El Consumo de frutas y verduras en el verano
Son ideales para preparaciones frescas como ensaladas, batidos y sopas frías.
Llega el verano y con él las frutas y verduras de estación propias de estas temperaturas. El consumo según la estacionalidad presenta muchos beneficios para la salud y para la sustentabilidad.
En Argentina, según datos de la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, solo el 6% de la población consume las 5 porciones diarias recomendadas por las Guías Alimentarias para la Población Argentina.
La compra responsable está cobrando cada vez más importancia.
Elegir productos de temporada es una manera de incentivar la agricultura tradicional y local.
Los alimentos de estación son transportados por distancias más cortas. Son productos más económicos ya que requieren menos recursos para su producción y traslado.
Las variedades de verano de frutas son ananá, cereza, ciruela, damasco, durazno, melón, sandía, uva, pelón, higos. Las de verduras son berenjena, calabaza, morrón, pepino, tomate, zapallito verde, zapallo.
Es preferible consumir las verduras crudas. La cocción de los vegetales produce varias modificaciones en su estructura.
Se modifican el color, olor, sabor y también se altera el valor nutritivo, ya que se producen pérdidas de vitaminas y minerales por mecanismos como disolución y oxidación. La cocción por vapor, en olla a presión y en microondas son las que producen menores pérdidas de nutrientes.
Cómo determinar la frescura de algunos vegetales de verano:
- Pepino: deben ser de color verde oscuro, sin manchas amarillentas, firmes, bien desarrollados, pero no demasiado grandes. Los extremos resecos o amarillentos indican que el fruto está duro y que tiene sabor amargo. Si el extremo del tallo está blando, significa que hace tiempo que el pepino fue recolectado.
- Ají morrón: deben tener piel brillante, coloreada, sin manchas, con paredes carnosas y gruesas sin rajaduras.
- Zapallito verde: deben tener piel verde, brillante, consistencia firme, sin manchas, cicatrices ni rajaduras.
- Berenjena: deben tener consistencia firme, con piel suave y brillante. El cáliz debe estar verde, no reseco.
Además de las clásicas tartas, revueltos y milanesas; las verduras son ideales para preparaciones frescas como ensaladas, batidos y sopas frías. Las frutas deberían consumirse frescas y crudas, solas o en ensaladas. También pueden prepararse licuados, puddings con semillas de chía o lino y creppes.