El club de las cinco: panda + duna + extraños + reinas + vidas
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Kung Fu Panda 4”, “Duna: Parte Dos”, "Todos somos extraños, “Nueve reinas” y “Vidas pasadas”,
Como todos los sábados, te acercamos un quinteto de reseñas de cine y series para que tengas en cuenta a la hora de ir al cine o de sentarte frente a tu plataforma preferida.
Por Mex Faliero
KUNG FU PANDA 4 dirigida por Mike Mitchell y Stephanie Stine, con las voces originales Jack Black, Awkwafina, Viola Davis. En cines.
-Una de las sagas más extensas de Dreamworks estrenó una nueva entrega, que tiene algo de sabor a despedida pero, también (porque en el fondo es un negocio), un poco de reinicio. Kung Fu Panda se sostuvo sobre una serie de variantes: un universo visualmente bello, secuencias de acción infrecuentes para el cine animado y villanos atractivos en su iconografía. De fondo, el crecimiento de su personaje, Po, que tiene mucho de la esencia de Jack Black, el actor que le da la voz. En esta cuarta entrega, Po se balancea entre la orden de conseguir un sucesor para emprender un nuevo camino y su necesidad de mantener su lugar sin cambios. Ante la aparición de una villana, la Camaleona, y la ausencia de sus secuaces, Po emprende una aventura con el objetivo de sostener su estatus de héroe. En el camino habrá trampas, giros, revelaciones y una aceptación final, que es la moraleja del cuento. Si el humor se encuentra agotado y los personajes principales también, Kung Fu Panda 4 se sostiene gracias a esa impronta visual y el vértigo de sus imaginativas secuencia de acción. Un entretenimiento menor, pero disfrutable.
DUNA: PARTE DOS dirigida por Denis Villeneuve, con Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson. En cines.
-Una a favor de esta segunda adaptación de Denis Villeneuve sobre la obra literaria de Frank Herbert: los personajes tienen arcos dramáticos, hay conflictos y algunas cosas se mueven delante de nosotros. Del prólogo estático que fue la primera entrega, saltamos a esta secuela que mantiene el nivel de solemnidad habitual del director canadiense pero le agrega algo de sangre, sudor y lágrimas. Duna: Parte Dos relata la revolución de un pueblo oprimido, pero lo hace sin épica ni sentido de grandeza. Lo que queda, entonces, es una película mastodóntica de 166 minutos que está más interesada en la alegoría política de la obra original que en construir la aventura de la rebeldía. Villeneuve filma todo como si su película fuera una maqueta, la simulación de cómo debería ser una producción mainstream de Hollywood. Otro tema es el abusivo uso del sonido y una música machacona que nos subraya cada acción como si fuera importante. Obviamente, no todo lo es.
TODOS SOMOS EXTRAÑOS dirigida por Andrew Haigh, con Andrew Scott, Paul Mescal, Claire Foy. En cines.
-La película de Haigh mezcla sabiamente, en esta historia de amor queer, varios de los elementos constitutivos de la materialidad del cine: los recuerdos, la memoria, los fantasmas, lo vampírico. No, no es un film de terror, o tal vez lo sea sutilmente. El protagonista es un guionista que busca y rebusca inspiración en su infancia, algo que la película recrea como en sueños, donde el personaje, cuarentón como es, se encuentra con sus padres muertos, pero con el aspecto que tenían antes de morir trágicamente, es decir cuando tenían treintas. En ese viaje, la película reflexiona sobre cómo somos, inevitablemente, un poco lo que hicieron de nosotros y otro tanto nuestras propias decisiones. Y Todos somos extraños lo hace con valentía, con diálogos honestos y dolorosos de padres e hijo atravesado por la incertidumbre de cómo podrían haber sido las cosas. Haigh juega con el enrarecimiento en límites oníricos, creando imágenes que perduran. Y va cocinando un drama romántico sobre la soledad y sus misterios, de esos que calan hondo y seguimos madurando cuando salimos de la sala.
NUEVE REINAS dirigida por Fabián Bielinsky, con Ricardo Darín, Gastón Pauls, Leticia Brédice. En cines.
-¿Alguien en la sala no vio Nueve reinas? Qué espera, ya mismo salga a comprar su ticket. El reestreno de la ópera prima de Bielinsky nos permite redescubrir el encanto de una película fundamental del cine argentino, pero además el peso específico de lo cinematográfico como muy pocas veces se percibió en nuestra cinematografía, demasiado acomodada (sobre todo en aquel 2000) entre el costumbrismo y lo declamatorio. Bielinsky luego nos entregaría una obra superior, El aura, y moriría al poco tiempo, dejando huérfano al cine argentino de factura industrial pero con una dosis autoral que funcionaba en diversos niveles. Película de robos, de trampas, de personajes escurridizos que se camuflan perfecto en ese escenario urbano, Nueve reinas tiene la virtud de funcionar como entretenimiento, como metáfora de la realidad (no es difícil notar ecos del fin del menemismo) y como pieza de relojería que pone en evidencia su dispositivo narrativo; una película que es puro movimiento, con personajes que se mueven física y verbalmente a su ritmo. Y, claro, con Darín iniciando su etapa de gloria en la actuación, pero que aquí diseccionaba su chanta porteño simpático, para mostrar su reverso absolutamente siniestro. Peliculón.
VIDAS PASADAS dirigida por Celine Song, con Greta Lee, Yoo Teo, John Magaro. En cines.
-El trabajo de Song como realizadora y guionista es de una sutileza infrecuente en estos tiempos. Vidas pasadas es un drama romántico con varios clichés, pero que nunca se terminan sintiendo como tales. Trabaja su película como en una coctelera donde mezcla algo del tono del cine asiático y algo del cine indie norteamericano, pero también fusiona una mirada sobre las relaciones sentimentales que puede ser moderna y a la vez clásica, como si se propusiera ser un estudio antropológico sobre cómo se vivía el romance en los tiempos previos al poliamor y toda la cháchara del presente. El film va del presente al pasado para volver al presente, con el fin de contar la historia de una chica y un chico que viven en Corea y un día, por decisión de los padres de ella, ella emigra con su familia y nunca más se ven. Pero el tiempo los reencuentra, y Vidas pasadas irá relacionando una mirada espiritual sobre el amor con otra más concreta y material. Los diálogos son precisos y las actuaciones muy sólidas, y la película se construye con un nivel de madurez que no puede más que desarmar en su último acto, cuando las decisiones de los personajes pesan demasiado en ese vínculo extendido a lo largo del tiempo. Una gran película que está nominada al Oscar.
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