Detenido por el homicidio de una anciana fue acusado por otro crimen similar
Dos crímenes similares y un único sospechoso, ese es el panorama que la justicia de Mar del Plata investiga luego de que dos mujeres, de 74 y 81 años respectivamente, murieran en circunstancias similares con semanas de diferencia. Hasta el momento, todo apunta a Jonathan Darío Cáceres, un techista detenido como presunto autor de los crímenes.
Pasaron 18 días desde que el hombre de 31 años fue detenido y alojado en la Unidad Penal 44 de Batán imputado por el asesinato de Elizabeth Othondo (81). Según la investigación, Cáceres ingresó a robar en la casa de la mujer en el barrio Chauvín, y al retirarse intentó prender fuego la vivienda para ocultar el crimen.
Las características de ese homicidio eran similares a las de otro ocurrido casi un mes antes, el 7 de mayo, cuando María Angélica Rossi (74) fue hallada muerta tras un incendio en su domicilio del Bosque Peralta Ramos y luego se determinó que había sido asesinada a golpes.
Las historias se unen luego de que la fiscal Florencia Salas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 marplatense, determinara que Cáceres también habría sido el autor de este crimen. La profesional llegó a este análisis en el marco de la investigación, luego de estudiar una serie de pericias realizadas.
Con esos elementos, Salas pidió a la Justicia de Garantías que el hombre, quien había trabajado como techista en ambas viviendas en los últimos meses, fuera imputado y detenido.
Fuentes judiciales indicaron que entre los elementos que permitieron vincular a Cáceres también con el homicidio de Rossi se destacó la pericia de una huella hallada sobre sangre en el lugar del crimen. La impronta resultó coincidente con la suela de una zapatilla marca Fila, igual a la que había sido incautada en la habitación del hostel donde el acusado vivía, durante una allanamiento en el marco de la investigación del asesinato de Othondo. Las pericias realizadas sobre ese calzado determinaron también que tenía rastros de sangre tipo A, el mismo que el de Rossi, mientras que la del acusado es cero negativo.
Otros datos que refuerzan la teoría de la fiscal es que la investigación estableció que el teléfono celular de la mujer se conectó con la antena correspondiente al hospedaje de Cáceres, horas después del crimen.
De acuerdo a la instrucción del caso realizada en la casa de Rossi, en la calle Los Chañares y Yanquetruz, las pericias establecieron que las aberturas del inmueble no mostraban signos de haber sido violentadas.
Casi un mes después, fue asesinada Othondo en su casa en Rodríguez Peña al 2700, y su cuerpo fue hallado por los bomberos que sofocaron un siniestro registrado dentro de su habitación. La investigación de ese hecho quedó a cargo del fiscal Leandro Arévalo, titular de la UFI 7, y la autopsia del cuerpo confirmó que la víctima recibió distintos golpes en la cabeza con “un elemento contundente” en el marco de un robo.
En un modus operandi similar al antes mencionado, distintas pericias permitieron establecer que el incendio había sido iniciado de manera intencional. A partir del relevamiento de cámaras de la zona y del testimonio de un vecino, se logró la identificación y detención de Cáceres, quien quedó imputado inicialmente solo por ese homicidio.
Las similitudes entre ambos crímenes reforzaron desde el inicio la hipótesis de que podía tratarse de un mismo autor o autores. Como si fuera poco, anteriormente Cáceres ya había sido condenado por otro tipo de delitos. El techista había salido en libertad meses atrás, luego de ser sentenciado en el marco de una causa por privación ilegal de la libertad y robo.