El 83% de los residuos encontrados en las playas son plásticos
Microplásticos, telgopor, envoltorios plásticos, botellas, bolsas plásticas, tapitas y colillas de cigarrillos ocuparon 88 hectáreas costeras en la provincia de Buenos Aires: un total de 71.848 residuos fueron contabilizados y el 83,2% estaba constituido por residuos plásticos. El dato es 1,2% más al que arrojó el censo anterior, ya que se contabilizaron 25.175 residuos más y cobra relevancia frente a un contexto en el que, según datos de la ONU, 13 millones de toneladas de plásticos son arrojadas a los océanos cada año.
La información es el resultado de la cuarta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina, organizado por ONG´s, instituciones y organismos municipales de las principales ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires, con la colaboración de 792 voluntarios, que analizaron la cantidad y el tipo de basura que existe en la costa bonaerense.
Los residuos encontrados son calificados como “basura marina” y se refiere a cualquier material persistente fabricado por el hombre, sólido, que es descargado o abandonado en el medio marino y costero. “El 80% de la basura marina proviene del continente debido a la mala disposición y manejo de los residuos urbanos o de las aguas pluviales no tratadas; el restante, de lo que pierden los barcos comerciales y pesqueros”, aseguran desde Fundación Vida Silvestre.
Más allá de su origen, los indicios de la interacción de materiales no orgánicos con la fauna marina son preocupantes: los desechos plásticos en las aguas oceánicas pueden representar numerosos peligros para la vida marina ya que su ingestión, por ejemplo, puede conducir a deficiencias nutricionales o inanición por obstrucciones estomacales. Además, los residuos plásticos también pueden enredar, ahorcar y ahogar a animales como peces, tortugas, ballenas, lobos y aves marinas, delfines y tiburones.
La iniciativa de realizar un censo surge como resultado de la intención de discutir estrategias para disminuir la cantidad de basura que impacta negativamente en la vida de la fauna marina y de trabajar conjuntamente con los municipios involucrados. Desde el 2016 se realiza anualmente y tiene como objetivo el seguimiento del estado de nuestras costas y la promoción de medidas tendientes a reducir la cantidad de basura que llega a los ecosistemas marinos.
Una persona podría estar consumiendo, aproximadamente, cinco gramos de plástico por semana, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.
Los datos del Censo Provincial de Basura Costera Marina
El 20,6% del plástico registrado estuvo conformado por “restos” de ese material. Es decir, plástico duro proveniente de productos de mayor tamaño que por la acción mecánica, el sol, el viento y el mar se desintegran hasta convertirse en porciones más pequeñas identificadas como microplásticos. Estos elementos, una vez que entran en la red alimentaria del ecosistema, afectan, en otras cosas, la salud de los animales.
De acuerdo al estudio Ningún plástico en la naturaleza: evaluación de la ingestión de plástico de la naturaleza a las personas —basado en un estudio solicitado por la Organización Mundial de Conservación, entidad representada en nuestro país por Fundación Vida Silvestre Argentina y realizado por la Universidad de Newcastle—sobre el consumo de microplásticos en los seres humanos, determinó que una persona en promedio podría estar consumiendo aproximadamente cinco gramos de plástico por semana, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.
Verónica Garcia, coordinadora del Proyecto de Basura Marina de Fundación Vida Silvestre, enfatizó que “la solución a este problema debe abordarse desde distintos aspectos y con acciones que el Estado debe encarar para realizar cambios verdaderos” y aseguró que desde la fundación y junto con otras organizaciones están trabajando e impulsando distintos proyectos de ley para legislar y regularizar esta situación.
Los tipos de contaminantes más encontrados fueron: colillas de cigarrillo (27,3%), fragmentos plásticos (20,6%), telgopor (8,6%), envoltorios plásticos (8,1%), botellas y otros envases (6,9%), bolsas plásticas (6,2%) y tapitas (6,2%).
“Hay un proyecto de Ley sobre los Microplásticos Primarios, que ya cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados, que pide que se prohíba la producción, importación y comercialización de productos cosméticos y de higiene que contengan micro-perlas de plástico añadidas intencionalmente. Prohibir los productos que contengan estas sustancias disminuiría la cantidad de microplásticos que se vierten en el ambiente y, por lo tanto, la cantidad de partículas de plástico que ingresan en nuestro organismo. Para poder brindar respuestas integrales, estamos trabajando además en otros dos proyectos de ley: un Plan de Eliminación de entrega de bolsas plásticas en cada venta, por establecimientos de comercio, y una Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión Ambiental de Envases, contemplando la responsabilidad extendida al productor”, señaló.
Es en este contexto que los Censos de Basura Costera Marina tienen el objetivo de registrar la situación en las playas bonaerenses, identificar qué tipo y qué cantidad de residuos afecta las costas y buscar soluciones de alcance local y nacional. Y también, “conocer cuál es la composición de la basura marina nos permite identificar cómo podemos mejorar nuestros hábitos de consumo, qué necesitamos en materia de legislaciones y medidas concretas por parte del Estado y la industria, con la finalidad de frenar y revertir esta contaminación”.
Cifras relevantes del Censo
Los tipos de contaminantes más encontrados fueron: colillas de cigarrillo (27,3%), fragmentos plásticos (20,6%), telgopor (8,6%), envoltorios plásticos (8,1%), botellas y otros envases (6,9%), bolsas plásticas (6,2%) y tapitas (6,2%).
El residuo contaminante más abundante durante el censo fueron las colillas de cigarrillo. Diversos estudios indican que cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce. Solamente en la edición de este año se registraron más de 16.325 colillas. Este residuo está compuesto principalmente por acetato de celulosa, un material no biodegradable encargado de absorber las sustancias tóxicas del humo de tabaco, y que puede tardar hasta 10 años en descomponerse.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la producción de plástico creció exponencialmente desde 1950 llegando a las 322 millones de toneladas en 2015, equivalente al peso de la humanidad entera. Más del 40% de esa producción se destina a envases y embalajes que se descartan al momento de la compra, y son estos residuos más colectados por los voluntarios.
En Argentina, el 97% de las tortugas marinas atendidas en la Fundación Mundo Marino tiene plástico en su estómago o intestino.