El mejor del mundo engalanó al mejor de América en la fiesta de la vuelta del público
Argentina venció a Bolivia por 3 a 0 con un triplete de Lionel Messi, que superó el récord del brasileño Pelé como máximo anotador de selecciones sudamericanas con 79 tantos, en un estadio Monumental habitado por 21.000 espectadores que observaron este triunfo del representativo albiceleste por la décima fecha de Eliminatorias.
La Selección se vistió con sus mejores gala para la ocasión. En el primer partido con público (hubo 21.000 espectadores en el Monumental) desde el inicio de la pandemia de coronavirus, en el primer duelo de la Albiceleste tras conquistas la Copa América, Argentina goleó 3-0 a Bolivia, con tres conquistas de Lionel Messi, en una nueva fecha de las Eliminatorias, camino a Qatar 2022.
Tamaño combo emotivo llevó a Argentina a mostrarse voraz y ansioso en los primeros compases del encuentro. Intenso y vehemente a la hora de presionar y a veces algo arrebatado en la finalización, buscando más por afuera (sobre todo del lado del tándem Molina-Di María) que asociaciones por dentro, el fuerte en la victoria frente a Venezuela.
Así, maniató a su rival que, con una disposición de cinco defensores, intentó cubrir el césped a lo ancho. Y raspó cuando se vio en situación complicada. Pero, así y todo, reinó el perfume de que, en cuanto la Selección pudiera encontrar una grieta, iba a gritar.
Y sucedió a los 13 minutos, cuando Paredes cortó y cedió para Messi, quien se despojó de su marcador (Haquin) con un caño y definió con un remate sutil, tomando a Lampe saliendo del arco. Fue una conquista especial para el capitán, de 34 años: se convirtió en el máximo anotador de las selecciones sudamericanas, superando ni más ni menos que a Pelé.
Argentina no aflojó. Siguió buscando, sin relajarse por la ventaja. A los 26 minutos, volvió a gritar, pero la acción quedó anulada por fuera de juego. Con paciencia e inteligencia, la Albiceleste dejó a Di María como wing, quien soltó un centro de revés y de zurda, que encontró a un Lautaro Martínez oportuno, pero en offside. De todos modos, significó un síntoma del apetito de los dirigidos por Scaloni.
A los 38, una corrida eléctrica de la Pulga derivó en una cesión exacta para Lautaro, quien de frente al arco definió apenas desviado. Y a los 42, una hermosa combinación entre fideo y Messi terminó con un remate combado del ex Barcelona que mereció ser gol.
Bolivia, por su parte, sólo contabilizó una chance clara en toda la primera parte: Henry Vaca capitalizó un mal pase de De Paul, pero su tiro se marchó por encima del travesaño.
En la segunda parte, el conjunto del Altiplano intentó crecer desde un trato prolijo, aunque cansino, de la pelota. A Argentina, por momentos, la traicionó el vértigo, la certeza de sentirse superior y el deseo de definir el pleito en velocidad. Tanto fue así que Messi les pidió a sus compañeros volver a construir desde la asociación.
A los tres minutos, Paredes probó desde afuera del área y respondió Lampe. A los 12, el que lo imitó fue De Paul y su intento pasó cerca de un ángulo. A los 15, Messi pisó el área, cruzó el tiro y un rebote le impidió otra sonrisa.
Y a los 18 del complemento, el camino que marcó el capitán dio sus frutos. El 10 recibió de Acuña, armó una doble pared con Lautaro Martínez, lo favoreció un rebote, y resolvió para marcar el 2-0. Allí, ya no compartió la marca con Pelé: se la quedó en soledad.
El ingreso de Joaquín Correa le sumó cambio de ritmo y vivacidad a la ofensiva: dos veces estuvo a punto de convertir. El epílogo fue un vendaval argentino, que derivó en el triplete de la Pulga, luego de un remate de Paredes, a los 42 minutos. No apuntaba un hattrick desde febrero de 2020 ante el Eibar.
Pareció guionado. Una puesta en escena del destino. El 3-0 le dio paso a la fiesta, aunque, en realidad, el clima de celebración estuvo presente desde que los futbolistas vieron la decoración de los pasillos del estadio o del vestuario. Desde el calentamiento, con la sonrisa perenne de Messi. Y ni hablar después del desahogo, del llanto, del momento en el que la Copa América vio el cielo del hogar de River Plate, en las manos del capitán, el que más lo merecía.
Con 18 puntos, cinco victorias y tres empates, Argentina es escolta de Brasil en su vía hacia el Mundial. El escándalo de San Pablo quedó casi como anécdota, o como un tema a resolver más adelante, ajeno a los héroes, en el escritorio. Fue la noche que Argentina soñó durante 28 años de sequía. Y el anhelo de Messi que se hizo realidad.
Argentina (3): Juan Musso; Nahuel Molina, Germán Pezzella, Nicolás Otamendi y Marcos Acuña; Ángel Di María, Leandro Paredes, Rodrigo De Paul y Alejandro Gómez; Lionel Messi y Lautaro González. DT: Lionel Scaloni.
Bolivia (0): Carlos Lampe; José Sagredo, Luis Haquín, Jairo Quinteros, Adrián Jusino y Jesús Sagredo; Erwin Saavedra, Leonel Justiniano, Moisés Villarroel y Henry Vaca; Marcelo Moreno Martins. DT: César Farías.
Gol en el PT: 13m. Lionel Messi (A). En el ST: 18m. y 43m. Messi (A). Cambios en el ST: Al inicio, Ramiro Vaca por Villarroel (B); 16m. Joaquín Correa por Gómez (A); 23m. Roberto Fernández por Saavedra (B) y Carmelo Algarañaz por H. Vaca (B); 25m. Ángel Correa por Di María (A) y Nicolás González por Martínez (A); 32m. Gabriel Villamil por J. Sagredo (B); 36m. Exequiel Palacios por De Paul (A) y Lucas Martínez Quarta por Otamendi (A).
Árbitro: Kevin Ortega, de Perú. Cancha: River Plate.