Cardiopatías congénitas: la importancia del diagnóstico ecográfico en el embarazo
Cada 14 de febrero no es solamente el día del corazón de los enamorados, también hay otra conmemoración que se refiere al órgano cardíaco y a las malformaciones que pueden surgir por cuestiones genéticas.
El 14 de febrero no es solamente el día del corazón de los enamorados, también hay otra conmemoración que se refiere al órgano cardíaco y a las malformaciones que pueden surgir por cuestiones genéticas. Hablamos con el *Dr. Guillermo Cayrol especialista en diagnóstico perinatal sobre la detección temprana.
El Dr. Cayrol explica que “desde el punto de vista de la obstetricia el diagnóstico prenatal de las afecciones que puede traer el bebé, se hace dentro de un programa de controles que ya están preestablecidos”.
“No es fácil diagnosticar un problema cardíaco en bebés desde el primer trimestre del embarazo”, comentó Cayrol, porque el corazón intraútero, funciona distinto de cómo funciona fuera de la panza de su mamá. La circulación que viene por la placenta es la que trae la sangre oxigenada. Viene por la vena umbilical que es la única vena del sistema cardiovascular que lleva sangre oxigenada, porque en realidad son las arterias las que llevan la sangre con oxígeno. El Flujo entra por la vena umbilical, se junta en la del bebé con el sistema que viene del hígado y luego esta sangre entra en las cavidades derechas que son las que después transportan al pulmón.
“Como el pulmón está colapsado, no respira, no hay aire sino líquido y no tiene circulación, la sangre del bebé oxigenada pasa de la aurícula derecha a la aurícula izquierda por el agujero de Botal, que es una abertura en el corazón que permite el paso de sangre entre las aurículas, la sangre que viene oxigenada, circula más rápido gracias a una conducto estrecho que se llama ductus venoso, que hace que la sangre entre con más fuerza a la aurícula derecha, pase a la aurícula izquierda, y se reparta por el cuerpo y el organismo del bebé”, advirtió el especialista.
Todo esto cambia abruptamente en ese momento tan especial y maravilloso que es el nacimiento. En cuestión de segundos, cuando el bebé nace, se cierra el agujero de Botal, se cierra el bypas o shunt que hay desde la arteria pulmonar a la arteria aorta, esto es el ductus arterioso, y así comienza a funcionar ese maravilloso mecanismo como en toda la vida extrauterina.
Por lo tanto, en el diagnóstico prenatal, se debe tener esto en cuenta, ya que el 1% de estos bebés dentro del útero pueden tener una cardiopatía congénita; se estima que en la Argentina hay 7000 nacimientos anuales con cardiopatías congénitas, algunas más graves, otras no tanto, pero es importante tener el diagnóstico para determinar si al nacer ese bebé va a tener un mejor tratamiento, para prever por ejemplo el lugar por donde nazca y si es que necesitan hacer alguna intervención. De ese 1% que tienen alguna cardiopatía congénita la mayor parte salen adelante, aunque hay un mínimo porcentaje de malformaciones que no son compatibles con la vida.
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“En primera instancia el primer momento donde uno puede sospechar de alguna cardiopatía es en el primer trimestre de embarazo. Los ecógrafos han mejorado muchísimo y con un buen ojo profesional, el diagnóstico hoy tiene más certeza. Cuando nosotros hacemos el llamado “scan 11 14”, vemos por ejemplo indicadores del síndrome de Down, trisomías o algunas malformaciones, visualizamos entre otras cosas el hueso nasal, la translucencia nucal, medimos el ductus venoso, y si el ductus venoso tiene una estructura normal, ya nos está diciendo que es probable que ese bebé no tenga cardiopatía”, aclaró Cayrol.
Y continuó: “También analizamos las válvulas Mitral y tricúspide, pero fundamentalmente la tricúspide es la que marca la insuficiencia que está a veces asociada a algunas trisomías”.
