"Acróbata del camino", la historia de un marplatense por el mundo
Juan Pablo Villarino o el "Acróbata del Camino" es un mochilero marplatense de 41 años, que en el 2005 decidió dejar todo y comenzar su viaje por el mundo. En diálogo con Radio Mitre Mar del Plata, detalló cómo surgió ese plan de vida y qué descubrió a lo largo de estos años.
"Es difícil resumir 14 años de viajes. En el 2005 tomé la decisión de viajar por el mundo y dedicarme a la escritura como medio de vida, tratando de documentar la hospitalidad que hay en el planeta", comenzó Juan Pablo a detallar para luego explicar los motivos de esta decisión: "En el 2002 la realidad era otra, era un mundo que parecía un infierno con crisis, terroristas y demás. Yo sabía había otro mundo y quería mostrarlo".
"Viajar a dedo, algo que había aprendido en la ruta 226 yendo a Tandil era algo podía aplicarlo al mundo. Así que lo elegí para seguir adelante", expresó el Acróbata del Camino.
Al ser consultado, por "el click" que desencadenó la necesidad de mostrar la otra cara del mundo, Villarino, contestó sin dudar: "Fue en el 2002. Estudiaba en Funes (calle sobre la que se encuentra el Complejo Universitario) Psicología. Me gustaba mucho viajar y con lo de las Torres Gemelas fue el click, tenía un propósito. Me sentía mas útil como escritor yendo al terreno y no leyendo en casa. Con la crisis Argentina todo el mundo me decía no te vayas quedate a cultivar este país. Yo lo tomé al revés, me fui y comencé mi viaje a medio oriente para recorrer Irak, Afganistán y tener mi primer libro "Vagabundeando en el eje del mal" y gracias a ese libro pasaron muchas cosas".
"Cada cultura es distinta, cada país es distinto, y la moraleja de estos 14 años es el hilo que enhebra todo, la capacidad de cualquier persona de recepción. Si los países se entendieran así seriamos fantásticos", analiza el mochilero marplatense que acudió a distintos ejemplos para plasmar su idea: "La gente en Siria te regala naranjas, en Irán me quisieron dar un auto para que recorra la zona y hasta me han invitado a una boda en Transilvania".
Por último intentó obtener una conclusión de sus viajes: "La gran lección fue volver a confiar en la humanidad. El mensaje es ir de pueblo en pueblo dando un mensaje que demuestre que así como tratan bien al resto, pueden tratarse bien entre ellos".
"Cada vez que regreso a Mar del Plata y siento el olor, la salinidad del mar, se me cae una lagrima. Es una constante en mis regresos a la ciudad", cerró Juan Pablo Villarino antes de despedirse de Radio Mitre Mar del Plata.
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