar del Plata.
Kimberley, el de la Institución fuerte y forjadora de proyectos. El que supo levantar un campo deportivo que es modelo y que logró complementar con su sede social la vida cotidiana de miles de pibes y pibas; Kimberley, el del Jardín de Infantes "Dragoncito Verde", un espacio de formación de personas que, desde el deporte, pudo superar etapas de crecimiento y, por caso, además de aprendizaje, que esos niños y niñas hayan volcado su amor por una pileta de natación. Toda una novedad para Mar del Plata.
Esta nota en homenaje al Centenario del club Atlético Kimberley no lleva -se habrán dado cuenta- nombres propios. Sería injusto hacerlo. Lo que si pretende es que se valore y aprecie a una persona que lo fue todo en Kimberley. Y ella es María Elvira Fernández.
"Anda a ver a María Elvira", la frase retumba una y otra vez en los pasillos llenos de recuerdos y anécdotas de la sede social. Y sí, es así: María Elvira lo fue todo. No solo por sus 49 años de servicio profesional, amable, efectivo y productivo, de amabilidad y calidez en sus palabras, sino por su don de gente.
A pocos años de haber pasado a un merecido retiro laboral, apenas se atreve a recordar los primeros años de su paso por la Institución. "El amor por el club se forja todos los días", dice en un diálogo que no pudo transformarse en una entrevista como este periodista quiso. Pero alcanzó con que, vía WhatsApp, pudiéramos cambiar unos audios de recuerdos en esta fecha tan especial.
María Elvira pasó por distintas funciones en Kimberley. Conoció a dirigentes y presidentes, vio crecer a los pequeños infantes que luego llevaron a sus hijos y a nietos de los primeros dirigentes que hoy toman las riendas del club, en alguna área. Eso es Kimberley. Ese es el espíritu que supieron transmitir los socios fundadores, los que pusieron los primeros peldaños para vivir hoy, una Institución modelo, que supo superar crisis y momentos críticos, y que hoy -en el marco especial de una pandemia-lo celebrará con una caravana que buscará evocar a aquellos gloriosos momentos deportivos.
Salud Kimberley!!! Club modelo y formador de atletas y personas. Su gente lo hizo inmenso. Salud Kimberley!!! Felices 100 años de vida.