Al menos ocho muertos y 17 heridos en un ataque con cuchillo en una escuela de China
La Policía informó que el atacante es un alumno de la institución, ubicada en la provincia de Jiangsu
Ocho personas murieron apuñaladas y 17 resultaron heridas este sábado en una escuela de formación profesional del este de China, tras un ataque perpetrado por un estudiante de la institución, que fue detenido en el lugar, informó la policía.
El ataque se produjo a últimas horas de la tarde, cerca de las 18.30 hora local, en el campus del Instituto Profesional de Arte y Tecnología de Wuxi, en la provincia de Jiangsu, y obligó a los servicios de seguridad y de emergencia a desplegarse en la zona, en un importante operativo para tratar a los heridos, proporcionar atención a los afectados y contener la crisis.
Un comunicado oficial difundido por la Policía se confirmó que el atacante es un alumno de la institución, de 21 años, que debía graduarse este año pero había reprobado sus últimos exámenes. “Regresó a la escuela para expresar su ira tras haber reprobado un examen, no haber recibido un certificado de graduación y estar insatisfecho con la remuneración de su pasantía, y cometió estos asesinatos”, explicaron, en base a su confesión.
Su identidad no se ha revelado de momento pero podría conocerse con el avance de la investigación, que ya está en curso.
Los ataques con arma blanca son poco frecuentes en China, debido a las estrictas regulaciones que rigen sobre la tenencia de armas de fuego. Sin embargo, el gigante asiático ha vivido otro tipo de atentados en el último tiempo, como el de este lunes por la noche, en la ciudad de Zhuhai, al sur del país.
A comienzos de la semana, un hombre embistió con su auto a un grupo de personas que hacía ejercicio en un centro deportivo en la ciudad, dejando 35 muertos y al menos 40 heridos. El conductor, un hombre de 62 años, intentó darse a la fuga pero fue detenido por la Policía, cuando intentaba “herirse a sí mismo” con un cuchillo.
“Inmediatamente, lo detuvieron y lo enviaron a un hospital para recibir tratamiento”, indica el parte oficial sobre el atacante.
Según se pudo precisar, el sujeto habría estado molesto por el divorcio que estaba tramitando, especialmente en lo relativo al reparto de bienes, lo que lo habría llevado a cometer el crimen, uno de los actos de violencia civil más mortíferos en la historia del país.
A pesar de la magnitud del incidente, poco se habló sobre él y su posterior repercusión; el régimen de Xi Jinping, fiel a su estilo, ordenó una estricta campaña de censura y bloqueó la mayoría de los contenidos que se difundían en línea.
“Necesitamos saber más sobre las víctimas, espero que las vean”, dijo una estudiante de 23 años, que se acercó al lugar de los hechos días más tarde, solo para ver que las autoridades habían sacado las flores y los pequeños homenajes allí montados.
Para Beijing, episodios de esta naturaleza dejan al descubierto una creciente crisis social en el país, que se suma a los problemas económicos, para los que aún no logra dar una respuesta efectiva. Es por ello que, en un intento por reducir esta imagen negativa y minimizar la posibilidad de nuevos incidentes, el régimen puso en marcha una nueva operación de vigilancia, aún más estricta.
“A partir de ahora va a haber una vigilancia muy, muy estricta”, lamentó Lynette Ong, profesora de Política china en la Universidad de Toronto, que advirtió que, como parte de ella, no sorprendería la implementación de más controles de armas e inspecciones aleatorias a los civiles, sus pertenencias y sus automóviles.
Fuente: Infobae.
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