Alfonsina Storni, la poetisa que reposa en la espuma del mar
Por Bárbara Benitez
Hace más de ocho décadas la poeta Alfonsina Storni decidió caminar por las calles marplatenses, bordear Plaza España y cruzar hacia el muelle del ya inexistente Club Argentino de Mujeres, actual Balneario Alicante, para arrojarse al mar y finalizar su vida al encuentro del oleaje del Atlántico en una primavera que suele ser casi imperceptible en la ciudad.
Proveniente de una familia italo-suiza. Hija de la docente Paulina y el empresario Adolfo, Alfonsina Storni Martignoni nació en Capriasca, Suiza, el 29 de mayo de 1892. Aunque sus padres y hermanos vivían en Argentina a causa un viaje “recetado” por el médico de la familia, ya que el padre de la futura escritora era alcohólico y se pensaba que con el descanso podría recuperarse, fue que nació al otro lado del mundo. A sus cuatro años sus padres decidieron retornar a nuestro país, precisamente a San Juan y en 1901 a Rosario. La vida de la pequeña artista estaría rodeada de drama, oscuridad, depresión, desamor, nuevas miradas hacia la mujer y por sobre todas las cosas escritura.
Alfonsina tuvo una vida dura como apasionante. Fue la única escolarizada de sus hermanos, ya que su madre vio en ella talento. A los 12 años escribió su primer poema relacionado profundamente a la muerte y al contexto angustiante que vivía con su familia. Era una niña que para la época ya resonaba extraña. Su cuerpo, su mirada de las cosas siendo tan pequeña y sus declaraciones que confirmaban el sentirse incómoda siendo mujer por todo lo que padecían. En 1906 su padre fallece y decide trasladarse a Coronda, Santa Fe para estudiar magisterio.
Como no podía costear la pensión donde vivía, comienza a cantar como corista en Rosario, pero fue descubierta y allí iniciaron sus intentos de suicidio. Aunque no lo hace, la oscuridad en la mente de la joven Alfonsina cada vez era mas fuerte. Pasado el episodio logra el titulo de docente y comienza a dar clases en una escuela rural de Rosario.
Aunque ejercía como docente, las palabras brotaban de sus manos y decidió publicar sus primeras frases en "Mundo Rosarino" y "Monos y Monadas". Simultáneamente vive un gran amor con un hombre 24 años mayor que ella, queda embarazada y la abandona. Así es como la joven de 20 años, en un contexto social donde cada paso que daba era señalado, decide tener a su hijo al que llamará Alejandro y se refugia en Buenos Aires. Alfonsina era escritora, madre soltera, con pensamientos que la arrastraban a un mundo oscuro pero repleto de arte y todo en los años 20.
Para 1916 publica su primer libro "La Inquietud del Rosal" con grandes problemas económicos. Se imprimieron 500 copias a 500 pesos. Ese fue el verdadero puntapié para una carrera de escritura que hicieron, aún en la actualidad, revivir cada llanto, sonrisa y espíritu de una mujer que marcaría historia en el movimiento de mujeres de aquella época. Storni no solo transmitiría sentimientos, sería una de las tantas bisagras históricas argentinas en el rol de la mujer.
En "Tú me quieres blanca" expresa su descontento con el hombre que desea una mujer pura y en "Hombre pequeñito" habla sobre cómo algunas mujeres llegaban a sentirse en un vínculo con los hombres de esa época, en un mundo donde pensarlas como intelectuales era una utopía.
Cumplió el rol de periodista, donde escribió artículos y ensayos sobre los derechos a las mujeres. El diario La Nación publicó varios con seudónimo y se convirtió en integrante de La Peña, lugar donde recitaba sus poemas.
Para 1920 ganó el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por "Languidez". Luego de un gran trabajo consiguió, en 1924, una cátedra en el Nacional de Música y Declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.
El tiempo pasó y en el verano de 1935 el final de Alfonsina comenzó a gestarse. Se encontraba en el mar y una ola la derribó, un dolor muy fuerte la paralizó hasta el punto de desvanecerse, allí descubrió que tenía cáncer. Aunque fue operada no pudieron evitar la metástasis.
Alfonsina, la niña de 12 años que ya tenía paranoias, depresión, volvió a resurgir en la exitosa poeta. Se alejó de sus amigos y allegados. Luego del suicidio de su mejor amiga en 1937 comenzó a escribirle al mar. Imaginó un castillo de cristal que la esperaría en el fondo del océano. En 1938 le declaró a su hijo que padecía una enfermedad terminal.
El 18 de octubre tomó un tren a Mar del Plata y se quedó en un pequeño hotel ubicado en 3 de Febrero 2871. Escribió el poema "Voy a dormir" el 20 de octubre y el día 22 lo envió a la redacción de La Nación. Mientras el público leía su poema, ella se suicidó en la playa La Perla, la madrugada del 25 de octubre, cuando tenía 46 años.
El 25 de octubre salió del pequeño hotel, donde hoy hay una placa que identifica el punto exacto donde inició su camino al final de su vida. Caminó por San Juan, hoy Hipólito Yrigoyen, rodeó la plaza España y se arrojó al mar desde el muelle del Club Argentino de mujeres.
Su cuerpo fue encontrado a las 7 de la mañana. Un zapato quedó colgando, marcando el punto exacto donde se arrojó y abrazó el mar. Alfonsina se encontró con su castillo y reposó sobre la espuma que la alejó de su vida turbulenta, dramática y revolucionaria.