A 42 años de Malvinas: "¿Quién te va a defender si no lo hace tu Presidente?"
En las horas previas a la conmemoración del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, el presidente del CESC José María Lambertini repudió las declaraciones de Javier Milei, tanto por su cruce con los presidentes de Colombia y México como por su admiración hacia Margaret Thatcher.
En el 42° aniversario del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas que inició en la medianoche y se vivirá este martes 2 de abril, el presidente del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Mar del Plata, José María Lambertini, repudió las declaraciones de Javier Milei, relató su historia y destacó el “cariño y reconocimiento” de los marplatenses.
La conmemoración comenzó anoche con una vigilia en el Monumento a Caídos y Veteranos de Malvinas, ubicado en Córdoba y 25 de Mayo, y a las 8 del martes izarán el pabellón nacional y se llevará a cabo el toque del clarinete, mientras que a las 10 iniciará el acto principal, a las 17 será el arriado, a las 19 habrá una misa y a las 20 se desarrollará Música por Malvinas -novena edición-, de la mano de artistas locales en el Teatro Colón.
“La ciudad tomó la vigilia y el acto como propio, y nos sentimos agraciados y conmovidos por el cariño y reconocimiento de la gente, casi excesivo. Mar del Plata es una ciudad nueva y se ha asentado gente de todo el país, pero la juventud marplatense siempre fue muy buena y es espectacular porque tiene mucha fuerza y creatividad. Apostamos mucho a la juventud y nuestros hijos están tomando la posta en nuestro trabajo. El Centro cumple 40 años de vida institucional, y apostamos a la identidad de la juventud marplatense”, subrayó uno de los mayores referentes de los ex soldados combatientes en Malvinas en su visita a la redacción de El Marplatense.
También, por la inmensa movilización que vivió la ciudad en el Día de la Memoria, Lambertini remarcó que se conmovió al ver a los más chiquitos pidiendo por “Memoria, Verdad y Justicia, y el Nunca Más”. “Hace 15 años se creó la secretaría de Hijos, pero en ese momento eran muy jóvenes, aunque algunos pedían pista. Otros eran más grandes y comenzaron a tomar las riendas y hoy ya son adultos, por lo que debieron cambiar el nombre a Hijos y Nietos”.
En esa secretaría, los hijos de los ex combatientes se encargan de la administración, el apoyo logístico y la acción social, desde donde colaboran con los sectores “más necesitados”, como jardines de infantes, colegios primarios y comedores. “Estamos muy contentos con ese accionar y quiere decir que algo bien hicimos. Y tenemos fe y esperanza de que ellos tomen la posta para darle una continuidad al Centro y a la causa Malvinas”, expresó.
“LOQUITOS DE LA GUERRA”, UNA LUCHA DIFERENTE
De acuerdo al veterano de Malvinas, la ciudad tiene muy presente la conmemoración porque “Mar del Plata envió mucha gente, sean residentes o personas que venían de afuera y trabajaban en los distintos cuarteles". Sin embargo, no siempre sucedió de esta manera y contó que después de la guerra fueron discriminados por “loquitos”, lo que para él cambió “cuando se asentó la democracia”.
Para lograr exterminar el mote “loquitos de la guerra”, el ex combatiente reveló -en Mitre Mar del Plata- que debieron “demostrar que estábamos locos por la guerra, pero que no comíamos vidrio ni éramos tarados, sino que estábamos conscientes de lo que había pasado”. Y a partir de allí, el presidente del organismo entendió que “cambió el paradigma” y el CESC empezó a funcionar y logró lo que hoy es una realidad.
La institución de calle Misiones al 3172 cuenta con un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y allí se desmpeñan médicos clínicos, obstetras y odontólogos, entre otros profesionales. "Es salud pública, gratuita y de calidad. Las devoluciones que le hacemos a la sociedad no las haría un ´loquito de la guerra´. Y también trabajamos con la UNMdP, el colegio Illia y el programa de salud mental para veteranos de guerra y su familia", celebró Lambertini.
JAVIER MILEI, AJUSTE Y SU CUESTIONABLE ADMIRACIÓN
No obstante, en tiempos en que el Gobierno lo único que tiene entre ceja y ceja es el ajuste y despedir a trabajadores públicos, aclaró en la misma línea: “No son ñoquis para nada, son personas que trabajan para el Estado y muy bien, y ahora los vemos sufrir por la incertidumbre de no saber si mantendrán sus puestos de trabajo”. Al mismo tiempo, expresó que la mayoría de los ex soldados están jubilados y “son beneficios que se supone que el Gobierno no va a tocar”, a pesar de que advirtió que “ahora es un pago desdoblado” y que “nadie está seguro de nada”.
“Se trabaja muchísimo para devolverle a la sociedad marplatense todo lo que nos dio y dónde nos puso. Es una forma de agradecer. Vamos por el futuro, queremos dejar una institución bien armada y funcional. No tiene ningún tipo de problema económico y no tenemos presupuesto estatal. Nunca gastamos más de lo que tenemos”, sostuvo, a la vez que indicó que desde el organismo están “totalmente en contra de la política exterior de Javier Milei y la Cancillería".
Y no únicamente se oponen a las críticas del jefe de Estado hacia los presidentes de México y Colombia en pos de evitar un conflicto bélico, sino que también cuando afirmó “ser admirador de Margaret Thatcher” en plena campaña electoral. “Nos cayó la ficha de dónde estaba parada esta gente y dónde nosotros. Nos quedamos atónitos. ¿Quién te va a defender si no lo hace tu Presidente?”, precisó.
SU HISTORIA
A sus 18 años, en 1981, se realizó el sorteo y el 8 de marzo del año siguiente ingresó a cumplir el Servicio Militar Obligatorio. Al igual que muchos jóvenes que salían del secundario, fue convocado al GADA 601 y 602. “La primera semana dimos vuelta por el cuartel y nos fuimos de instrucción al campo unos días hasta que se largó una tormenta que inundó todo. A los pocos días nos levantamos con la noticia de que Argentina había recuperado las Malvinas, y el primer sentimiento fue una alegría desorbitante…era un sueño cumplido. Pocos segundos más tarde nos cayó la ficha, pero creíamos que con nosotros no iba a pasar nada, si el arma más letal que había manejado era un palo de escoba que hacía de fusil”, dio inicio a su relato.
Y en las horas siguientes, llenas de “incertidumbre”, comenzaron a prepararse para el combate. Sin más, “sin ningún tipo de experiencia militar”, contó que ”a dedo" los enviaron a la guerra. Perplejo, explicó que quiso hacerle entender al teniente que “recién llegaba”, a lo que le contestó: “No importa soldado, usted va a ir a defender a la patria”.
Una vez anoticiado, tuvo dos días libres para "ir a despedir a la familia"; uno de los momentos “más terribles” de la previa. “Mi mamá lloraba sin parar y mi padre me dijo ´tranquilo, no va a pasar nada´, pero él por dentro estaba destrozado. Fue un momento durísimo. Cuando volvimos al cuartel seguíamos con la adolescencia y no sabíamos que íbamos a Malvinas, lo intuíamos”, manifestó.
El ex combatiente llegó a la isla en una noche “cerradísima, en la que no se veía nada". Con el uniforme militar y una ametralladora MAG “muy pesada y con muchas balas”, recordó que iba último en la fila por la cantidad de equipamiento que llevaba. Cada uno armó una carpa para dormir y a la mañana siguiente se levantó “con los pies congelados”, en su primer encuentro visual con Malvinas para participar de la guerra, si bien como dijo en reiteradas ocasiones, después de la guerra tuvo otra batalla: la de seguir adelante.
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