Bronquiolitis: la epidemia de los bebés
Afecta las vías aéreas y se manifiesta con agitación, tos, decaimiento, dificultad para alimentarse o dormir.
Especialistas en pediatría advierten que la bronquiolitis “es una inflamación de la vía aérea de menor tamaño, los bronquiolos, causada en la mayoría de casos por virus estacionales. Los virus implicados en su desarrollo pueden ser múltiples, desde los rinovirus al metapneumovirus, pasando por el que probablemente causa más problemas: el virus respiratorio sincitial (VRS)”.
Todos estos virus, causan síntomas en la vía aérea y mientras en adultos o niños mayores, puede ser un simple catarro sin complicaciones, en los lactantes -niños menores de 2 años- puede afectar de forma importante a la vía respiratoria baja.
Síntomas para estar alertas
La enfermedad empieza con un cuadro catarral que con el paso de los días evoluciona a las vías bajas ocasionando dificultad para respirar con mayor o menos obstrucción del árbol respiratorio.
“En los bebés vamos a identificar signos de dificultad respiratoria como aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea), uso de la musculatura auxiliar intercostal notando como las costillas se marcan al respirar (tiraje) y ruidos respiratorios más o menos audibles (roncus, sibilancias, estertores). Puede acompañarse de niveles variables de fiebre. La tos suele estar casi siempre presente y en los casos más intensos, los bebés tienen problemas para poder alimentarse con normalidad puesto que se cansan comiendo”.
La evolución de la enfermedad dura en torno a 10 días cuando no hay complicaciones, con un empeoramiento progresivo los primeros días.
Tratamiento y prevención
Es muy importante dejar que el bebé esté lo más cómodo posible disminuyendo el grado de actividad, haciendo lavados nasales y poniéndole un poco incorporado para dormir.
Si tiene fiebre, le daremos antitérmicos. Intentaremos garantizar un aporte líquido y calórico mínimo a veces fraccionando las tomas, es decir facilitando que coma menos cantidad para que no se canse pero ofreciéndolo más a menudo siempre bajo supervisión del pediatra.
Existen vacunas prometedoras en fase muy avanzada que en pocos años nos permitirán controlar mucho mejor las olas epidémicas. Lamentablemente en estos momentos solo contamos con las medidas higiénicas habituales como son el lavado de manos, la ventilación de los espacios, evitar el humo del tabaco y el contacto con personas enfermas.