Carlos Alcaraz ganó una final histórica en Roland Garros y agranda su leyenda en el tenis mundial
El español venció al italiano Jannik Sinner en cinco sets y más de cinco horas de partido. Fue la primera final en la historia del Abierto de Francia decidida en un super tie-break.
En una definición que quedará en los libros de historia del tenis, el español Carlos Alcaraz se consagró campeón de Roland Garros 2025 tras superar al italiano Jannik Sinner en una final épica de 5 horas y 29 minutos, la más larga del certamen en la era moderna. El marcador fue 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (10-2) en la primera definición que se resuelve por super tie-break en el mítico polvo de ladrillo de París.
Con apenas 22 años, Alcaraz levanta su segundo título consecutivo en Roland Garros y el quinto Grand Slam de su carrera, consolidándose como la gran figura del tenis mundial en la era post Big Three.
Una batalla física, mental y emocional
La final fue mucho más que un partido de tenis: fue una lucha de voluntades. Sinner, actual número uno del mundo, comenzó firme y se llevó los dos primeros sets con autoridad, incluso ganando el segundo en un tie-break impecable. Alcaraz, lejos de rendirse, reaccionó en el tercer parcial y comenzó a imponer su intensidad habitual.
El punto de quiebre llegó en el cuarto set. Con Sinner 5-3 y triple match point, el murciano salvó los tres con personalidad y precisión, forzó un nuevo tie-break y volvió a nivelar el partido. En el quinto, ambos mantuvieron el ritmo y la tensión creció hasta el super tie-break, donde Alcaraz tomó una ventaja inicial y no la soltó más.
Un duelo de futuro con sabor a clásico
El encuentro sirvió también como confirmación de una rivalidad que ya entusiasma al mundo del tenis. Sinner y Alcaraz, representantes de una nueva generación, ofrecieron un espectáculo a la altura de las grandes finales que protagonizaron Federer, Nadal y Djokovic en el pasado.
Además de la batalla deportiva, se destacó un gesto de fair play: en pleno segundo set, Alcaraz corrigió un error arbitral que lo favorecía y le otorgó el punto a su rival. La actitud fue aplaudida por la Philippe Chatrier y valorada por el propio Sinner.
El gran mérito y un mejor presente
Hasta el partido final del torneo, Sinner no había perdido set en el polvo de ladrillo parisino durante esta edición del torneo y además, acumulaba un récord de 31 games consecutivos ganados en Grand Slam.
No sólo cortó con esa racha que parecía definitiva, sino que además, le ganó tres sets de manera consecutiva para quedarse con un inolvidable trofeo en la final más larga de la historia de Roland Garros.
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