City Hotel: comienza el juicio a los acusados de liderar una siniestra secta en Mar del Plata
Después de los allanamientos en el año 2018, que permitieron desbaratar la organización que funcionaba en el Hotel City, finalmente este lunes comenzará el juicio a los ahora cuatro acusados -después de la muerte en prisión del líder Eduardo Agustín De Dios Nicosia- en el marco de la causa que investigó una secta que, a través de un mensaje religioso y basado en la filosofía hindú, captó al menos a 33 víctimas para luego reducirlas a la servidumbre y explotarlas económica, sexual y laboralmente.
El pedido de elevar a juicio a los acusados de formar una secta que explotaba a sus fieles bajo la pantalla de un ministerio de yoga fue realizado por el fiscal general Daniel Adler -a cargo interinamente de la Fiscalía N°2- quien también solicitó ante el juez Santiago Inchausti que se mantengan cautelados cinco inmuebles -entre ellos el hotel céntrico ubicado en Diagonal Alberdi al 2500-, varios terrenos, cuatro vehículos y el dinero secuestrado, para garantizar la reparación de las víctimas.
"Este lunes da inicio el juicio oral y publico de la causa caratulada 'Nicosia y otros'. Se trata de un juicio sobre trata de personas y abuso sexual entre otros delitos. Los imputados, sin perjuicio de que el líder de esta organización falleció, estarán siendo sometidos a este proceso y en el día de la fecha se estará dando lectura a la teoría del caso, tanto de este ministerio público como de la parte querellante. Esto sucederá hoy y en lo sucesivo los días lunes se continuará con las audiencias", manifestó el auxiliar fiscal Carlos Fioriti, en declaraciones a El Marplatense.
Al ser consultado sobre si la muerte del líder de la organización cambia algún aspecto de la causa, Fioriti sostuvo que "de ninguna manera. No modifica el proceso habitual de este juicio. De hecho una de las imputadas es su señora Silvia Capossiello , quien también está acusada por este ministerio público, en haber participado en la trata de personas en la que estaba involucrada la organización desde el año 70 hasta el año 2018, donde se produjo un proceso de captación de víctimas en situación de vulnerabilidad, con el pretexto de enseñarles yoga".
"Aprovechándose de esa situación de vulnerabilidad en la que se encontraban las víctimas, fueron sometidas a distintos tipos de torturas y abusos sexuales. Todo culminó con el allanamiento realizado en el año 2018 donde finalmente pudo rescatarse a las víctimas, terminando con la detención tanto de la esposa de Nicosia que era partícipe de esta organización, conjuntamente con dos imputados más que estaban en el hotel", afirmó.
"También hay un imputado de apellido Velázquez que era el psicólogo, que era la persona de mantener primero entrevistas con las víctimas y una vez que el detectaba esa situación de vulnerabilidad, se lo informaba a Nicosia, para precisamente invitarlos a vivir en comunidad y después perpetrar una serie de hechos que son bastante terribles", remarcó el auxiliar fiscal.
Al ser consultado por la cantidad de imputados y víctimas en este caso, Fioriti indicó que "los hechos se suceden desde el año 70 hasta el año 2018. La organización funcionó en Capital Federal, en Venezuela y finalmente el proceso termina en Mar del Plata, desde el año 2013 al 2018. Los imputados que quedan son 4 y el número de víctimas es de 33, de las cuales hay una que está desaparecida".
En referencia a cuando comenzarían las declaraciones de los testigos "esto es algo que va informar el Tribunal hoy. Creemos que el cronograma será el próximo día lunes y teniendo en cuenta los hechos que han sido acreditados y que se acreditarán durante el debate y de que en principio se van a reproducir Cámara Gesell, en función de lo que se diga desde la Dirección de Acompañamiento a la Víctima, se citará o no a quienes estén en condiciones de hacerlo", concluyó Carlos Fioriti.
CÓMO FUNCIONABA LA SECTA
De acuerdo a la investigación, la finalidad de la organización era obtener ganancias para los imputados a costa del sometimiento de las víctimas: la AFIP, por ejemplo, informó que Nicosia no registraba actividad económica alguna que le permitiera llevar a cabo sus actividades diarias, ni adquirir los bienes que poseían, ni realizar los viajes que tenían con frecuencia.
Los primeros testimonios reunidos, sumados a tareas de investigación de la Policía Federal y la interceptación de las comunicaciones telefónicas, permitieron vislumbrar cómo, a través del discurso de espiritualidad basado en la práctica del yoga que utilizaban para manipular a las víctimas, las alejaban de sus familias y las inducían a trabajar todo el día de forma exclusiva para "la comunidad".
Entre las diferentes maniobras de explotación, se encontraban la entrega del sueldo, la realización de la limpieza, quehaceres domésticos y arreglos de cada uno de los domicilios que ocupaba la organización, el brindar un servicio exclusivo y diario para todos los requerimientos que tanto Nicosia como Capossiello tuviesen, sometimientos sexuales, el deber de trabajar en los distintos emprendimientos económicos desarrollados y la obtención de créditos en entidades financieras, siempre en favor de Nicosia y le resto de los imputado.
"Pues en todas las situaciones de explotación, que van desde el abuso sexual hasta la explotación laboral, las víctimas se encontraron en una situación de total impotencia frente a la voluntad del (principal acusado). Ello es así, toda vez que el proceso de persuasión coercitiva al que habían sido sometidas había logrado su cometido. Dicho proceso tuvo el fin de anular la autonomía de las víctimas: su capacidad para auto determinarse y decidir por ellas mismas qué era lo mejor para su vida", dice el tramo del fallo judicial mencionado por el fiscal.
En este marco, para el fiscal estuvieron demostradas dos acciones típicas del delito de trata, previstas en el artículo 145 bis del Código Penal, la captación y acogimiento de distintas personas. "Eran los imputados quienes organizaban el funcionamiento de la organización y, a través de la presunta prédica del yoga, atraían a las víctimas, para su posterior acogimiento en los distintos inmuebles utilizados a lo largo de los años", precisó.
Los últimos fueron el Hotel City, donde vivían la mayoría de las víctimas; un departamento en la ciudad de Buenos Aires, ubicado sobre Callao al 400 –donde vivía otro de los imputados, Velázquez- y un departamento ubicado a pocas cuadras del hotel, perteneciente a una de las víctimas.
Al analizar luego los distintos tipos de explotación previstos en la ley de trata, entendió Adler que se daba la reducción de las personas en condición de esclavitud o servidumbre: "Se encuentra corroborado un sistema montado por los imputados, dirigido a la reducción a la servidumbre de los 'seguidores' y su consecuente explotación laboral y, en algunos casos, sexual".
Por otro lado, a lo largo de la investigación, para Adler quedó demostrado que los imputados "han alterado la identidad de trece de las personas damnificadas, desde su nacimiento hasta la actualidad".
Para ello, según explicó, pese a que los mismos resultaban ser hijos biológicos de Nicosia, fueron anotados como hijos de otros hombres integrantes del grupo y formalizaron falsamente la paternidad de las víctimas ante las autoridades de los registros.