“Coincidir con el gusto del marplatense me llena de orgullo”
El actor y autor Mauricio Dayub presenta en la cartelera marplatense El amateur y El equilibrista, dos obras que tienen una fuerte relación con el público de la ciudad.
No uno, si no dos espectáculos presenta Mauricio Dayub esta temporada en Mar del Plata: El amateur y El equilibrista, piezas de su autoría que de alguna manera funcionan como un doble programa que recorren su vida. Dos obras, entonces, en una apuesta que ha salido muy bien, según él mismo comenta: “Esto que lo hice la temporada pasada, lo repetí y bien, porque me está yendo mejor que la temporada pasada”. Siempre en el Teatro Neptuno, El equilibrista va los domingos a las 21:30 y El amateur, los lunes en el mismo horario.
Dayub es un artista completo. Además de actor consagrado y autor reconocido, es dueño de una sala teatral en Ciudad de Buenos Aires. Por eso, porque conoce la industria desde sus mismos cimientos, es que tras recorrer el Teatro Tronador BNA se emociona: “Me encanta la creación de ese teatro, la planificación, lo que tiene que haber llevado. Construí un teatro de cero y conozco un poco ese derrotero, y que el resultado final sea tan extraordinario realmente es admirable”.
El actor se entusiasma también cuando habla de la temporada. “Tener la posibilidad de repetir siempre con los mismos espectáculos y coincidir con el gusto del turista y del marplatense me llena de orgullo. Siempre nos preocupa un poco la previa, nunca sabemos qué va a pasar. Estamos en Argentina y siempre estamos intercambiando diversos miedos. Esta vez fue climático. Pero creo que se acomodó rápidamente, con el temor de diciembre se encaminó en enero y hoy estamos trabajando casi igual que el año pasado”, cuenta en charla con El Marplatense.
Sin embargo, para Dayub esta temporada en cuanto a la concurrencia a los teatros tiene una particularidad que le gusta: “Está más parejo para todos. No tan polarizado, que le va muy bien a unos pocos y mal a muchos. En este sentido, a los que les podría ir mal son los menos y a la gran mayoría les está permitiendo desarrollar lo que querían hacer”.
Siempre agradecido con la ciudad, el actor comenta que “estaba haciendo El equilibrista con un éxito extraordinario, impulsado por la temporada en Mar del Plata” y fue entonces que “en el medio de ese gran éxito percibí que a la sociedad argentina le estaba faltando cumplir su sueño. Me di cuenta de que los argentinos no podemos cumplir nuestro sueño porque no permitimos que lo cumpla el otro. Y recordé que El amateur tiene como un milagro entre los personajes, y es que el sueño de uno se convierte en el sueño del otro, que era el logro individual que nos permitía vislumbrar el logro colectivo. Que era lo que nos estaba faltando”. Y ahí nomás (y porque los tiempos de la pandemia lo permitieron) se dio la oportunidad de volver a su obra emblemática.
-¿Cómo es volver a El amateur, una obra que ya tiene una relación con Mar del Plata?
En su momento la presenté acá en La Subasta. Mar del Plata le dio el espaldarazo. Después Canal 13 me compró la producción, pasé de un teatro independiente a uno comercial. Se estrenó la película, la acompañé a varios festivales en el mundo. El espectáculo creció muchísimo y se transformó en lo que fue, un éxito emblemático del teatro independiente. Tuvo un montón de cosas que al teatro independiente no le suceden. Y ahora tiene esta segunda versión, que tiene mucho que ver con lo que pasa ahora. Y la gente la disfruta mucho y sale muy inspirada en ir detrás de sus propios sueños.
-¿Sentís que estás haciendo un clásico?
Sí, y la gente lo vive así también. Los que vieron la primera versión vienen con los hijos. La estrené en 1997, la traje a Mar del Plata en 1999-2000. Es decir que han pasado 24 años. Los jóvenes de ese momento tienen hijos de 24 años, así que pueden venir al teatro y compartir. Y como es un espectáculo que impulsa, es muy argentino, hay mucha identidad... A los padre les gusta mucho compartirlo con los hijos.
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-¿Qué conexión encontrás entre los dos espectáculos?
Que ambos parten de un hecho real que ocurrió en mi vida. No son ficción del todo. El amateur es una imagen que vi cuando era chico, que guió un momento fundamental de mi vida donde me tuve que animar a ir detrás de mis metas y dejar se de ser lo que los demás querían. Además, fue la primera obra que escribí. La primera con la que me ternaron a los premios María Guerrero, que me convirtió en actor, autor y productor. Y El equilibrista es la historia de mi familia. Es un secreto que se me reveló en un viaje que hice a conocer la ciudad donde nacieron mi mamá y mis abuelos. Hoy con 800 funciones es una historia que representa a más de 400.000 argentinos y gente de otros países.
-¿Qué te pasa con El amateur cuando descubrís todo lo que dio como artista?
Es algo extraordinario. Nunca me imaginé. Porque además yo estuve muchos años intentando escribir, porque vi que nadie me ofrecía un papel importante. Y decía que no me podía desarrollar. Nunca iba a saber si tenía capacidad, entonces me lo tuve que escribir. Y yo sentía mucho, pero no desarrollaba. Cuando lo logré hacer, y fue Mauricio Kartun quien me leyó y me invitó a seguir, fue como sentir que aprendí a tocar el piano sin tomar clases. Escribía cosas que había sentido y vivido en alguna forma de mi historia. Yo estuve ternado con Carlos Gorostiza y Roberto Cossa, dos de los autores más importantes, y coucheado por Kartun, estaba en la gloria. Y encima me ganó yo el premio. Fue increíble, muy fuerte. Y se juntó con que yo la tuve que producir. Porque se la llevé a un productor y no quiso invertir dinero en tanta inexperiencia. Yo conocía todos los rubros, estudié administración para conocer de números, y me largué a producir y encontré ese formato de actuar, escribir y producir. Que es como hice muchos de mis proyectos.
-¿Se te hace imposible separarte de las cosas personales a la hora de crear?
Siempre voy a mi infancia para escribir. Creo que ahí las personas somos lo que somos de verdad. Cuando somos adultos, o antes en la adolescencia, el conocimiento social del otro, el ser aceptado, te hace ser como son los otros para no disentir, para sentirte querido. Y vas perdiendo algo esencial de tu propia vida. Y creo que cuando uno pone en el escenario la esencia de lo que somos, como espectadores nos emocionamos mucho porque nos damos cuenta lo que hemos perdido y que tenemos que ir detrás de eso.
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-Los espectáculos se podrían llamar Amateur y Equilibrista. ¿Por qué se llaman EL amateur, EL equilibrista?
Porque cuentan la historia de alguien, son el reflejo de la vida de una persona. Cuando uno escribe para poder espejar en el espectador, no tiene que escribir generalidades, cosas que pasan, tiene que escribir cosas que le pasan a alguien. Y entonces sí el espectador puede aludir de esa propia vida las cosas que le pasan a su propia vida.
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