Crisis e inestabilidad: cómo volver a empezar
En estos tiempos son varias las personas que han perdido el trabajo. Consecuentemente esto genera malestar, ansiedad, inseguridad, frustración, temor y desconfianza. La palabra de la licenciada en Psicología María Noel Lucano.
Atravesar una situación de pérdida laboral implica, entre otras cosas, re pensar como continuar y volver a insertarse en un ámbito que puede ser vivido como hostil. Ese medio donde uno se desenvolvía con cierta tranquilidad y seguridad hasta cierto momento, termino siendo el que lo expulso y genero un cambio abrupto en la estructura y rutina de la persona.
Ante la pérdida de un trabajo, la sensación que suele aparecer en primera instancia es la del fracaso, la de impotencia y hasta inclusive incompetencia.
Sentirse no capaz, percibirse como alguien que no cuenta con las habilidades o competencias necesarias para ocupar un determinado puesto laboral termina siendo un fantasma recurrente entre quienes están buscando re insertarse al mundo del trabajo.
Claramente esto no se soluciona con hacer más cursos o capacitaciones, ya que en definitiva lo que está en juego en la mayoría de los casos, no es el "saber hacer" o la experiencia.
Lo que está en juego, son cuestiones emocionales que aparecen a flor de piel, como cuando uno se lastima y la herida queda abierta sin cicatrizar aun. Algo sucedió, algo que duele y lastima necesita ser elaborado.
La falta de confianza en sí mismo, a veces la culpa o la vergüenza por haber sido despedido, la incertidumbre y la paralización amenazan la seguridad de la persona que no siempre se recupera con facilidad de esta situación.
Salir de la parálisis
En primera instancia poner en contexto la situación y esto significa entender el macro socio económico del país en general y de la empresa o compañía para la que uno trabajaba en particular.
No siempre la desvinculación tiene que ver con un mal desempeño de las funciones de uno sino con otras variables que lo exceden, pero inclusive si así fuera, si esta desvinculación atañe al desenvolvimiento de la persona, que no ha sido el esperado por la empresa, es importante poder pensar y analizar lo que uno hizo, lo que se podría haber mejorado y lo que se puede modificar para una próxima situación.
Es momento de reciclar y transformar la energía en impulso para volver a empezar así como en ambición para insistir y perseverar en el camino que uno desea realizar.
A su vez, es tiempo de apelar a las herramientas y recursos internos y externos que uno posee y que a veces desconoce. ¿De qué manera? Rodeándose de las redes de contención y contacto óptima para crecer, crear, progresar.
La creatividad en estos tiempos es clave para no permanecer estancado alimentando la frustración y la inseguridad.
El networking, las charlas motivacionales y las actividades que fomentan las alianzas laborales son fundamentales.
Poder dedicar un tiempo a la proyección, es decir, al diseño y construcción de lo que uno está dispuesto a hacer en el camino que implica buscar trabajo.
“Si sabes de algo avísame”
Buscar trabajo es un trabajo en sí mismo porque requiere tiempo, esfuerzo energía y sobretodo estrategia.
Saber dónde y cómo moverse. A donde ir y de qué manera presentarse.
Redes sociales como por ejemplo Linkedin funcionan como muy buenas plataformas para conectarse no solo con búsquedas laborales sino también con profesionales que asesoran y monitorean en el camino de la búsqueda laboral.
Revisar y rediseñar el currículum poniendo claramente su valor y trayectoria.
Presentarse en entrevistas de trabajos aunque no sea específico del área que se está buscando para ir ganando seguridad, aprendiendo y entrenando el tipo de respuestas, recuperando la autoestima.
Si se es rechazado, tomarlo constructivamente. No se trata de algo personal, debemos tomarlo para no repetir los errores en la próxima entrevista.
No ser demasiado duro con uno mismo, no es una tarea fácil y menos en estos momentos laborales tan difíciles, pero mirar hacia atrás, darse cuenta de todo lo logrado hasta ahora, valorar las habilidades que se han aprendido y los beneficios que se pueden aportar en el próximo puesto de trabajo.
¿Qué pasa cuando no se trata de haber perdido un trabajo sino de un negocio propio que no funciono?
Para los empresarios o emprendedores que llevan adelante un negocio y no funciona o en algún momento empieza a generar pérdidas, las emociones que aparecen no suelen ser tan diferentes a las de un trabajador en relación de dependencia: fracaso, culpa, sensación de impotencia, bronca, angustia, paralización.
Lo que surge es diferente, es que el proyecto gestado es vivido muchas veces como si fuera un hijo, algo muy propio, ideado con un alto nivel de expectativas. Registrar que no ha funcionado como uno deseaba, genera angustia y origina miedo de pensar en " volver a intentar".
Un empresario o emprendedor puede sentir que perdió todo y la sensación de vacío y confusión que esto genera requiere atravesar un proceso similar al de un duelo.
Soltar lo que no fue, analizar lo que se puede modificar para una próxima situación y reinventarse son las claves para volver a empezar.
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