Fiesta en Olivos: para abogado de una invitada, no hubo delito porque el ASPO era inconstitucional
Stefanía Domínguez, de Chubut, es una de las amigas de Fabiola Yañez y estuvo el 14 de julio de 2020 en la fiesta de la polémica realizada en la Quinta Presidencial de Olivos, en pleno Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Su nuevo abogado, Mauricio D’Alessandro, afirma que su clienta “no cometió ningún delito” porque el DNU de la cuarentena “no pasó por el Congreso”. “Encerrar a una persona en su casa es casi como una prisión domiciliaria”, argumentó el letrado, que además afirmó que de la fiesta “hay más fotos, entre 20 y 30”.
Domínguez se distanció de la estrategia judicial de la Casa Rosada y eligió a su propio abogado, D’Alessandro, quien este viernes confirmó públicamente que intentará demostrar que el decreto de la cuarentena era inconstitucional y por lo tanto su clienta no cometió ningún delito.
“Para limitar el derecho de reunión y circulación es necesario que los decretos pasen por el Congreso y en este caso eso no sucedió, por lo tanto Stefanía no cometió ningún delito. Encerrar a una persona en su casa es casi como una prisión domiciliaria”, dijo D’Alessandro en diálogo con María O’Donnell en Urbana Play.
Stefanía, además, está bajo la sospecha de la Casa Rosada, que cree que fue la persona que filtró fotos y videos de la fiesta con el propósito inicial de venderlas. El abogado lo niega rotundamente: “Ella me mostró las fotos que tenía en el celular y la primera, la que mostró Eduardo Feinmann, no la tenía; le pregunté si sabía quién la tenía y me dijo que no”.
Según el abogado, en la fiesta “había 10 personas, todas tomaron una o dos fotos, por lo tanto hay más de 20, 30 fotos de esa noche. Esas personas les enviaron fotos a su mamá, a su tía Tota, a su pareja porque, obviamente, cuando vas a Olivos le querés contar a todo el mundo”.
Por otra parte, el abogado contó en Radio Rivadavia que Domínguez “ya había pasado varios cumpleaños con Fabiola, le mandaron un mensaje y le preguntaron si quería ir, que iba a ser íntimo, con muy poca gente”. Pero cuando la joven llegó a Olivos “había diez personas, tampoco es que dijo ‘me quiero ir porque estamos violando el DNU’. Fue una cena común, sin ninguna cuestión extraña, no es que hubo números en vivo, baile, ni nada. Duró unas 3 horas la cena y después ella se retiró”