El club de las cinco: nazis + Mardel + Garrone + pop + misterio
Por Mex Faliero
ZONA DE INTERÉS dirigida por Jonathan Glazer, con Sandra Hüller, Christian Friedel, Ralph Herforth. En cines.
-Películas sobre el nazismo hay a patadas, pero pocas como la de Glazer en el sentido de que encuentra una nueva manera de registrar ese horror. Y ojo, que original no es aquí sinónimo de ingenio por el ingenio mismo. Lo que hace el director británico es ilustrar ese concepto de “la banalidad del mal” con un trabajo depuradísimo de la puesta en escena y una supresión de toda marcación de intensidad. En lo concreto, es el día a día de una familia donde el patriarca es un jerarca nazi y la casa está pegada a un campo de concentración en Auschwitz. Esa cotidianeidad es intervenida por un trabajo muy creativo del sonido, donde el exterior nos trae los ruidos del horror, entre disparos, gritos y maquinaria en funcionamiento. Esa vida hogareña quirúrgica entonces es mirada con la distancia justa, y sin juicio de valor alguno: Glazer no se tienta a la construcción del monstruo, ni tampoco a romper su puesta en escena por una necesidad dramática. Por un momento puede que sea más tesis que otra cosa, pero no deja de ser una película interesantísima en su forma de mostrar lo siniestro.
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EL BANQUETE dirigida por Federico Badia, con Emiliano Carrazzone, Gabriel Goity, Agustina Fernández Cambra. En cines.
-La de Badía (dato chauvinista al margen: fue filmada en Mar del Plata) es una experiencia fallida, pero no por eso menos interesante. Hay una acumulación de subtramas y personajes que desemboca en una suerte de trampa lucrativa: quieren filmar a un diputado teniendo sexo con una adolescente para sacarle dinero. Para llegar hasta aquí, el director y guionista fuerza algunas situaciones y se vale de personajes poco rigurosos, en una mezcla de comedia y policial algo canchera, en el estilo de un post-tarantino noventoso. Ahora bien, en el último acto El banquete hace un giro que lleva las cosas hacia el terreno del fantástico. No vamos a adelantar qué ocurre, pero la película se vuelve incómoda para un espectador que venía adormecido en las mieles del humor costumbrista. Eso en lo que la película se convierte no está del todo logrado, pero hay un riesgo y una búsqueda más que interesante para un film independiente al que se le notan las costuras. Despareja, sí, pero estimulante en su provocación.
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YO CAPITÁN dirigida por Matteo Garrone, con Seydou Sarr, Moustapha Fall, Bamar Kane. En cines.
-Garrone es uno de los nombres propios del cine italiano actual. Uno, además, al que se le notan las influencias en el cine italiano del pasado: lo suyo es el neorrealismo atravesado por un grotesco contemporáneo y sin concesiones a la hora de buscar el impacto en el espectador. Aquí sale de su zona de confort para volverse un director internacional, uno al que le pueden dar una historia ambientada en Africa y salir airoso. Lo que cuenta en Yo capitán es la experiencia de dos primos senegaleses que quieren viajar a Europa para encontrar un mejor modo de vida. Ese viaje, finalmente, será una tragedia intervenida por toda una serie de horrores, entre delincuentes y estafadores que los protagonistas se encuentran en el camino (un poco la experiencia de Pinocho, que casualmente Garrone adaptó hace unos años). La película es mala y buena a la vez. Mala, porque es otro cuentito de europeos lavando culpas sobre lo mal que la pasan los africanos. Es buena, porque con ese material Garrone construye un relato tenso y honesto en su dramatismo. Y es aún mejor porque el director logra asimilar el punto de vista de sus jóvenes protagonistas: el viaje es arduo, pero nada detiene la ilusión. Con ese espíritu, Yo capitán es también un poco un cuento.
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LA GRAN NOCHE DEL POP dirigido por Bao Nguyen, con Lionel Richie, Bruce Springsteen, Michael Jackson. En Netflix.
-Todos escuchamos hasta el hartazgo el We are the world, we are the childrens. Todos hemos visto hasta el hartazgo el video con ese grupo de artistas cantando una de las canciones solidarias más exitosas de todos los tiempos. Lo que desconocíamos era el entramado de cosas que ocurrieron a la hora de producir ese evento y este documental lo exhibe con una dosis de triunfalismo. Aquello ocurrió en una noche, en la que lograron juntarse a más de 40 de los talentos del momento de la música norteamericana (Michael Jackson, Bob Dylan, Bruce Springteen, Tina Turner, Diana Ross, Stevie Wonder, Ray Charles, Lionel Richie y siguen las firmas…). Y durante varias horas el proyecto estuvo a punto de naufragar, tensión que el documental registra con acierto. Lo que queda, entonces, son una serie de anécdotas geniales y un documento audiovisual de una trascendencia inconmensurable. Mucho lo alimenta la nostalgia ochentera, es cierto, pero hay algo emocionante en esta aventura y también algo revelador que necesitábamos conocer. Imperdible.
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LA MUERTE Y OTROS MISTERIOS (serie) creada por Heidi Cole McAdams y Mike Weiss, con Violett Beane, Mandy Patinkin, Linda Emond. En Star+.
-Hay aquí dos cosas que se mezclan a veces bien y a veces mal. Una es de diseño: desde la estética y la construcción de los personajes, la serie parece presa un poco del estilo de la exitosa The White Lotus. La otra va al fondo de la cuestión: La muerte y otros misterios es una recreación apócrifa de las novelas de Agatha Christie. Esto último es, claro, un juego: los que nos ponemos a ver un whodunit sabemos que la autora belga existió y que Hércules Poirot es una de las más grandes creaciones literarias del Siglo XX. Con todo esto, decir que La muerte y otros misterios tiene un crimen a bordo de un barco, una serie de personajes ruines que son potenciales sospechosos y un detective privado un poco caído en desgracia puesto a resolver el intríngulis (el gran Mandy Patinkin). Por lo tanto, sólo queda ver como los creadores mezclan los ingredientes. Y podríamos decir que lo hacen bien, que la serie encuentra un poco su estilo en una estética refinada y que las actuaciones están ajustadas en el objetivo de buscar una respuesta en el espectador. El formato serie no la ayuda en el sentido que se hace necesario abrir puertas y puertas y puertas, y eso puede agotar en algún momento. Hay sí de fondo un tonito sarcástico que la vuelve interesante. Se estrena un capítulo por semana.