Caso Melmann: "El ADN de Panadero está en el cuerpo de mi hija"
Gustao Melmann, el padre de Natalia, la menor que fue brutalmente asesinada el 4 de febrero de 2001 en un descampado de Miramar, mostró expectativas de que la Justicia ratifique una condena contra el cuarto policía que se habría visto involucrado en el salvaje crimen.
Antes de ingresar a Tribunales, el papá de la víctima sostuvo a El Marplatense que espera que "los jueces escuchen y condenen", después de remarcar la demora en la realización de la instancia de enjuiciamiento contra el imputado que empieza en la mañana de este lunes. "Ya pasaron 17 años. Se hizo mucho esfuerzo para llegar a esto pero a la fiscal Ana María Caro la han dejado un poco sola a esta altura", cuestionó.
Sin embargo, Gustavo insistió en que hay pruebas "contundentes" para que exista una condena contra el ex sargento de la Policía Bonaerense Ricardo Panadero, a quien se le imputa el delito de “homicidio agravado por el secuestro, tortura, violación seguida de muerte y ocultamiento del cuerpo”.
"El ADN de Panadero está en el cuerpo de mi hija. Nosotros no lo pusimos. Cómo se va desarrollar el juicio no sé; esto dependerá de la voluntad de los juicios", afirmó al respecto el papá de la adolescente, y agregó: "No espero que haya un arrepentimiento.
Melmann, además, destacó el respaldo que ha recibido de diversas organizaciones con el paso de los últimos años "en la lucha por la igualdad de género". "Hay un montón de entidades que nos están acompañanado y que en su momento, cuando ocurrió el crimen, no existía", comentó.
EL CRIMEN DE NATALIA
La adolescente de 15 años había desaparecido en horas de la madrugada del 4 de febrero de 2001, después de ir a bailar a un boliche de Miramar. Tras una intensa búsqueda, cuatro días más tarde, su cuerpo fue encontrado sin vida, escondido en un vivero municipal.
La autopsia después confirmaría que Natalia Melmann fue víctima de abusos sexuales reiterados, además de sufrir diversas quemaduras, ser maniatada y estrangulada con el cordón de sus zapatillas.
En 2002, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 encontró culpables de Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini, que se desempeñaban como policías de esa ciudad, por los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía, en concurso con dos o más personas para procurar su impunidad”.
Los efectivos de la Policía Bonaerense fueron condenados a reclusión perpetua, aunque después la defensa apeló esta condena y se la redujo a prisión perpetua. Otro de los involucrados en el caso fue Gustavo Fernández, conocido como “El Gallo”, a quien la Justicia consideró como la persona que entregó a Melmann a los policías. Para él, debía purgar 25 años de cárcel y es el único de los imputaos que ya se encuentra en libertad.