David Mejías: "Todo lo que hablé, se quedó corto cuando fuimos al banderazo"
El entrenador de arqueros de Alvarado estuvo en el último clásico disputado y el sábado repitió en el regreso luego de 27 años: "Se sintió raro ver todo amarillo".
Parece mentira, pero realmente ocurrió. El pasado sábado se volvió a jugar el clásico entre Aldosivi y Alvarado en el Minella luego de 27 años y entre el último encuentro entre ambos y el más reciente hubo un factor en común: David Mejías.
El actual entrenador de Arqueros de “Torito” estuvo en el arco el día que se jugó aquél encuentro en cancha de River y no se pudo terminar. Ahora, en otro rol, pero dentro de la cancha, se dio el gusto de volver a vivirlo.
Fue todo un proceso y lo contó a través de Marca Deportiva Radio (FM 99.9): “el hecho de que en enero nos enteramos que habría clásico y que se volvían a enfrentar, causó un impacto. Fueron transcurriendo los partidos, semana a semana y esta última se empezó a cargar de emoción y sentimientos”. La predisposición de todas las partes era clave y así pasó para que se concretara lo que parecía tan lejano: “se venía el partido que tanto se esperó, que tanto soñó la ciudad, toda una generación que se crió sin clásico. Mar del Plata estuvo privado de este partido especial. Hoy es una lástima que hayamos perdido esa oportunidad”.
Como nexo entre aquella rica historia de enfrentamientos y este nuevo capítulo que había que escribir; estaba Mejías: “cuando nos enfocamos post partido de Racing de Córdoba, empecé a hablar de manera individual con los chicos, me preguntaban y les transmití lo que había pasado, lo que vive cada hincha de Alvarado este partido es muy especial. Empezamos a preparar la semana con el cuerpo técnico, extrañamente la manejamos con tranquilidad, la gente se portó bien y no se invadió el área de trabajo. Los chicos no se cuidaron en nada, fueron al máximo en los entrenamientos, se preparó muy bien”.
Lo que hizo fue tratar de transmitir esa pasión que quedó en evidencia de manera aún más contundente la noche del viernes cuando los hinchas hicieron un banderazo en la sede de club: “todo lo que hablé yo, se quedó corto cuando fuimos al banderazo, fue un golpe anímico muy bueno para el plantel, entendieron ahí lo que significaba el partido, nos ahorró mucho para la carga emotiva”.
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La locura de la hinchada había que vivirla y sentirla en carne propia, pero después el cuerpo técnico tenía que enfocar al plantel en un partido de fútbol con ciertas características tácticas: “para mí es toda una nueva generación que lo quería vivir. El hincha de Alvarado ya quiere que sea el 10 de agosto, quiere hacer su fiesta, estar en la cancha. Pasó un buen momento en la Villa pero quiere ir a la cancha. Nosotros tratamos de bajar los decibeles para que la cabeza del jugador pese más que el corazón, que piensen más, tomen mejores determinaciones en el momento y no sean tan pasionales, porque te puede llevar a equivocarte. Era un partido muy estratégico contra un buen rival”.
En el tramo final, estaba la preparación inmediata del encuentro y ahí Mejías cumple un rol particular: comenzar la charla técnica. “Es una tradición que empiece yo la charla previa con el análisis de arquero rival, describiendo virtudes, algún detalle o defecto del arquero y le dejo el camino preparado para que empalme con el resto el “Buli” Giganti. Teníamos preparado un video motivacional que abarcaba el esfuerzo que habían hecho ellos, incluimos la familia que son las que siempre apoyan”, destacó David.
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El último paso era finalmente, con toda esa carga previa, ingresar al campo de juego: “nos sentimos un poco raro cuando vimos todo amarillo. Nos costó sentirnos visitantes ahí, pero la gente fue respetuosa, hubo silbatina, cargada pero nada agresivo”.
El resto es historia conocida y analizada. El clásico volvió para quedarse y Mar del Plata lo cuidará y atesorará como se debe porque nuestro fútbol se merece esta fiesta un par de veces al año.
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