De Tilcara a Mar del Plata: los chicos que cumplieron su sueño y conocieron el mar
Un grupo de chicos de la escuela Loma Larga en el Valle de Tilcara, viajaron hasta Mar del Plata para conocer el mar gracias a la donación y el apoyo de muchas personas.
Cuando la voluntad está presente, todo se puede cumplir y hacer realidad. La Asociación Civil sin fines de lucro “Padrinos Rurales” pudo colaborar junto a muchas personas para que un grupo de chicos de una escuela rural del Valle de Tilcara pudieran llegar hasta Mar del Plata para cumplir su sueño de conocer el mar.
Uno de los responsables del viaje fue Cristian Martínez que habló sobre esta particular empresa que asumieron y que llevó mucho tiempo: “Padrinos Rurales apadrina nueve escuelas en el Valle de Tilcara. Estas escuelas están en la montaña y asisten los chicos de las familias que habitan la montaña. Viven de sus animales y de la tierra. Hay que decir que no hay ruta de auto para llegar a las escuelas ni a las casas, sino que se llega en auto hasta el final del camino que es de ripio, camino de montaña y a partir de ahí se empieza a caminar. Son trayectos largos que cruzan la montaña y están hechos por los pobladores del lugar para poder transitar con sus animales”, explicó inicialmente para graficar donde viven estos niños.
Además, tienen una particular manera de transitar su día a día: “La mayoría tiene una modalidad de 20 por 10, o sea, los chicos están 20 días en la escuela y 10 días en la casa. O sea que están habituados a compartir todo porque viven la mayor parte del año en la escuela”.
Teniendo en cuenta esa realidad, comenzaron a trabajar en el sueño de los chicos y no fue nada fácil. “En este caso puntual ayudamos a una de las escuelas que es Loma Larga a llegar al mar. Tenían el sueño de conocerlo porque muchos de los chicos ni siquiera conocen San Salvador. La idea era ayudarlos a cumplir ese sueño. Hicieron un montón de campañas para juntar dinero como ferias americanas, rifas y pudieron costear el pasaje de San Salvador hasta Buenos Aires. Una vez ahí nosotros pudimos colaborar con los pasajes de tren para que puedan llegar a la costa”.
Claro que no sería tan sencillo y tuvieron que atravesar inconvenientes, pero cuando la ilusión es el motor, todo tiene solución: “tuvimos un inconveniente en ese trayecto, el grupo perdió el tren porque el micro que los traía de San Salvador sufrió una demora y tuvimos que sacar pasajes en bus. Hay que decir que todos los gastos se solventaron con dinero nuestro y con donaciones, muchas donaciones de la gente. Explicamos en las redes que habíamos tenido un problema con los pasajes de tren, nosotros abonamos los pasajes de bus y recibimos un montón de donaciones que nos permitieron hacer cosas allá”.
Después hubo otro grupo de partícipes necesarios para que los chicos pudieran cumplir con aquello que inicialmente veían lejano: “El Campus Santo Tomás nos recibió de una forma excelente, nos dio alojamiento y comidas gratuitas. La realidad es que sin ellos no hubiéramos podido cumplirles el sueño. El grupo estaba conformado por cinco chicos, el colegio habitualmente tiene seis alumnos pero una de ellas no pudo asistir al viaje y de los cinco chicos que fueron, cuatro fueron con padres y viajaron los 2 docentes, así que el grupo estaba conformado por 11 personas”.
Ir a la playa era la ilusión máxima. Pisar la arena, sentir el mar en los pies y mojarse cuando el clima lo permitía; era parte de ese sueño que pudieron concretar. Pero también tuvieron el apoyo para vivir otras experiencias que sólo Mar del Plata puede dar: “Pudimos ir al Aquarium, subirnos al Tren de la Alegría…todo con donaciones. El Tren de la Alegría fue una donación de la gente que está a cargo del tren y en el Aquarium pagamos mucho menos que la entrada general, por lo que estamos muy agradecidos con todos en Mar del Plata porque sin dudas todo esto fue gracias al aporte de todos”. Además agregó que fue importante el aporte de los marplatenses porque además agregó que “también agradecemos a toda la gente que donó dinero para que esto pudiera pudiera ocurrir”.
Cuando hay voluntad, los sueños se pueden cumplir y gracias a un grupo de personas, algunas que se pusieron a disposición y otras que anónimamente donaron su dinero; los chicos jujeños vivieron en Mar del Plata una experiencia que no olvidarán jamás.
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