“Entonces acá se maneja la incidencia de cardiopatías que es mayor en algunas cromosomopatías. Entonces, cuando vemos algo anormal, sospechamos que el bebé tiene una cardiopatía, hay que estudiar la parte genética o si en sentido inverso sospechamos una alteración genética, tenemos que ir inmediatamente a ver el corazón”, añadió.
“Hasta ahí estamos en el primer trimestre”, explicó el Dr. Cayrol. Porque puede verse o puede no verse alguna cardiopatía, puede detectarse o no, a veces puede pasar desapercibida. Entonces, entre las 18 a las 22 semanas de embarazo surgió lo que se llama el scan fetal detallado, que acá lo conocemos como ecografía morfológica.
Las sociedades de ultrasonografía en consenso mundial han determinado una serie de medidas incluidas en el estudio, no solo del corazón, sino del resto del organismo, donde se detectan mayormente malformaciones o el mayor índice de anomalías morfológicas.
Y deteniéndonos en el corazón hay una normativa, un protocolo por el cual tenemos que ver determinados parámetros cardíacos, cuatro cavidades, tres vasos, tráquea, entrada y salida de los grandes vasos, fundamentalmente la posición del corazón para hacer una detección precoz de alguna cardiopatía, ya que en determinados casos pueden no verse si son muy pequeñas; una comunicación entre un ventricular pequeño, una diminuta partición de la aorta que se manifiesta indirectamente podría no llegar a verse, pero lo importante se debería ver: tetralogía fallot o patologías asociadas a la falta del tabique, por ejemplo.
Por ello, el médico referenció que “si detectamos algo, luego se ordena una ecocardiografía fetal donde generalmente interviene el cardiólogo infantil que hace la ecografía para ver el grado de afectación, hacer un diagnóstico correcto de la malformación y así determinar qué va a pasar con ese bebé al nacer”.
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Hay malformaciones que dependen del ductus venoso, el ductus arterioso que no se cierre bien porque si no se cortaría la circulación, y hay otras que necesitan de una intervención más rápida después de que el bebé nace, y otras que dependerán de cómo evolucione el bebé.
Respecto del origen de estas cardiopatías congénitas en general son trastornos en el desarrollo embriológico donde también pueden aparecer labio leporino, una genecia, un dedo supernumerario, por ejemplo. En otros casos como en el síndrome Down se observa mayor índice de tetralogía Fallot, comunicación intra ventricular, y eso nos hace pensar que puede ser una patología de origen cromosómica.
También hay cardiopatías que tienen que ver con arritmias. El bebé como sucede con el adulto puede tenerlas, son mucho más infrecuentes las taquiarritmias supraventriculares, que depende si son supraventriculares o están en pasaje rápido, como en el adulto. En estos casos se le indica medicación a la madre, para que pase a la sangre del bebé a fin controlar el ritmo cardíaco, por eso hay que evaluar muy bien el medicamento que prescribe porque también afecta a la mamá.
Hay solo una patología, la diabetes gestacional, que a veces produce alguna alteración cardiológica, aumenta el tabique interventricular y a veces produce alguna afección de insuficiencia cardíaca en el feto, por eso se controla especialmente a las diabéticas.
Detectada la cardiopatía dentro del útero de su mamá, lo mejor que hay para el bebé es que nazca en el momento correcto, organizando el nacimiento con los con los cardiólogos e intervencionistas a fin de minimizar los riesgos de inconvenientes. De tener que realizar cirugías al bebé algunas cardiopatías pueden esperar un tiempo y otras, las cardiopatías que son cianóticas generalmente de mayor riesgo, son intervenidas en centros especializados y concluyen con buenos resultados.
*Dr. Guillermo Cayrol MP 91994
Especialista en obstetricia
Especialista en diagnóstico obstétrico por imágenes
Grupo Maternoperinatal
Periodista: Augusto Haase
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