Clubes en cuarentena: deudas, subsidios y virtualidad social
Por Manuel Straccia
Los clubes de barrio, sociales y deportivos, esas cualidades que identifican a la mayoría de las instituciones de la ciudad, atraviesan momentos difíciles. Al quedar trunca la actividad por la pandemia del coronavirus, bajó la cobrabilidad y aparecieron dificultades para afrontar los gastos fijos, principalmente sueldos y servicios.
La asitencia económica estatal permite sortear varios obstáculos, pero está lejos de ser una situación normalizada. El pago de salarios se tomó como central, pero los servicios acumulan deudas y la extensión del aislamiento social y obligatorio atraería más dolores de cabeza para los dirigentes.
En el medio de este contexto, algo que no se puede permitir es abandonar ese rol social que cumplen los clubes. Y ninguno lo ha hecho. Las instituciones continúan manteniendo no sólo entrenamientos virtuales, si no también charlas y formas de entretenimiento para los jugadores.
"La situación es compleja, como para todos. Prácticamente no está ingresando dinero, tenemos cuatro formas: estacionamiento los días de los partidos, sponsors, cuotas sociales y el alquiler de canchas y gimnasios en la sede. El nivel de cobrabilidad de las cuotas es muy bajo. Desde lo económico muy difícil", explicó Gustavo Aspiroz, secretario general de Independiente de Mar del Plata, en diálogo con El Marplatense.
En el caso del "rojo de mardel", se evaluó qué pagar y que no. Se abonó ART, obra social, pero no la luz. Los entrenadores de las categorías no están percibiendo sus ingresos de momento, pero continúan trabajando para no desatender a los jóvenes, demostrando "la familia" que se genera en estas instituciones.
"Los técnicos optaron en continuar trabajando con Zoom, en reuniones, hacen charlas con los jugadores y preparadores físicos. Todas las categorías, masculino, femenino, liga y preliga. Juegos, actividades, para mantenerlos en movimiento. Los técnicos hacen una cada 15 días una charla técnica. Les permite mantener contacto, la conectividad está cercana al 70% de los jugadores", explicó Aspiroz.
Es que, como era de esperar, muchos de los chicos dicen estar "aburridos" y pasaron de entrenar cinco horas por semana y jugar los domingos, a tener que estar encerrados en su casa. La virtualidad social también es algo que se aplicó en Cadetes de San Martín, que además de entrenamientos impulsó desafíos para los jugadores, como así también para los padres, lo que generó un espacio de diversión y apoyo a la distancia.
"No estamos ajeno a la situación, es complicada, atípica, que vamos viendo como hacer para que golpee lo menos posible. Desde la Comisión Directiva lo que dispusimos fue tratar de proteger el salario de los profesores, que podamos tener una recaudación. En este caso, lo que se planteó es una cuota solidaria, para que podamos afrontar los gastos mínimos del pago de salarios", señaló Leonardo Tonón, vicepresidente del club, sobre la situación económica del "Tricolor".
Tonón le comentó a este medio que la cobrabilidad bajó al 50% en abril, lo que se utilizó para cubrir los sueldos del personal. Se pidió también un subsidio estatal, pero ven complicaciones a futuro si sigue la situación.
El caso de Kimberley es similar, aunque con una planta de personal mucho más alta por las diversas actividades que se realizan en el club. Aquí también se intenta que con videollamadas y clases virtuales, los deportistas puedan seguir en contacto y hacer más amena la situación.
"Muchas obligaciones por cumplir y pocas herramientas para poder cumplirlas realmente. El primer mes lo pudimos sortear, porque veníamos con lo anterior. Pero mayo se está haciendo difícil. Considero que cuanto más tiempo pase más difícil se va a poner. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para cubrir con nuestras obligaciones, con la gente que puede pagar igual su cuota social o de actividad (banco o cobro en efectivo yendo a los domicilios)", explicó Luciano Mignini, presidente del club, a este medio.
Que el Gobierno haya pagado la mitad de los sueldos de los trabajadores dio "un oxígeno importante", pero "en un club grande como Kimberley no es la solución", ya que hay "38 trabajadores en planta permanente", entre limpieza, administración, mantenimiento, profesores de pileta, coordinador general, y otros puestos. En cuanto a servicios, "el gas, al no usar la pileta, bajó y tratamos de no deber más de tres meses; y "en luz hemos pedido a EDEA que nos facturen lo consumido (en condiciones normales tenemos potencia contratada) y accedieron".
"Desde que se cortó la actividad hasta ahora, cada coordinador baja línea a sus profes y en todas las actividades están las charlas y entrenamientos online en Zoomo o Whatsapp... Fútbol, básquet, patín, hasta en pileta los chicos federados se juntan con sus profes. Más allá de lo físico, nos basamos en preguntar cómo están, si alguien necesita algo, charlas. Apuntamos a una parte social, de contención, de charlar, ver como están y tener el contacto fluido para cuando volvamos no haber perdido tanto tiempo", concluyó Mignini.