El club de las cinco: tormentas + Luna + hijos + misterio + animación
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Tornados”, “La otra cara de la Luna”, “El hombre de los 1000 hijos”, “Bodkin” y “Yuku y la flor del Himalaya”.
TORNADOS (película) dirigida por Lee Isaac Chung, con Daisy Edgar-Jones, Glen Powell, Anthony Ramos. En cines.
-Esta remake de Twister (¿puede ser un clásico una película de 1996?) es una película que pone en evidencia, además de que en la mayoría de los casos las remakes no están a la altura, que las nuevas generaciones han perdido lo lúdico. Si aquel film con Bill Paxton y Helen Hunt era una suerte de montaña rusa que escondía una comedia de rematrimonio, esta nueva versión es un drama con una protagonista demasiado atormentada como para hacer divertida la experiencia de estos grupos de cazadores de tornados. Si bien en esencia nos enfrentamos a conflictos parecidos, especialmente el del espíritu científico versus la frialdad del dinero, el film de Chung busca demasiado el realismo -dentro de lo posible para una película de estas dimensiones- para centrarse en el viaje de una joven que tiene que abandonar sus miedos y dejar de culparse por un error del pasado para retomar su vida y la vocación de ir a cazar tornados. Olviden las vacas voladoras o atravesar con una camioneta por el interior de una casa que se interpone en el camino, muchos menos la idea de grupo y comunidad; todas esas ideas alocadas quedan detrás de un psicologismo que no está del todo mal (después de todo Edgar-Jones y Powell son buenos intérpretes) pero que pierde en la comparación. Un film profesional y competente, pero que se termina volviendo demasiado impersonal y desapasionado.
LA OTRA CARA DE LA LUNA (película) dirigida por Greg Berlanti, con Scarlett Johansson, Channing Tatum, Woody Harrelson. En cines.
-Tatum interpreta al director de la misión Apolo XI, que terminaría poniendo al Hombre en la Luna en 1969. Johansson interpreta a una especialista en publicidad que es contratada por la NASA para darle marketing al asunto, ante el desinterés de la población. Ambos son intérpretes con mucho carisma y, juntos, tienen una química razonable. Por lo tanto, el romance no tardará en surgir entre el muchacho, algo torpe y demasiado apegado al trabajo, y la muchacha, profesional y avasallante. Todo parece fluir perfectamente en la película de Berlanti, pero el director -uno de los productores más exitosos de la televisión norteamericana actual- tiene otras intenciones. O si no otras, demasiadas intenciones. Entonces La otra cara de la Luna es sí la comedia romántica que fuimos a ver, pero es también un intento de reproducir el estilo chic de las comedias de lucha de género de los 60’s, pero también busca jugar con la idea de lo real y lo ficticio a través del alunizaje y la puesta en escena de aquel evento por parte de la NASA. Entonces la película cambia de tono, de género, incluso dentro de una misma escena, y nuestro interés se termina perdiendo entre la indefinición que llega desde la pantalla, en un film que se estira por encima de los 130 minutos. No es una película mala, pero sí son varias películas discretas. Un desperdicio de elenco y producción.
EL HOMBRE DE LOS 1000 HIJOS(miniserie) dirigida por Josh Allott. En Netflix.
-Antes que nada, decirlo: no es un gran documental. Pero, como siempre en Netflix, que ha hecho de este género algo más popular de lo que era habitualmente, lo que interesa es el tema, la habilidad para encontrar esas historias llamativas que se convierten en asunto de conversación en el almacén. Hasta que aparece la próxima serie documental y nos olvidamos, un poco el cine como producto de consumo, algo que las plataformas terminaron de definir en su necesidad de brindar contenido nuevo todos los meses. Entonces El hombre de los 1000 hijos y su gancho: en Países Bajos, un muchacho que parecía bastante copado en su intención de donar esperma para que sólo cinco personas puedan cumplir su sueño de tener un hijo, se demuestra con el devenir de la investigación en un donante compulsivo. Gente cercana que, sin saberlo, tiene hijos gestados con los genes del mismo donante en un país donde la ley permite sólo 25 inseminaciones por donante. La miniserie trabaja sobre una problemática que se vuelve un dilema ético impensado y que excede la gracia de comedia sexual que se puede pensar en un primer momento. Esta producción británica dispara múltiples dilemas, algunos incluso por encima de este tema, como la moral que reconstruye a través de Internet y sus vínculos. Tal vez más interesante de lo que se piensa en un comienzo, El hombre de los 1000 hijos es veloz y efectiva como cualquier serie documental de Netflix.
BODKIN (miniserie) creada por Jez Scharf, con Siobhán Cullen, Will Forte, Chris Walley. En Netflix.
-Tenemos un pueblito de Irlanda, con sus bares llenos de borrachines simpáticos, y un hecho misterioso del pasado que hará recordar aquella vieja máxima de “pueblo chico infierno grande”. En ese contexto se juntan una periodista de la vieja guardia que es enviada desde Inglaterra y un podcastero norteamericano en busca de historias para alimentar su producción. Bodkin se construye sobre la base de algunos lugares comunes, pero tiene la habilidad para encontrar algo nuevo: la relación de ese viejo periodismo con las nuevas formas de comunicar y de enfrentar lo periodístico desde lo vivencial y la experiencia. Pero, además, se vale de la capacidad cómica de Forte para encontrar entre los resquicios de una historia que se va volviendo cada vez más turbia, momentos de humor, de comicidad, que le dan un tono extraño. Entre los debates éticos, finalmente se da la relación entre estos personajes en apariencia opuestos, que se unen alrededor de lo importante: el misterio, el hallazgo, el querer saber más de eso que se presenta como una noticia. A su manera, Bodkin es una miniserie sobre el periodismo. Y, también, sobre las diferencias culturales entre el cinismo británico y la ingenuidad norteamericana. Interesante.
YUKU Y LA FLOR DEL HIMALAYA(película) dirigida por Arnaud Demuynck y Rémi Durin. En cines.
-En Bélgica hay una gran tradición de cine animado. Y si bien algunas producciones, como Sammy la tortuga, han llegado a nuestros cines, posiblemente Yuku y la flor del Himalaya sea la primera producción realmente representativa de esa tradición que se estrena por estos lares. El film es como un cuento, y de hecho los cuentos son un elemento clave del relato: Yuku es una ratoncita atrapada por los relatos ficcionales que tiene que salir a buscar la flor del título para ayudar a su abuela, que se encuentra convaleciente. La película es sencilla, como que apunta particularmente a un público infantil. Pero esa sencillez no redunda en simplismos: en un relato de económicos 65 minutos, Yuku y la flor del Himalaya construye una historia sobre vínculos, tradiciones y legados, sobre la base de bellas canciones y un diseño visual que la distingue entre la producción actual de animación formateada en la computadora. Es infantil, pero no trata a su público como tonto. Y, más allá de metáforas, es concreta para abordar la muerte y la pérdida. Una sorpresita en le acotada cartelera actual.
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