Por Camila Cadel
Recorriendo nuevamente historias de marplatenses dispersos por el mundo, cada una de ellas deja una huella y cuenta una vida distinta. Algunas de las razones del exilio suelen ser en búsqueda de una mejor calidad de vida, de otra realidad a la que pasan en Argentina, a veces por trabajo y en otras situaciones por profesionalidad en el deporte.
Ese fue el caso de Damián Zamorano, un jugador de fútbol que tuvo sus inicios en Kimberley y que rápidamente dio el salto a las ligas españolas en donde hoy ejerce como deportista profesional.
Después de su paso por el "Dragón" en el 2014, con tan solo 21 años, el CD El Palo del país de la tercera división europea lo fichó. Casi tres años después el R. B. Linense lo adquirió y continuó hacia Arenas Club con un valor de fichaje de 200 mil euros. Siguió su camino tras un año y medio allí, hacia el CF Talavera por 250 mil euros, monto que luego fue fijo para los 2 pases siguientes.
Continuó su carrera en 2020 con el CD Guijuelo y 11 meses después, ya con 28 años, llegó al Vélez CF, donde juega hoy en día, hace 13 meses.
"Mi vida en Mardel era entretenida, dinámica. Tenía mis amistades pero como siempre digo, el fútbol te deja muchas más, entonces entre las del colegio y de toda la vida y las del deporte, siempre tenía a alguien para tomar mates", dijo el deportista.
"Yo me dedicaba al fútbol. Después de terminar el colegio tuve la suerte de poder vivir de éste deporte. Jugué en Kimberley, jugué un torneo argentino C con cadetes, luego volví a Kimberley, me fui a Unión de Mar del Plata, Argentina A, un año y medio y volví al "Dragón" donde conseguimos el ascenso a lo que es el federal B hoy. Ya después me vine para España", sumó Zamorano.
"A España me fui con 21 años recién cumplidos, un enero de 2014. Me fui en busca del sueño de chiquito. Siempre quise irme de mi casa, ya sea a Buenos Aires o al extranjero como me tocó, a jugar al fútbol y a crecer en otro lado para llegar al máximo posible y armar mi carrera deportiva. En ese caso me fui solo a nivel familiar, pero con un compañero amigo que jugaba en su momento conmigo en Kimberley, Julián Cardelino. Cuando vinimos juntos al mismo club a jugar, eso ayudó bastante a la adaptación y a que no se haga tan pesada la distancia", adhirió el futbolista.
"La primera ciudad fue Málaga, donde jugué en el Palo un año y medio. Un club de barrio en donde hace poco estuvo jugando el Tanque Silva. Había ascendido a la tercera categoría del fútbol español y tuvimos la posibilidad de jugar ahí. Luego, en la misma categoría me fui al Linense, en la ciudad de Cádiz, al lado de Málaga. Fui a un equipo con mucha historia, muy buen equipo, en el que pudimos jugar Copa del Rey y cruzarnos una vez contra el Atlético de Bilbao en octavos de final", sumó.
"Después me fui para el norte, a la otra punta, a Bilbao, a un equipo que se llama Arenas, también bastante conocido en España, fundador de la Copa del Rey. Después estuve en Talavera de la Reina, siempre en la misma categoría, en la tercera categoría del fútbol español. Luego en Guijuelo, en un pueblo famoso de donde salen los jamones más ricos de España y del mundo", continuó el marplatense.
"Tuve la suerte de vivir en Salamanca también, muy linda ciudad. Finalmente retorné a Málaga, donde estoy jugando ahora y va a ser mi tercer año. Mi mujer es de acá, entonces teníamos ganas de volver, a lo que digamos, es mi segunda casa", dijo Zamorano.
"Creo que la adaptación fue buena dentro de todo, más al final. Cuesta un poco por la cultura y las costumbres de uno sobre todo, pero hay algo que siempre digo, fui un privilegiado porque caí en un país donde tenemos el mismo idioma y una ciudad como Málaga que es estupenda con un clima increíble. Hay muchísimos argentinos y el andaluz es muy parecido a nosotros. Entonces por eso creo que fue todo mucho más fácil", aclaró el deportista.
Y sumó: "Acá formé mi familia, mi mujer es de acá del Palo, Málaga, la conocí en mi primera etapa acá. Y tuvimos hijos, una de 4 años y uno de 2, con quienes vivo".
"Se extrañan muchas cosas de allá. Sobre todo de Mar del Plata, lo que extraño es poder disfrutar con buen tiempo en verano. Una vez sola me pude escapar y fui a una navidad, pero pocos días, porque no tengo tantas vacaciones como las que me tocan en junio que son un mes entero. Cuando puedo ir hace mucho frío y también agarro a todo el mundo en ritmo de trabajo, de rutina y no es igual. Me gustaría por ahí poder vivir en unos años pasar un enero entero allá", afirmó el atleta.
"También el día a día, porque al final las relaciones te faltan. Tomar mate con tus viejos, con tu hermana, ir a la casa de un amigo. Las costumbres nuestras sobre todo, los asados, los domingos asados en familia o unas pastas, eso es lo que más se extraña", mencionó Zamorano.
"La verdad me encantaría volver. Incluso estos últimos años lo tuve mucho en mente. Tengo como objetivo, como reto personal ver para qué estoy en el fútbol argentino. Después de 10 años en el fútbol español, me gustaría ver todo eso que fui recogiendo como experiencia. Considero que estoy en una buena edad como para probar una situación así", expresó.
"Siempre estoy atento, la verdad. A Aldosivi, Alvarado, a la Ciudad, sería algo soñado. Equipos del argentino A también, del federal A. Cada fin de año siempre tengo la expectativa de ver qué posibilidades pueden surgir", explicó el deportista.
"Llevo 10 años fuera, creo que Argentina cambió mucho. Pero lo que se escucha y lo que me toca cuando voy de vacaciones, que no es lo mismo que vivir día a día, pero la diferencia a grandes rasgos está en lo que pasa en la calle. En inseguridad, en calidad de vida. No sabes si te pueden afanar, si te pueden matar en la calle. La inestabilidad también a nivel económica, impuestos, a lo que uno nunca se termina de acomodar porque ya te tenes que estar acomodando en otros parámetros. Creo que por ahí pasa la gran diferencia con vivir afuera", declaró el futbolista.
"Después como país sigo considerándolo el más lindo del mundo. Tenemos todo, pero es verdad que esas cosas dan mucho que desear en el día a día y en calidad de vida", confirmó el marplatense.
A modo de consejo para aquellos deportistas que quieran irse al exterior para desarrollarse, el futbolista local indicó: "Lo que se le puede decir a otros atletas es que lo lindo de animarse, más allá de vivir con la pelota de fútbol, es la experiencia de vida que te deja. Es abrir la mente porque conoces un montón de cosas diferentes y a su vez también te hace valorar muchísimo lo que quizás tenemos allá.
Y concluyó: "Si no viésemos la otra cara de la moneda, al final no terminas valorando lo que tenes o lo que tuviste. Al final creo que las experiencias y las aventuras hay que vivirlas y todo termina en un aprendizaje. Creo que eso es lo lindo más allá de una pelota de fútbol, de llegar más lejos o no y sobre todo, hay que ser agradecido de poder vivir de lo que a uno le gusta. Yo lo estoy y mientras pueda seguir de esta manera voy a intentar exprimir al máximo al fútbol porque el día de mañana, como la carrera es muy corta, hay que hacer otras cosas porque la vida sigue".