Cumple 70 años el hombre que revolucionó un deporte en Argentina
El 17 de agosto de 1952, en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, nació el hombre que marcó un antes y un después en el tenis argentino: Guillermo Vilas, quien hoy está celebrando sus 70 años.
Willy ganó 62 torneos de ATP, entre ellos, cuatro Grand Slam. En 1977, se consagró en Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos, mientras que fue campeón del Abierto de Australia en 1978 y 1979.
El marplatense está casado con la tailandesa Phiangphathu Khumueang, y es padre de cuatro hijos: Andanin, Intila, Lalindao y Guillermito.
Además de la larga lista de premios que recibió a lo largo de los años por su exitosa trayectoria, en junio de 2020, Vilas fue nombrado Capitán Honorario del equipo de Copa Davis y Embajador Mundial del tenis nacional. Un homenaje en vida, como debe ser.
El hijo de Maruxa y José Roque Vilas se convirtió en uno de los mejores deportistas de nuestra historia por un sinfín de características que lo hacen único y un verdadero mito. Una carrera inmensa, conquistas inolvidables, su obsesión por el tenis, su racha de 50 partidos ganados, su número 1 que no fue en los papeles pero sí en el reconocimiento de (casi) todos...
Pero también su amor por la música y la poesía, sus romances con mujeres, su vincha y su remera blanca Fila bien ajustada al cuerpo. En definitiva, es el autor de una vida que cambio la historia para siempre.
¿Cuál es el origen de La Gran Willy?
El propio Guillermo contó que se inspiró en Juan Carlos Harriott, considerado uno de los mejores jugadores de la historia… ¡del polo! Así es: Willy quedó sorprendido con un anuncio publicitario del whiskey Old Smuggler en el que Harriott golpeaba la bocha por debajo del caballo; entonces, pensó que sería una buena idea hacer algo similar pero cambiando el taco por la raqueta y las patas del animal por sus propias piernas. Y todo esto de espaldas a la red, obvio.
La primera vez de la Gran Willy fue en 1970, en el Náutico de Mar del Plata: "Hubo un mal pique y lo perfeccioné", contó más tarde. Sin embargo, el público la vio por primera vez en 1974, en una exhibición ante el francés Wanaro N'Godrella celebrada en el Club Obras Sanitarias de Buenos Aires, y tuvo que pasar un año más para que la hiciera en un partido oficial, en las semifinales de Indianápolis en las que cayó ante el español Manuel Orantes.
Desde entonces, el movimiento se replicó alrededor del mundo. De Gabriela Sabatini -con que lo une un afecto especial- a Juan Martín Del Potro, todos los tenistas argentinos la intentaron alguna vez. Y de los extranjeros, por poner solo algunos ejemplos, lo hicieron el serbio Novak Djokovic, el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, quien en 2015 se refirió justamente a la inspiración que significó Vilas para muchos tenistas: “Él no necesitó ser el número 1 para ser Vilas, no necesita eso”.