Caso Aramayo: “Los testigos fueron cambiando las declaraciones permanentemente”
Tras conocerse que la familia de Gabriel Aramayo, asesinado por un grupo de personas en junio de 2020 cuando volvía de trabajar en su moto, apelará el fallo que absolvió a dos de los acusados, la abogada Daniela Gutiérrez confió que esperan el testimonio de nuevos testigos que puedan comprobar el accionar organizado ya que durante el juicio “fueron cambiando las declaraciones permanentemente”.
Se recuerda que el Tribunal Oral Nº 4, integrado por los jueces Alfredo Deleonardis, Gustavo Fissore y Juan Galarreta, condenó a Franco Altamiranda a 15 años de prisión, mientras que Sergio Urbistondo y Claudio “Pirulo” Altamiranda fueron absueltos. “Ya hicimos reserva de la vía recursiva. Apelaremos en Casación y ahí veremos si podemos, con lo que tenemos, dar vuelta el fallo respecto de algunos de los implicados”, comentó la letrada.
En declaraciones a UPM por Radio Mitre Mar del Plata, Gutiérrez detalló que “había distintos grados de responsabilidad en cuanto al delito. Claudio Altamiranda llegó en libertad al juicio, también con otro grado de implicancia en la participación; una participación más secundaria. Los otros dos mayores llegaron con prisión preventiva, estaban detenidos en ese momento en la Unidad Penitenciara N°15”.
Sobre lo que ocurrió aquella noche del 9 de junio (Aramayo moriría cinco días después en el hospital), la abogada aseguró que se trataba de “un grupo que estaba operando en la zona, que operaba en forma organizada. Donde cada uno tenía un rol determinado. Ese día estaban dedicados a robar una moto. De hecho, hubo un incidente antes de que le pase esto a Gabriel. Pasó con otra persona, cuyo testimonio fue un gran aporte en este juicio”.
En aquel hecho, otro motociclista fue abordado por un grupo de entre 6 y 7 personas, quienes con palos intentaron hacerlo parar. Pero en este caso el conductor pudo escapar por una diagonal y evitar ser robado. “Uno minutos después pasó Gabriel y fue interceptado. La dinámica del hecho, por lo que se pudo probar, es que le cortaron el paso y lo atacaron con palos”, contó Gutiérrez.
La abogada confió que si bien lo que le pasó a Aramayo le podría haber pasado a cualquiera que pasara por allí, durante el juicio “no se pudo probar que tenían antecedentes”. Y esto se debió, según indicó, a que “hubo dificultades para lograr que los testigos contaran algo. Algo relevante. Que pudieran aportar pruebas que permitieran identificar a los autores del hecho”.
“Los testigos fueron cambiando las declaraciones permanentemente. Una cosa dijeron en la comisaría, otra cosa en la DDI, otra en Fiscalía y otra en el juico”, detalló la abogada. Uno de los problemas que presentó la causa es que no se pudo comprobar la participación directa de uno de los menores en el hecho.
Sobre los motivos que podrían haber llevado a los testigos a cambiar su testimonio, Gutiérrez manifestó que “uno entiende que ha pasado el tiempo, pero otros han manifestado que estuvieron amedrentados, sufrieron algún tipo de amenaza, presión para no declarar. Y una de las testigos pidió declarar bajo la formalidad de identidad reservada con los imputados fuera de la sala”.
Por eso espera que en la nueva instancia judicial se pueda contar con testigos que aporten pruebas: “Necesitamos el compromiso de los testigos a que busquemos la forma de encontrar la protección para que esto salga a la luz. La familia quiere y pide la colaboración de nuevos testigos respecto al menor de 17 años que fue sobreseído provisoriamente para reabrir la causa de menores. La familia tiene su esperanza”.
