El kiosco Candy Shop 24 horas estaba siempre abierto, como su nombre lo indica. Pero este jueves, el local de Paraguay al 2900 amaneció con la puerta cerrada, como todo un barrio que no sale de la sorpresa por el brutal crimen que ocurrió esta madrugada, cuando un hombre fue asesinado de tres tiros por la espalda.

Marina, una de las vecinas, seguía en shock este mediodía, ya que se cruzó con el tirador horas antes del crimen.

Según contó, a las 22.15 había bajado con su perra y le llamó la atención un hombre que estaba dando vueltas por la zona porque tenía peluca. “Se acomodaba el pelito así”, graficó. “Me llamó la atención. Pensé qué raro, un flaco con peluca”, agregó. Y remarcó que se dio cuenta que el pelo no era real por el movimiento que hacía el cabello por la brisa del viento.

Luego, alrededor de la una de la madrugada, escuchó los disparos pero pensó que “eran petardos de alguna fiesta”. Y esta mañana, en un noticiero de TV, cuando vio las imágenes del tirador se dio cuenta de que era "el flaco con peluca" que ella había visto la noche anterior.

Alrededor de las tres de la madrugada, un hombre -cuya identidad aún no se conoce- fue asesinado de tres balazos por la espalda justo en la puerta de ese comercio, a metros del cruce de Paraguay con Agüero.

Las imágenes del asesinato quedaron registradas en la cámara de seguridad del kiosco, por lo que se pudo ver toda la secuencia del ataque.

Cómo fue la secuencia del crimen

Diego Albornoz vive en un departamento en un primer piso. Y brindó un impactante testimonio de los hechos que miró desde su balcón.

“Yo estaba en mi departamento y escuché los tiros. Serían las doce y media, una más o menos”, comenzó Diego, quien prefirió no salir a la calle, aunque observó todo desde su balcón. Según relató, logró ver a la persona que disparó: “Lo remató en el piso, le sacó la riñonera, volvió hasta la mitad de la calle, lo miró y salió corriendo”.

Al detallar lo sucedido, describió que la víctima, ya baleada, forcejeó para intentar evitar que justamente le quitaran su riñonera negra: “Ya moribundo hacía como que no quería que se la saquen. Cuando lo remató, lo único que hizo fue atinar a levantar la cabeza”, explicó.

Diego también señaló que no se trató de un hecho aislado, porque vio que los agresores actuaron con coordinación: "Había dos autos, uno cerca de la clínica (NdR: un centro oncológico sobre la calle Agüero) y otro más cerca del kiosco. En el primero estaba el hombre de peluca y en el otro un conductor y una chica. Cuando pasa el crimen, el conductor bajó y miró cómo estaba la situación. La chica también, y dijo 'Ya está, vamos' y se van mientras que el de peluca sale corriendo con la riñonera por Agüero”.

"Para mí fue entregado. Todo está en el video, se nota que estaba marcado”, enfatizó.

Fuente: Clarín

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El Marplatense

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