Crimen de la madre del concejal de Mar de Ajó: creen que conocía a su asesino y sospechan de un inquilino

Beatriz Zaramati fue atacada en su casa con una plancha para hacer bifes. El cuerpo no tenía signos de defensa y las puertas no estaban forzadas. Luis Alberto Almeida cayó por unas zapatillas y unas sábanas con manchas de sangre.

Por Redacción

jueves 30 de marzo, 2023

Beatriz Irma Zaramati (78) era una mujer muy activa. Durante muchos años había ejercido como profesora de educación física en escuelas y todavía dictaba clases particulares. Se manejaba sola y vivía en compañía sus seis perros en un dúplex ubicado en la calle Blanco Encalada 1047, en Mar de Ajó, donde fue asesinada de un violento golpe con una plancha para hacer bifes. El cuerpo fue encontrado por su hijo, Sergio Santana, concejal PRO del Partido de la Costa, envuelto en un charco de sangre.

Desde el comienzo, los investigadores manejan la hipótesis de un crimen en ocasión de robo y que la víctima conocía a su asesino. A partir de las imágenes de las cámaras de seguridad, las sospechas se dirigieron hacia un hombre y este miércoles por la tarde fue detenido Luis Alberto Almeida (39), quien alquilaba un departamento rentado por Zaramati y fue acusado del delito de “homicidio”.

El fiscal Martín Prieto, titular de la UFID N° 2 del Partido de la Costa, ordenó el secuestro de la churrasquera -se cree que fue el arma homicida- para cotejar material genético y direccionar la búsqueda del atacante. Luego, en una serie de allanamientos, se incautaron un par de zapatillas y unas sábanas con sangre que estaban en poder del presunto atacante.

Según pudo saber a través de fuentes de la causa, a los detectives les llamó la atención que en la vivienda no había puertas forzadas ni signos de desorden, lo cual alentó la sospecha de que Zaramati conocía a su asesino y que este sabía de la existencia de una caja donde la víctima guardaba ahorros en un armario.

Luego de cometer el crimen, el asesino fue directamente hacia ese lugar, tomó el dinero y escapó. Otros objetos de valor, como el teléfono celular de la mujer y unas cadenitas de plata que estaban a la vista, no fueron robados.

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