¿Cómo diferenciamos un miedo de una fobia?
Como todas las semanas en "UPM" de Mitre (FM 103.7), la licenciada Patricia Fortina lleva una columna especial vinculada a la salud. En esta ocasión, la ex Directora de Salud del Municipio contó qué es una fobia, muchas veces confundida con los miedos. Además, se refirió a cómo se debe actuar ante esta situación.
Si bien la expresión "Le tengo fobia a..." es expresada con mucha naturalidad, Fortina comentó de qué se trata realmente este trastorno: "En realidad, la fobia es un miedo irracional e imparable, donde la persona que lo sufre siente peligro de muerte, cuando no lo hay. Puede desencadenar una crisis de ansiedad porque aparecen síntomas físicos que son los mismos que en los ataques de pánico, tales como aumento de sudoración, agitación, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, pensamientos distorsionados y temblor. Es una situación en la que la persona siente los síntomas, pero no se a morir por ver una araña o una rata".
Y aunque sostuvo que las fobias aparecen cuando uno es un niño o adolescente aún, comentó que también pueden llegar en la adultez por alguna situación traumática o imitación de un familiar. "Veo que mi mamá le tiene fobia a algo, entonces pienso que yo también le voy a tener fobia. Es el miedo a algo, exagerado, que se transmite. Pero la fobia es más severa y puede ser tratada", indicó.
En tanto a ello, especificó: "Hay tratamientos con medicación, en general mediante antidepresivos, y otros en terapia con un psiquiatra o psicólogo. Y puntualmente, te ayudan a manejar la ansiedad y enfrentar este tipo de situaciones para disminuir la sensación de peligro de muerte. El trastorno, con un tratamiento, disminuye muchísimo".
Para diferenciar las fobias de los miedos, la ex Directora de Salud del Municipio, ejemplificó que en una fobia, más allá del resguardo que uno pueda tener, las personas "sienten que se van a morir".
"En caso de padecer alguna fobia hay que recurrir a un psicólogo. Si es un miedo que nos paraliza, podemos hacer una consulta y veremos si es necesario algún tipo de medicamento, o si con la terapia conductual aprendemos a manejar esa situación. Lo importante es disminuir el miedo y los síntomas físicos", remarcó la especialista.
CONOCÉ LAS FOBIAS MÁS COMÚNES
- Aerofobia: es una de las más frecuentes. El miedo a volar causa trastornos a muchísimas personas en todo el mundo. En algunos casos extremos, los aerofóbicos desarrollan problemas de ansiedad y nerviosismo que les incapacitan viajar.
- Claustrofobia: se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece miedo a los sitios cerrados. Estas personas suelen evitar los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas y hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades.
- Agorafobia: se trata del miedo a los espacios abiertos. El miedo que se percibe es el de estar en un lugar donde, pese a estar rodeado de gente, no se pueda recibir ayuda en caso de peligro. Habitualmente, la acumulación de personas también acusa nerviosismo.
- Zoofobia: ejemplos de zoofobias específicas podrían ser entomofobias (miedo a los insectos), apifobia (miedo a las abejas), aracnofobia (miedo a las arañas) o mirmecofobia (miedo a las hormigas). También existe el miedo a los reptiles (herpetofobia), o a las serpientes en particular (ofidiofobia).
- Hematofobia: esta es una de las fobias también relacionadas con la visita al médico. La visión de la sangre, así como de las heridas, jeringuillas o inyecciones también se percibe como algo a evitar. Son muchas las personas que giran la cabeza cuando se someten a una extracción de sangre para no ver cómo actúa el profesional sanitario.
- Acrofobia: se trata del miedo a las alturas. La fobia suele manifestarse cuando nos asomamos a un balcón, estamos en un mirador elevado o junto a un precipicio. “Que no haya barandillas o sean bajas intensifica el miedo”. Son personas que suelen padecer de vértigo y a las que asomarse a un balcón o ventana de altura extrema les produce una sensación de nervios, incluso a pesar de que se sientan seguros en la zona que pisan.
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